Lo que tenes que saber y más (07/10/2019)

DAILY

RIESGO PAÍS (07/10)2164-0.7%

Local

  • (Ambito) Sigue el drenaje de reservas: vencen u$s600 millones. Se descuenta que el dinero para los vencimientos saldrá de las reservas. Desde el viernes, Hacienda tiene la venia del FMI para usar dólares «intocables». Esta semana el Gobierno tendrá que hacer frente a vencimientos de deuda por unos 600 millones de dólares. Comienza mañana con el cupón del Bonar 2020 (AO20) que implica una renta de u$s117,8 millones y culmina el viernes con el pago de la Lete U1109 que, aun luego del reperfilamiento compulsivo, implica el desembolso de u$s464 millones. Se descuenta que ambas obligaciones serán atendidas y que las divisas necesarias para atender esos compromisos saldrán de las reservas internacionales. La Dirección de Administración de la Deuda Pública del Ministerio de Hacienda disipó todo vestigio de duda de los tenedores del Bonar 2020, cuando la semana pasada confirmó a través de un comunicado a BYMA el valor del cupón 8 en u$s0,04 por cada 1,00 de valor nominal. A partir del lunes pasado el AO20 cotizó ex cupón y su paridad se afianzó en los mercados. Este título emitido bajo ley argentina, que vence en octubre del año próximo, podría ser incluido en la reestructuración o reperfilamiento de la deuda pública. Aunque el Ejecutivo envió al Congreso el proyecto correspondiente, parece claro que la negociación con los acreedores quedará pendiente para la próxima Administración. Ahora se atenderá el pago del cupón de renta de 8% anual, que se cancela semestralmente en los meses de abril y octubre de cada año. El monto de emisión original en octubre de 2015 fue de u$s 2.947,6 millones, que devengaron un interés de 117,9 millones de dólares. Esto es lo que deberá desembolsar mañana el Tesoro Nacional. La amortización de este bono, según las condiciones de emisión, será total a su vencimiento el 8 de octubre del año próximo, aunque eso puede modificarse si el título entra dentro de las obligaciones a reestructurar. El temor a que se modifiquen las condiciones de este título soberano explican por qué cotiza con una paridad de 45% y promete una tasa de retorno (TIR) o rendimiento de 156% cuando falta un año para la amortización total. El otro título que vence esta semana es la Letra del Tesoro (Lete) que cotiza en el mercado secundario con el ticket U1109. Se trata de una Lete en dólares que se licitó el 12 de marzo y que fue adjudicada por u$s854 millones, casi la totalidad de las ofertas presentadas. El precio de corte fue de u$s974,76 por cada 1.000 de valor nominal, que implicó un rendimiento efectivo de 4,54% anual. Esto es lo que hubiera debido pagar el Tesoro al vencimiento este viernes, pero debido a reperfilamiento el monto se redujo a 416,8 millones de dólares. El cálculo surge de considerar el 15% del título que está en manos de personas jurídicas, que incluyen a instituciones y empresas, y a la proporción que tienen los inversores particulares, definidos como personas humanas. Según cálculos de los analistas del mercado, entre los ahorristas que invirtieron en forma individual y los que lo hicieron a través de fondos comunes de inversión, que también fueron exceptuados del nuevo cronograma y cobrarán 100% el viernes, habría un 30% de los tenedores. El resto de los pagos se efectuaría en un 25% a los 90 días y el 60% a los seis meses del plazo original. Desde el viernes pasado el Tesoro logró la venia del Fondo Monetario Internacional (FMI) para echar mano de los dólares que el Banco Central tiene en sus arcas bajo el rótulo de “fortalecimiento de las reservas internacionales”. Desde Hacienda aclaran que esos recursos, originalmente unos u$s8.000 millones, fueron entregados por el FMI al inicio del programa stand by como “refuerzo presupuestario”, para atender situaciones como la que se registra ahora que las cuentas públicas lo requieren. El OK de Washington habría restringido la autorización del uso de esos dólares exclusivamente a atender los compromisos de la deuda. Desde el palacio de Hipólito Yrigoyen 250 dejan trascender que estos recursos se utilizarán mientras se sigue negociando el postergado desembolso de u$s5.400 millones, originalmente previsto para mediados del mes pasado. Sin embargo, es un hecho que esa tarea quedará pendiente para luego que se definan las elecciones presidenciales a fin de mes. Entre el viernes 27 y el lunes 30 de septiembre, el Ministerio de Hacienda de Hernán Lacunza, usó 1.963 millones para atender pagos de títulos en pesos y en dólares. El viernes último, la cuenta del Ministerio en el Banco Central se redujo en otros u$s176 millones y el saldo quedó ahora en u$s5.130 millones. Con esta cifra, sumada a los u$s 13.500 de las reservas de libre disponibilidad, las autoridades confían en llegar al 10 de diciembre sin mayores dificultades. Aunque esto dependerá de la dinámica de los depósitos y de cómo los actores del mercado procesen las señales que vayan surgiendo de la política en las próximas semanas. El gran interrogante es cuántos de esos dólares quedarán para después.
  • (Ambito) Afirman que el superávit comercial alcanzaría u$s14.000 millones en 2019. Según un informe de la consultora Ecolatina, el resultado sería explicado por una importante caída de las importaciones (-22% i.a.), que cerrarían 2019 en la zona de u$s51.000 millones y un tibio avance de las ventas externas (+5% i.a.), que acumularían u$s65.000 millones este año. Si bien desde mediados del año pasado se derrumbaron casi todos los indicadores económicos, entre los que se encuentran el consumo interno, la inversión y el gasto público, hay una variable que mejoró sustancialmente, en parte por el deterioro de las demás: la balanza comercial de bienes. En ese marco, dado que la recesión sigue sin encontrar su piso, la mejora del saldo comercial se mantendrá en la segunda mitad del año, y el superávit comercial de bienes rondaría u$s14.000 millones en 2019, afirmó el último informe de Ecolatina publicado este domingo. Según la consultora, este resultado sería explicado por una importante caída de las importaciones (-22% i.a.), que cerrarían 2019 en la zona de u$s51.000 millones y un tibio avance de las ventas externas (+5% i.a.), que acumularían u$s65.000 millones este año, impulsadas en parte por la baja base de comparación que dejó la sequía de 2018 y los mayores saldos exportables que arroja una demanda interna deprimida. “Más allá de las falencias locales, vale destacar que la mejora del resultado comercial sería aún mayor si la economía brasileña finalmente creciera –sus proyecciones de crecimiento pasaron de 2,5% a comienzos de año a menos de 1% en la última semana- y si nuestros términos de intercambio, es decir, los precios de nuestros productos de exportación respecto de los de importación no estuvieran cayendo (-17% i.a. en el acumulado a agosto) producto de la cosecha récord que apuntaló la oferta internacional de productos oleaginosos y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que retacea el crecimiento del gigante asiático”, analizó. El superávit comercial se dará, según el informe, pese a que en el primer semestre del 2018 el déficit comercial se agravó en relación a igual período de 2017 (pasó de u$s-2.600 millones a u$s-4.900 millones). La mejora respondió mayormente a un desplome de las importaciones, que roza el 30% interanual en el acumulado a agosto (último dato disponible), y no a un avance de las exportaciones, que crecieron poco menos de 4% i.a. en los primeros ocho meses del año, detalló Ecolatina. “En consecuencia, la recuperación del frente externo es más un subproducto de la crisis que el resultado de una mayor competitividad cambiaria o la apertura de nuevos mercados. Para que estas dos políticas arrojen resultados concretos, será necesario que las mismas sean sostenidas en el tiempo”, añadió. Hacia un superávit récord en 2020, ¿que el pago de la deuda se llevará? “Lamentablemente, el desempeño económico no mejoraría en 2020”, sostuvo la consultora. Y a modo de ejemplo, señalí que el último Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central arrojó una caída del PBI de 1,5% i.a. Además, indicó que pese al control de cambios y la obligatoriedad de liquidar las divisas provenientes de las exportaciones en no más de cinco días hábiles, “el dólar cerraría el año próximo en la zona de 90 ARS/USD según el informe”. De esta manera, agregó que marcaría un avance cercano al 35% en 2020 -conforme al REM, diciembre 2019 terminaría con una divisa en la zona de 65 ARS/USD-, levemente por debajo de la inflación (+40% i.a.). En otro orden destacó que el tipo de cambio real permanecería relativamente estable a lo largo del año próximo. Si consideramos los elevados pagos de deuda pública relevante (al sector privado y organismos financieros internacionales) en moneda extranjera que debe afrontar nuestro país en 2020 (u$s25.000 millones, más de 5% de PBI) y que los mercados de crédito permanecerán virtualmente cerrados, esta evolución parece lógica: el peso no se fortalecería, aun en un contexto de importantes restricciones a la demanda de moneda extranjera. “Proyectamos un superávit comercial cercano a u$s19.000 millones para el año que viene, un récord histórico medido en dólares corrientes. Un resultado positivo de esta magnitud será fundamental por dos motivos”, remarcó. Ene se sentido, observó que por un lado, por su impacto tradicional sobre los sectores transables. ¡Por el otro, porque el sector privado aportará dólares frescos para los pagos de deuda que el sector público debe realizar”, sostuvo. “Al igual que este año, a la mejora del saldo comercial de 2020 se llegaría tanto por una caída de las importaciones (que estimamos no menor al 5% i.a.), que rondarían u$s48.000 millones, como por un avance de las exportaciones (en torno al 3,5% i.a.), que acumularía u$s67.000 millones”, reiteró el informe. Destacó que las explicaciones detrás de estas dinámicas serían similares a las de 2019: una demanda interna en rojo y un peso depreciado, que impactan negativamente en la coyuntura doméstica pero generan brotes verdes en el frente externo. Y concluyó al afirmar que en 2020 el frente externo será otra vez una estrella solitaria dentro de una economía argentina golpeada en la mayoría de sus partes.
  • (Ambito) Nueva York sigue siendo pieza clave del albertismo. Sergio Massa siguió su gira en Estados Unidos. Actúa el tigrense allí por invitación de organismos como el Centro Wilson en Washington o de Susan Segal del Council of the Americas en Nueva York, donde hablará hoy en reunión cerrada. El tiempo entre esos eventos Massa lo pasó en reuniones con bancos y fondos de inversión. Todos quieren saber cómo será el posible Gobierno de Alberto Fernández y dónde quedará ubicada Cristina de Kirchner en ese armado. Nadie mejor que Massa para explicárselo, sobre todo por su historia pasada con la expresidente. Casi se puede aplicar en esto un teorema de Baglini inverso: cuanto menos aparece Cristina en horizonte de las decisiones, más aparece Massa. No sólo hubo banqueros desesperados en el fin de semana neoyorkino del exintendente de Tigre. En este fin de semana con algo de sol y una temperatura que rondó los 20 grados, la ciudad todavía invita a caminar y salir, antes de que empiecen a sentirse con más fuerza los primeros fríos del otoño. Amigos desde siempre (así lo explican ambos), el finde sirvió para que Massa se encontrara a almorzar con Nicolás Massot, el jefe del bloque de diputados del macrismo que está licenciado en su banca porque se fue a estudiar a Yale. No le fue difícil a Massot correrse desde New Haven (ciudad frecuentada por peronistas últimamente ya que hasta allí viajó Juan Manzur para el homenaje que se le rindió a César Pelli hace 20 días) a Nueva York para el almuerzo. Massa tuvo un susto de proporciones en la ciudad: le avisaron desde Buenos Aires que su esposa Malena había sido operada de urgencia. Hubo una reserva en avión para volver inmediatamente al país, hasta que la propia Malena (despertada de la anestesia) le garantizó que la crisis había pasado. El resto se mantiene en la intimidad familiar, pero lo cierto es que anoche la esposa de Massa ya estaba tuiteando para felicitar al salteño Gustavo Sáenz que salió ganador en la PASO para gobernador por encima del Frente de Todos, pero que mantiene buena relación histórica con Massa. Velocidad se llama eso en política.
  • (Cronista) El nuevo plan de Macri para atraer la lluvia de inversiones El Gobierno trabaja en los detalles de un proyecto de ley de promoción de inversiones, que presentará en 10 días en el Congreso. Los ejes son la estabilidad jurídica y fiscal, así como beneficios impositivos. En diciembre de 2015 el gobierno de Mauricio Macri fantaseaba con un aluvión de inversiones extranjeras que llegarían al país para aprovechar las oportunidades ante una administración market friendly. La historia es conocida, sólo hubo recursos volcados a Vaca Muerta y energías renovables, y poco más. En las postrimerías de su mandato -habrá que ver si reelige- el Presidente apuesta fuerte, esta vez con un plan con incentivos concretos, a impulsar la radicación de inversiones locales y extranjeras, tomando la experiencia internacional en la materia. En los próximos diez días el Ejecutivo enviará al Congreso un proyecto de ley de promoción de inversiones, en base a dos pilares, con los que busca contrarrestar las principales dudas de los empresarios a la hora de invertir. En primer término, estabilidad fiscal y jurídica de las condiciones iniciales de inversión, esto es, respetar normativas y contratos, evitando el lugar común de «violadores seriales de reglas de juego». El otro componente del proyecto tiene que ver con la dimensión de los retornos previstos por los inversores, para lo que se establecen beneficios fiscales que, en la visión oficial, servirán como imán para atraer recursos a la economía local. «En Argentina la inversión está estancada en los últimos diez años», aseguró Juan Pablo Trípodi, titular de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI), y explicó que mientras en los países de Sudamérica el promedio ronda el 24/25% del PBI, «en Argentina en 2017 la inversión fue 21/22% del producto pero ahora llega a 17/18%». Para revertir esta situación el proyecto determina la firma de un contrato de estabilidad fiscal y jurídica, para lo que «se cobrará entre 1% y 1,5% del monto del proyecto, con lo que se sustenta la certificación de la estabilidad», señaló Trípodi. Tras evaluar la viabilidad del proyecto, se definirá la carga tributaria de impuestos nacionales, y se buscará también la adhesión de las provincias. A su vez, se fijará la estabilidad de normas por una cantidad de años, según la actividad. En cuanto a beneficios fiscales habrá amortización acelerada de la inversión de bienes de uso a un quinto del plazo, la extensión ilimitada de quebrantos fiscales, y un bono fiscal sobre la inversión, de 25% a 5% según el año en que se utilice, para compensar el no ajuste de inflación en balances. «La inversión debería incrementarse en unos u$s 35.000 millones en los primeros tres años de aplicación de la ley y mejorar la tasas de retorno de los proyectos entre 3% y 5,5%, según la industria», destacó Trípodi.
  • (Cronista) Rechaza la CGT incluir la reforma laboral en el diálogo con la UIA Representantes de ambas entidades volverán a reunirse esta semana. Entre los gremios insisten en que la prioridad del diálogo social debe ser la búsqueda de medidas para salir de la crisis. as negociaciones entre la conducción de la Unión Industrial y la primera línea de la CGT con vistas a un eventual acuerdo social en caso de que Alberto Fernández resulte electo presidente ya están en marcha. Pero aún resta bastante tela para cortar respecto del alcance concreto de los ejes centrales de ese posible pacto. El candidato del Frente de Todos planteó en diversas oportunidades su objetivo de que la concertación involucre de mínima un acuerdo de precios y salarios por 180 días que permita reacomodar el escenario económico en medio de la crisis. «Falta todavía, hay que esperar», repiten cerca de Alberto. En la cúpula cegetista ya tienen agendado un nuevo encuentro con los referentes industriales para esta semana y prevén volver a verse las caras la próxima en el marco del coloquio de Idea en Mar del Plata. Volverán a ratificar allí su plena disposición al diálogo, aunque también insistirán en remarcar sus condiciones: el rechazo a que la discusión sobre la reforma laboral sea incluida en la agenda del acuerdo social. En esa postura dentro de la central obrera celebraron ayer con entusiasmo los dichos del economista Matías Kulfas, quien forma parte del equipo que asesora a Alberto Fernández y al que muchos mencionan como posible ministro de Hacienda del candidato del FdT. «La Argentina no necesita ninguna reforma laboral», enfatizó Kulfas en declaraciones realizadas durante el fin de semana. Y aseguró haber conversado esa posición «incluso con Miguel Acevedo y con otra gente de la UIA». El economista, además, expuso una visión similar a la que deslizaron varios referentes de la conducción de CGT, como el caso de Héctor Daer, en el sentido de que cualquier cambio en materia de legislación laboral se debe «trabajar sector por sector, analizar dónde hay problemas para mejorar». Justamente la dirigencia cegetista considera que la discusión debe concentrarse en la revisión de los convenios colectivos por sector (citan como ejemplo la experiencia de las modificaciones del convenio de Vaca Muerta), pero se resiste a una negociación para una reforma integral y de fondo en materia laboral. A contramarcha, los sindicalistas proponen a los industriales y al resto de las cámaras empresarias avanzar en acuerdos sobre las medidas necesarias para sacar al país de la crisis. «Recién después habrá que pensar en medidas más de fondo», sostienen.
  • (Cronista) Sin reperfilamiento, en 2020 las necesidades de financiamiento trepan a 16% del PBI Según cálculos privados, se requerirán (en el cálculo en bruto) unos u$s 50.000 millones. En cuatro años asciende a u$s 136.000 millones los recursos necesarios. Aún sin el reperfilamiento de la deuda aprobado en el Congreso ni avanzadas las negociaciones con los bancos internacionales y sin definiciones sobre el rumbo del programa con el FMI (y su renegociación de la devolución del préstamo), los números para 2020 lucen cuesta arriba. Las necesidades brutas de financiamiento para el año próximo son de casi u$s 50.000 millones, según estimaciones privadas. Y, si se computa el próximo período presidencial, de 2020 a 2023, alcanzan los u$s 136.000 millones. Así surge de cálculos que hicieron en la consultora Seido, en la que identificaron que este monto se reduce a u$s 100.000 millones, para los próximos cuatro años, si se llegara a reprogramar el reembolso de FMI. De hecho, en el propio proyecto de Presupuesto que el ministro de Hacienda Hernán Lacunza presentó en el Congreso el 16 de septiembre calcula que las necesidades brutas de financiamiento alcanzan el 16% del PBI, similar a la estimación de la consultora privada. Un informe de ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto) detalló que el Estado Nacional requiere $ 5090 billones para cubrir todo el financiamiento del próximo ejercicio, cifra que representa el 16,1% del PBI. En Seido, bajo el supuesto de que habrá un déficit primario equivalente a 1,5% del PBI (diferente del proyecto oficial), estiman que las necesidades brutas trepan a 12,4% del PBI en 2020. Otro aspecto que resaltan es que «el tiempo también es corto», en relación a los vencimientos que se deben afrontar en los próximos meses: las necesidades financieras mensuales, excluyendo el déficit primario, promedian u$s 2500 millones entre septiembre y enero, pero suben a un promedio de u$s 5700 millones entre febrero y mayo de 2020, identificaron. «Sin embargo, el riesgo de liquidez es principalmente de legislación local y se vuelve más internacional a medida que nos expandimos al riesgo de solvencia», diferenciaron. En ese punto, sería más urgente conseguir la ley en el Congreso hoy que terminar de negociar con los bonistas que tienen títulos bajo legislación extranjera. Aunque una cosa va atada a la otra. Así, marcaron que los títulos bajo legislación extranjera crecen cuando se amplía el lapso tenido en cuenta: explican el 11% de las necesidades financieras de 2020, el 21% para 2020-2023, o el 30% si se reprograma el FMI, y el 41% de la deuda total. En la dirección opuesta, los bonos bajo ley local representa el 74% de las necesidades financieras de 2020, el 38% en 2023, o el 55% sin FMI, y el 26% de la deuda, señalaron. Cuando anunciaron el proyecto de reperfilamiento de la deuda, desde Hacienda aseguraron que bajo legislación local hay unos u$s 20.000 millones en juego en diferentes títulos. Para renegociar, se presentó proyecto de ley en el Congreso, que incluye las cláusulas de acción colectiva. A su vez, bajo legislación extranjera, para lo que en la Secretaría de Finanzas recibieron propuestas de 13 bancos internacionales, hay títulos por unos u$s 30.000 millones. «Desde la óptica del Ministerio de Hacienda, la deuda soberana Argentina no presenta un problema de solvencia, especialmente si se mantiene el actual sendero de consolidación fiscal, y la percepción del mercado respecto a los riesgos de liquidez debería mejorar tan pronto como se resuelva el reperfilamiento de la deuda de mediano y largo plazo», rescataron desde ASAP.
  • (Cronista) La Argentina está en el tope de prioridades para el Fondo», expresó la nueva directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva el día que fue confirmada al frente del organismo internacional. Si bien la intención fue la de poner la crisis del país como temas primordiales a resolver, además hay otra cuestión que subyace de los números del propio Fondo Monetario: un 47% del total de los préstamos desembolsados desde la institución se destinaron a la Argentina. Así surge del último informe semanal del Fondo Monetario que actualiza la evolución de los recursos con los que cuenta el organismo, los préstamos que están vigentes, cuánto se desembolsó de cada uno, entre otra información. De ahí surge que los u$s 44.000 millones que recibió hasta el momento el Gobierno de Mauricio Macri en nombre de la Argentina, aún sin contabilizar los u$s 5400 millones pendientes, representan casi la mitad de los u$s 93.200 millones que el FMI tiene desembolsados, según los datos al 26 de septiembre. En total, el Fondo tiene vigentes 21 programas con diferentes países del mundo, de los 189 que son miembro. La gran mayoría (puntualmente, 13) son préstamos bajo Extended Fund Facility (EFF), que es uno de las posibilidades que el mercado cree que la Argentina podría acceder una vez finalizado el stand-by vigente. En segundo lugar de relevancia están los stand-by (SBA): hay cinco otorgados, de los cuales, por lejos, está el de la Argentina. Dentro de estos préstamos hay comprometidos desde el organismo u$s 61.500 millones, de los cuales un 93% conforman el acordado con los funcionarios los ex funcionarios Nicolás Dujovne, desde el ministerio de Hacienda, y Federico Sturzenegger, cuando estaba frente al Banco Central: el programa por los u$s 57.000 millones vigentes. En tercer lugar hay dos Líneas de Crédito Flexible (FCL, por sus siglas en inglés), de los cuales uno es con México, aunque el país azteca aún no utilizó nada de los dólares acordados con el FMI. Es un tipo de préstamo que es totalmente precautorio. Por último, está el Precautionary and Liquidity Line (PLL), un préstamo para resolver cuestiones de problemas de liquidez de algunos países. De este hay sólo un crédito vigente. La exposición a la Argentina desde el FMI es muy significativa: no sólo el país recibió recursos del Fondo muy por arriba de sus posibilidades, en concreto, 1001% de la cuota (peso) de la Argentina dentro del organismo. Además, los u$s 44.000 millones girados en solo 13 meses, que representan el 47% de la cartera del FMI, superan con holgura a los otros que siguen en el ranking: Egipto tiene el 13%; Ucrania, 10%; Grecia, 10%; y Paquistán, 7%.
  • (Cronista) Analistas esperan poca reinversión en el Bonar 20 tras el pago del cupón Hacienda deberá pagar u$s 118 millones en concepto de cupón de intereses. Dado el actual contexto economico y politico y una posible reestructuración, esperan poca reinversión en el Bonar20. El Bonar 2020 pagará u$s 118 millones, correspondientes al cupón de u$s 4 por cada u$s 100 de valor nominal. Se trata de un bono muy elegido por los inversores argentinos dada su corto vencimiento. Las opciones que tendrá el inversor una vez que cobre el cupón es tanto reinvertir el cupón en el mismo bono, comprar nuevos bonos argentinos para diversificar la cartera o cobrar los dólares y dejarlos en cash. Analistas se muestran escépticos respecto de la opción de reinversión y esperan que los inversores opten por cobrar el cupon y quedarse con los billetes. El Bonar 2020 muestra una baja en 55% en lo que va del año. Si bien el bono ya venía cayendo fuertemente desde comienzo de 2018, el mismo quedó muy golpeado tras el sorpresivo resultado de las Elecciones PASO. Desde allí, el riesgo de reestructuración de la deuda se incrementó, haciendo que la inversión en bonos locales conlleve riesgos mucho mayores de lo que lo mostraban en el pasado. Una vez que cobren el cupón, los inversores deberán optar por reinvertir el mismo en el Bonar 2020, reinvertirlo en otro bono argentino o bien quedarse con los billetes. Martín Saud, Senior Trader en Balanz resalta que, si bien los bonos lucen baratos de cara a la reestructuración, los riesgos siguen siendo elevados haciendo que la decisión optima sea poco clara. “Considerando el escenario de reestructuración que contemplamos nosotros, desde Balanz vemos que los bonos están baratos en estos niveles. Pero a su vez es una incógnita saber qué es lo más conveniente de cara al pago de cupón del Bonar 2020, ya que el panorama no está para nada claro. Por un lado, los bonos están baratos, pero por otro el riesgo es muy grande, ya que no se sabe cómo ni cuándo se realizará la reestructuración. Contemplando esto, entendemos que la mayoría de los tenedores terminará quedándose en cash”, anticipó Saud. Por su parte, Alejandro Kowalczuk, head portfolio manager de Argenfunds, considera que, mientras no existan restricciones en cuanto al cobro en divisa de los bonos soberanos en dólares ley local, la recomendación es mantener la posición afuera. “Nuestra recomendación es de hacerse de los dólares e invertir directamente en activos off shore. Aquellos que mantienen la posición local, la alternativa conservadora es mantener el cash y para aquellos menos aversos al riesgo y que prefieran mantener la posición en el mismo asset class, podrían rollearlo pero contra la parte más larga de la curva y ley extranjera”, explicó Kowalczuk. Entre los bonos ley extranjera que menciona el especialista se destacan el DICY y PARY y, para el portfolio manager de Argenfunds, se trata de una alternativa interesante para salir en parte del riesgo legislación local. La inversión en activos argentinos, por mas corto que sea su vencimiento, probó que no son aptos para inversores conservadroes. De esta manera, el cobro del cupón y la reinversión del mismo en el Bonar 20 sería una estrategia solo aplicable para perfiles agresivos. Asi lo entiende Francisco Mattig, analista de estrategia de Consultatio Investments y quien considera que antes de recomprar bonos con el cupon del Bonar20, actualmente lucen mejores opciones con otros bonos. “La reinversión del cupon es para para perfiles agresivos, y ante ese contexto, hoy preferiríamos recomendar el bono Dual AF20. El AF20 tiene un upside de 40% en dólares si asumimos brecha de 100%. Para aquel que cree en la tesis de que no hay default, es la mejor alternativa”, sostuvo Mattig. Las dudas naturales que tienen los inversores a la hora de definir si reinvertir o no los cupones del Bonar 20 así como para la compra de cualquier instrumento de deuda local tiene que ver con la dinámica de perdida de confianza en los últimos años, sumado a las dudas relacionadas con el programa financiero y la merma de reservas en los últimos meses. “El programa financiero de este año del gobierno no está cerrado. La parte en dólares si, pero en pesos no. Al plantear un escenario sobre la dinámica que tendrán las reservas y proyectar hasta cuándo se podría pagar deuda sin entrar en default, nos da que en (un escenario pesimista) llegaría hasta abril. Es justo cuando paga de vuelta el otro cupón el AO20. A su vez, la amortización es en octubre asique en ese bono en particular se muestra bastante riesgoso, sumado a que, al estar en ley local el inversor estará sujeto a un posible reperfilamiento o canje en dos etapas”, dijo Mattig.
  • (BAE) Recalculando: el Banco Central afina su estrategia para frenar la sangría de las reservas En el mercado no descartan nuevos ajustes del cepo cambiario en los próximos días.  Con una caída acumulada desde la PASO de casi el 30%, las reservas internacionales se instalan en el tope de las preocupaciones del Gobierno tras la decisión del FMI de «freezar» el envío del desembolso de US$5.400 millones previsto originalmente para septiembre. Sin los dólares del Fondo, cruciales para llegar con algo de aire al cierre del programa financiero de este año, para pagar deuda la semana pasada el Tesoro tuvo que echar mano a las divisas del crédito stand by que debían permanecer guardadas de forma precautoria para «fortalecimiento de reservas», mientras que el Banco Central rearmó su estrategia y en el mercado no descartan un mayor cierre del cepo en los próximos días. «Siempre ha sucedido que los cepos con el tiempo se van incrementando, porque lo primero que pasa al poner un cepo es que no entra más un dólar, nadie trae dólares a un lugar en el que no pueda sacarlo, excepto que tengas la obligación de hacerlo como los exportadores», señaló el analista financiero, Christian Buteler. «Con el cepo es muy difícil que puedas ingresar dólares, encima no vas a tener liquidación de cosecha fuerte hasta el año que viene y tenés que seguir pagando importaciones, deuda, amortizaciones», agregó. Por lo pronto, en los últimos días el BCRA cambió su forma de intervenir. Comenzó a marcar la cancha desde temprano, con posturas desde el inicio mismo de la sesión, lo que le permitió ganar en eficiencia y en ahorro de reservas. De hecho, el jueves y viernes pasado consiguió hacer retroceder el precio del dólar mayorista sin prácticamente sacrificar divisas. El operador de cambios Gustavo Quintana definió como «testimoniales» las posturas de venta del Central que consiguieron desde el jueves ponerle un techo al tipo de cambio. En lo que va de octubre, las reservas internacionales del BCRA acumulan una caída de US$528 millones. En septiembre se habían perdido US$5.397 millones, de los cuales cerca de US$1.000 millones fueron por ventas de la autoridad monetaria en la plaza mayorista para controlar el dólar. Con todo esto, desde las PASO el drenaje ya llega a US$18.136 millones, el 27,35% de las tenencias que había el viernes previo a las primarias. Para el economista Gustavo Ber «la evolución de las medidas de control de cambios estarán sujetas a la marcha de las reservas, toda vez que resulta crucial que detengan su drenaje». Y para frenar la salida de divisas de las arcas del Central es fundamental en este momento, teniendo en cuenta que «aún resta transitar incertidumbre política y económica hasta el 27 de octubre y luego los inversores esperarán ansiosamente definiciones de política económica que otorguen claridad, dado que todavía restará recorrer un importante camino hasta el 10 de diciembre». Para el mercado el ajuste del cepo podría llegar por dos vías, una posible baja en el monto mensual de compra autorizado para las personas físicas y mayores restricciones para evitar la fuga a través del mercado de capitales, otros de los flancos que monitorea de cerca la autoridad monetaria. Luego del cepo, el contado con liqui -usado para hacerse de dólares mediante la compra de bonos locales y su posterior venta en el exterior- pegó un fuerte salto, que llevó la brecha con el oficial al 15% al cierre de la semana pasada. «Creemos que la ampliación de la brecha entre el CCL y el oficial se debió a la nueva normativa que comienza a lanzar el BCRA, que no descarta la posibilidad de mayores restricciones en las próximos jornadas», indicó Lucas Longo, de Research de Balanz.
  • (Bloomberg) Mercados de Argentina se despiden de la gran promesa que no fue Tras la derrota en las PASO, el oficialismo deja un sector bursátil incluso más reducido que el que heredó del kirchnerismo. El desembarco a la presidencia de Argentina de un ex empresario, amante de la ortodoxia y de la libertad económica, se había convertido para los inversores en un sueño esperado por años. Mauricio Macri llegó a fin de 2015 para encarnar la esperanza de una Argentina inserta en el mundo, tras doce años de hostilidad en los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. Toda esta ilusión terminó por hacerse trizas en las últimas semanas. La caída del mercado, tras un revés en las elecciones primarias presidenciales, llevó al Gobierno a reperfilar los pagos de su deuda soberana en pesos e imponer un nuevo control de capitales. “Van quedando en el camino negocios que llevó mucho tiempo construir”, escribió el jefe de estrategia de INTL FCStone en Buenos Aires, Pablo Waldman, en un reciente reporte a clientes. “El mazazo inapelable de las PASO y el efecto fulminante del cambio de expectativas forzaron al Gobierno a tomar una serie de medidas impopulares y diametralmente opuestas a todos sus valores previamente declarados”. El volumen negociado en la Bolsa apenas alcanza los USD 15 millones diarios y la capitalización bursátil de las empresas domésticas se reduce a la mitad (USD 27.600 millones) del nivel que había alcanzado cuando Macri llegó al poder, según Bolsas y Mercados Argentinos. Los fondos comunes de inversión, una de las grandes apuestas que hicieron las autoridades de Argentina para incrementar la liquidez del mercado local, se desplomaron 25% en las últimas semanas hasta un mínimo desde 2014. “La industria de fondos vuelve ocho años para atrás. Y hoy nos cuesta pensar en una salida”, dice Mariano Skladnik, titular de la consultora 1816 Economía y Estrategia, que provee información para el sector. El patrimonio total administrado por los fondos, que había tocado un máximo de USD 35.000 millones a principios de 2018, está ahora en USD 10.000 millones. Durante el gobierno de Macri, la Argentina se zambulló en un arduo proceso para volver a seducir a los grandes capitales extranjeros. Argentina renegoció su deuda defaulteada con los holdouts, eliminó el encaje del 30% al ingreso de dinero del exterior, lanzó un ambicioso blanqueo de capitales, sancionó una nueva ley de mercado y logró que el país volviera a ser considerado “mercado emergente” por la proveedora de índices MSCI Inc. “Necesitamos volver a tener un mercado de capitales de nivel internacional”, había anunciado el presidente siete meses después de asumir, en una visita a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, ante los aplausos de los ejecutivos de mercado. Con este impulso, el gobierno de Macri emitió más de USD 40.000 millones de deuda en dólares bajo ley extranjera, incluido un bono de 100 años. Los fondos comunes eran una pieza clave en este reconstrucción. El gobierno dispuso decenas de normativas para incentivar la creación y la inversión en fondos cerrados y de retiro. El plan: que fueran un vehículo para resolver problemas estructurales que arrastra la Argentina desde hace tiempo, como la profundidad del mercado local, el financiamiento del sector inmobiliario y la sustentabilidad del sistema previsional. “No puede ser que toda la capitalización bursátil de Argentina equivalga a menos del 10% del PBI, casi una cuarta parte de lo de otros países de América Latina”, se había enojado Macri, esa vez, ante la Bolsa. Durante este proceso, grandes administradoras del exterior se entusiasmaron con la promesa y se lanzaron a apostar por la Argentina. Moneda Asset Management y BTG Pactual adquirieron licencias para operar en el país con nuevas oficinas. Compass Group y Santander Chile diseñaron nuevos productos específicos sobre deuda argentina para responder el apetito de los inversores. Julius Baer, Credicorp y LarrainVial iniciaron conversaciones con ejecutivos locales para un posible desembarco. Y el banco Morgan Stanley trasladó de Nueva York a Argentina a su jefe de mercados de capitales de renta variable latinoamericanos, Manuel García Diez, ante un pipeline inicial de IPO que ascendía a USD 3.500 millones. Ahora, a pocos meses de que concluya el mandato de Macri, muchas de esas apuestas están ya canceladas. Julius Baer abandonó las negociaciones para la compra del broker local Max Valores, según una persona con conocimiento directo. El banco declinó hacer comentarios. “Caos” en la industria El reperfilamiento de deuda local generó “caos” en los fondos locales, dice Martín Mazzeo, director comercial de Provincia Bursátil. La destrucción del patrimonio en estos fondos equivale a los ARS 217.000 millones desde los días previos a las elecciones primarias del 11 de agosto. Los fondos más castigados fueron los llamados “T+1”, que tienen su cartera invertida en las letras de corto plazo incluídas en el plan del gobierno. Los grandes bancos comerciales reducen sucursales y desarman áreas de banca privada, frente a la decisión de clientes de retirarse del país. Tras el resultado de las PASO, los bancos proyectan un mercado de capitales más chico y se desprenden de ejecutivos. “En los últimos días hemos salido a contratar gente para la parte transaccional de nuestro negocio, que hoy está creciendo, y recibimos consultas de ejecutivos senior de banca privada desplazada de los principales bancos”, cuenta Pablo Castagna, director de wealth management en Balanz Capital, uno de los principales agentes del mercado local. El nuevo panorama afecta también las proyecciones de agentes y fondos. “El año que viene las estructuras van a sufrir. Mucho agente pequeño que se abrió en los últimos años va a desaparecer. Con poco volumen es muy difícil sostener la estructura”, dice Alejo Costa, jefe de estrategia de BTG Pactual en Buenos Aires. Ante la incertidumbre electoral, los ejecutivos de mercado se preguntan cuándo se normalizará el sector y se recuperará la confianza de inversores, tanto institucionales como minoristas. “Probablemente no vaya a entrar plata nueva hasta que no haya un panorama macro más claro”, se lamenta Néstor di Cesare, presidente de fondos de inversión en Allaria Ledesma.

Internacional

(BAE) Apareció un segundo denunciante de presiones de Trump sobre Ucrania. El mandatario rechazó la denuncia. Un segundo denunciante está dispuesto a dar testimonio y ofrecer información de primera mano sobre la trama ucraniana que originó el inicio de una investigación de destitución contra Donald Trump, lo que complica más la incipiente crisis que enfrenta el mandatario estadounidense. «Puedo confirmar este informe de un segundo informante, quien está siendo representado por nuestro equipo legal. También hicieron una declaración protegida bajo la ley y no se puede tomar represalias contra ellos», dijo el abogado del primer denunciante, Mark Zaid, en su cuenta de Twitter Ademas, Zaid aseguró a la cadena ABC, que el nuevo denunciante tiene información directa sobre los supuestos intentos de Trump para perjudicar al ex vicepresidente Joe Biden de cara a las elecciones de 2020. Asimismo, Andrew Bakaj, socio de Zaid, explicó en la misma red social que su despacho de abogados está presentando a «múltiples informantes». Rápidamente el presidente estadounidense contraatacó, rechazando las acusaciones e insistió en que Hunter Biden (hijo del ex vicepresidente)habría recibido «100.000 dólares al mes de una empresa con sede en Ucrania, a pesar de no tener experiencia con energía. Y por separado recibió 1.500 millones de dólares China a pesar de no tener experiencia y por ninguna razón aparente».
 
(Bloomberg) La excusa de los bancos centrales: ellos lo hicieron primero Los responsables de los bancos centrales, desde Australia hasta la India, señalan con el dedo la ola de alivio monetario mundial para justificar sus recortes más recientes de tasas de interés. os responsables de los bancos centrales, desde Australia hasta la India, señalan con el dedo la ola de alivio monetario mundial para justificar sus recortes más recientes de tasas de interés. El gobernador del Banco de la Reserva de Australia, Philip Lowe, advirtió a otros responsables reunidos en la conferencia anual de Jackson Hole en agosto que el estímulo adicional podría aumentar los precios de los activos. Sin embargo, esta semana ha ignorado cualquier preocupación, y redujo su propia tasa de interés de referencia a un mínimo récord. Lowe justificó la decisión al explicar que su moneda podría fortalecerse si él no actuaba también. En la India, Shaktikanta Das anunció el viernes su quinto recorte consecutivo. Haciéndose eco de la promesa de Mario Draghi de “lo que sea necesario”, Das dijo que seguirá manteniendo una postura acomodaticia “mientras sea necesario” para reactivar el crecimiento. Y también señaló el cambio global hacia una política más relajada. Un informe de empleos débil en Estados Unidos el viernes podría servir de argumento decisivo para que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, vuelva a recortar tasas el 30 de octubre. Y se especula que el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, tendrá que hundir su tasa clave aún más en territorio negativo, a fin de evitar un fortalecimiento prematuro del yen. En cuanto a la presidenta entrante del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, la perspectiva de un brexit sin acuerdo podría sumarse a su lista de razones para una mayor relajación. Con la relajación de prácticamente todos los principales bancos centrales del mundo (China es una especie de excepción) y el argumento de que otros bancos hacen lo mismo, la carrera hacia el fondo amenaza con socavar el impacto de la política. Sin duda, los menores costes de endeudamiento podrían estimular la economía si hay suficiente demanda de crédito y pagar las deudas existentes se vuelve más barato, lo que liberaría efectivo para el consumo. Pero el canal de divisas -el debilitamiento que normalmente se esperaría si un país recortara tasas por sí solo- queda anulado. “Si todos recortan tasas, no hay un canal de tipo de cambio”, dijo el propio Lowe en junio. La flexibilización en todo el mundo también está reduciendo los rendimientos de los bonos, lo que podría resultar en valores de activos inflados y riesgos de estabilidad asociados, algo sobre lo que Lowe y otros han estado advirtiendo. Al menos, la culpa recaerá en muchos hombros si la carrera hacia el fondo termina mal.
(Investing) Miedo en el inversor europeo: La confianza cae a mínimos de seis años.  Las señales de recelo en los mercados europeos, se hacen cada vez más patente. Si los analistas y los organismos van recortando poco a poco las previsiones de crecimiento, este lunes los inversores europeos han vuelto a encender las alarmas de la temida recesión. A mitad de sesión se ha hecho público el índice de confianza de Sentix, que realiza un cuestionario acerca de las perspectivas económicas a más de 3.000 inversores de la zona euro para el próximo medio mes. Pues bien, los datos indican el peor dato de los últimos seis años ya que ha caído en 16 puntos básicos. Este descenso ha sido un duro mazazo para el mercado puesto que el consenso de analistas esperaba una caída de 13 puntos. Aitor Méndez, analista de IG Markets, revela que «además, la lectura de hoy no solo ha sido recibida con ventas por parte de la moneda común europea por tratarse de su lectura más baja de los últimos 6 años y medio, sino por que el dato obtenido (-16,8 puntos) se sitúa muy lejos de la cifra del mes precedente (-11,1) y de las expectativas del mercado (-13,0)». Con las perspectivas que se han publicado hoy, por tanto, se trata del quinto descenso consecutivo y la cifra más baja desde finales de 2014. Las perspectivas económicas también se vieron afectadas, ya que el subíndice cayó de -12,8 el mes anterior a -18,0. Los datos manufactureros tampoco ayudan y los pedidos de fábrica de Alemania, la gran locomotora de la Eurozona ha registrado otros datos negativos. En concreto, los pedidos se han contraído un 0,6% y se esperaba una disminución del 0,3%. El euro, a la esper Con la confianza de los inversores europeos por los suelos, el euro sigue en su letargo y no parece que, de momento, vaya a salir de él.Este lunes, el par EUR/USD está plano y la moneda única, apenas sube un 0,03 y se queda en los 1,0979. España, abierta a recortar previsiones Las malas previsiones llegan a España ya que la ministra de Economía ha dicho que no descarta revisar el crecimiento de la región. «Ahora estamos relativamente estabilizados y no es una tendencia que nos hable de una crisis a corto plazo», ha señalado.
 
(Investing) Los futuros de EE.UU. bajan ante el pesimismo comercial. Los futuros de Estados Unidos bajan al comienzo de la semana después de que un informe lastrase las esperanzas de cualquier tregua significativa en la disputa comercial entre China y Estados Unidos. Las conversaciones entre los principales negociadores comerciales de ambas partes se reanudarán el jueves, pero Bloomberg ha expresado su escepticismo en cuanto a que pueda lograrse ningún avance importante, afirmando que la postura de China se había endurecido y que ya no entra en sus planes hacer concesiones sobre cuestiones clave como los subsidios a las empresas estatales. Sin embargo, no está claro si Pekín había ido en serio en algún momento en cuanto a hacer tales concesiones. A las 13:10 horas (CET), los futuros del Dow bajan 44 puntos, o un 0,2%, mientras que los futuros del S&P 500 y el Nasdaq 100 descienden a la par. Las acciones tecnológicas en general, y Broadcom (NASDAQ:AVGO) en particular, se enfrentan a nuevas presiones tras conocerse que las autoridades antimonopolio de la UE están a punto de intensificar su represión de lo que consideran un abuso de poder de mercado por parte de los gigantes tecnológicos estadounidenses. El Financial Times ha informado de que la UE va a emitir medidas «provisionales» que obliguen a Broadcom (NASDAQ:AVGO) a suspender las prácticas de venta que sospecha que son anticompetitivas, incluso antes de que haya concluido la investigación de la Comisión Europea sobre el tema. En el caso de Broadcom, esto se refiere a los requisitos contractuales que impiden que los clientes de Broadcom compren microchips en otra parte. Por otro lado, es probable que las acciones de GM también acaparen la atención tras el endurecimiento de los frentes de combate en la huelga de la compañía, que entra ya en su cuarta semana. Los representantes de United Auto Workers han dicho que las negociaciones entre ambas partes habían «dado un giro a peor», y que GM se niega a garantizar la seguridad laboral de su personal en Estados Unidos mientras dificulta además la futura producción entre Estados Unidos y México. Los ADR de dos importantes bancos europeos también serán centro de todas las miradas este lunes. Durante el fin de semana se conoció que HSBC estaba planeando recortar 10.000 puestos de trabajo —alrededor del 4% del total de su personal— en un intento de apuntalar la rentabilidad mediante el respaldo de sus operaciones en Europa. Mientras tanto, Credit Suisse (SIX:CSGN) Group, que esta misma semana pasada puso punto final a una investigación que dañaba la reputación del exdirector de Global Wealth Iqbal Khan, se enfrenta a daños y perjuicios de hasta 1.400 millones de dólares por ventas indebidas de hipotecas anteriores a 2008 —más del doble de lo que tiene reservado. El índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, se sitúa en 98,505, mientras que los futuros del oro bajan un 0,6% hasta 1.504,45 dólares por onza troy. Los futuros del crudo suben un 1,3% hasta 53,48 dólares por barril.
(Investing) China-EE.UU.: Máxima tensión en una semana clave. Qué esperar. Semana intense en lo que a la guerra comercial Estados Unidos-China se refiere. Y, con ello, la incertidumbre vuelve a los mercados. “Hoy a mañana comienzan en Washington las reuniones a un segundo nivel, que deben preparar el terreno para las que se celebrarán a finales de semana a nivel ministerial. Todo parece indicar que China está por la labor de cerrar un acuerdo de mínimos que no incluya temas como el robo de propiedad intelectual o la limitación de subvenciones a las empresas públicas, es decir, que no supongan cambios estructurales a su actual modelo económico. Está por ver si la Administración estadounidense acepta cerrar un acuerdo de este tipo para negociar más adelante otro más completo”, adelantan en Link Securities. Estos expertos se hacen eco de una información de Bloomberg que apunta que “las negociaciones se han enfocado en un proceso de tres fases. Así, en principio China impulsará las compras de productos agrícolas y energéticos de EE.UU., lo que vendrá seguido de la implementación de compromisos sobre propiedad intelectual, y finalmente una reducción parcial de las tarifas estadounidenses”. No obstante, el proceso podría revertirse si China rechaza involucrarse en negociaciones sobre su política industrial. Y es que, según destacan en Banca March, “se extiende el rumor de las trabas del país asiático a cerrar un acuerdo comercial amplio con Estados Unidos a finales de esta semana”. De la misma opinión son en Renta 4 (MC:RTA4): “Miembros de la delegación china ya han enfriado las expectativas anunciando que solo están dispuestos a negociar aquellos puntos que no afecten a las reformas estructurales de su economía. En cualquier caso, no esperamos que se alcance un compromiso en el corto plazo y probablemente tendrán que continuar empeorando las condiciones económicas antes de verse forzados a alcanzar un acuerdo completo”. Si miramos a Estados Unidos, la situación no es mejor. “Fuentes cercanas al presidente de EE.UU., Donald Trump, dicen que el mandatario se muestra firme en su postura de que un acuerdo debería ser amplio. El representante de Comercio del país norteamericano, Robert Lightizer podría aceptar la idea de un acuerdo secuencial, aunque indicó que ello requeriría algún compromiso de China sobre propiedad intelectual y sobre las subvenciones a compañías estatales”, añaden en Link Securities. Y es que, según coincide José Luis Cárpatos, CEO de Serenity Markets, “lo que China quiere es un ‘mini acuerdo’, como todos pensábamos, y el problema (y de ahí la mala reacción de los mercados a la noticia), es que Trump repitió varias veces la semana pasada que o gran acuerdo o nada. Ya veremos qué pasa, la guerra comercial es lo que más mercado mueve ahora con mucha diferencia”. Un Trump más débil Según añade Cárpatos, “China ve ahora a Trump en una posición mucho más débil que antes para negociar, porque su economía ya está dando problemas y políticamente tiene muchos líos abiertos”. En esto mismo coinciden en Link Securities: “Los problemas políticos por los que atraviesa el presidente Trump en su país son ahora su mayor debilidad a la hora de negociar con China, y entendemos que ambas partes lo saben. No descartamos, por tanto, que se pueda llegar a un acuerdo, aunque este diste mucho de lo que Trump perseguía en un principio. Eso, sí, si finalmente no se cierra ningún acuerdo y las posturas se vuelven a distanciar, los mercados lo van a recibir de forma muy negativa”. La factura En Renta 4 (MC:RTA4) recuerdan la “importante factura” que está pasando la guerra comercial a la economía mundial, “con el sector manufacturero contrayéndose a nivel global y contagiando al sector servicios”. Las negociaciones se producen unos días antes de que entren en vigor, el próximo 15 de octubre, el aumento de los aranceles desde el 25% al 30% sobre 250.000 millones de dólares de importaciones chinas a EE.UU., inicialmente previstos para el 1 de octubre pero postergados “como un gesto de buena voluntad”, tras el anuncio de nuevas compras de productos agrícolas por parte de China, también “como gesto de buena voluntad”.
(Investing) Japón dice que firmará hoy un acuerdo comercial con EEUU en Washington. El ministro de Relaciones Exteriores japonés, Toshimitsu Motegi, dijo que Japón y Estados Unidos firmarán un acuerdo comercial el lunes en Washington, y que Tokio tiene la intención de que entre en vigor lo antes posible. «Si Estados Unidos desea que el acuerdo comercial entre en vigor el 1 de enero, Japón no tendría ningún problema», dijo Motegi a los periodistas en Tokio. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, pactaron el mes pasado un acuerdo comercial reducido que rebaja los aranceles sobre los productos agrícolas estadounidenses, las herramientas mecánicas japonesas y demás productos, a la vez que elimina la amenaza de un aumento de los aranceles a los automóviles en Estados Unidos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *