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(Clarin) El FMI propone quita del 30% y viene una misión de banqueros La Casa Rosada festejó el comunicado del organismo como un gran triunfo. El texto es un aval político. En Washington festejan el ajustazo del 2,4% del PBI, incluyendo la rebanada a los jubilados. También, que no hubo ningún reclamo social. La quita de la deuda externa que exige el FMI sería del 30 % sobre los bonos de los acreedores privados de Argentina. El Fondo sugiere hacer una quita del 15 % del capital de la deuda y además que se posterguen por tres años los pagos de los bonos. Este periodo de gracia representaría (a valor actual ) un recorte de otro 15 %. Así, entre una y otra decisión el descuento total que propicia el FMI sería por lo menos del 30 %. Para Kristalina Georgieva se trataría de la punción mínima para que los bonistas hagan “contribución apreciable” a la Argentina. El número surgió en las negociaciones con la misión que encabezó Julie Kozack. El detalle fino depende del momento de la propuesta: podría subir al 40 %. La información ya circula en Wall Street y la trasmitió el propio Palacio de Hacienda ayer, en contactos con banqueros extranjeros. Martín Guzmán invitó en la víspera a varios operadores internacionales a sugerir distintas propuestas de acuerdo. Todos los bancos (City, UBS, JP Morgan) trasmitieron una idea concreta: para que la renegociación sea exitosa, Argentina tiene que ofrecer bonos que tengan una paridad de mercado por encima de la actual. Ahora, la paridad promedio es del 45% y los “lobos” de Wall Street quieren que la propuesta argentina la ubique en 55 o 60 %. Solo así aseguran el éxito del canje. Se trata de un contragolpe de Wall Street. Dicen tener información confidencial de que el Gobierno y el FMI pactaron en secreto una cuestión central: hacer anuncios y comunicados para bajar ahora el precio de los bonos argentinos en el mercado y así mejorar la posición negociadora de la Casa Rosada. Clarín confirmó que habrá una misión secreta de máximos banqueros la semana próxima en Buenos Aires. Ayer se enviaron las invitaciones y el encuentro cumbre será entre el jueves y el viernes de la semana próxima. Uno de los coordinadores de la reunión top secret sería el poderoso JP Morgan. Entre el miércoles y el jueves llegarían en sus aviones privados los jefes de los fondos que concentran la mayor parte de la deuda argentina para iniciar las negociaciones. En la nomina están los encargados de deuda de Greylock, Pimco BlackRock, Fidelity, Templeton y Northem Trust. Estos fondos concentran el 40 % de la deuda argentina. Son decisivos para la suerte de la reprogramación y se verán -por primera vez- cara a cara con el ministro Guzmán. Se los conoce como “El Club de los 40”. El ministro escucharía, pero hará un primer sondeo de la propuesta de pago de la Argentina. La reunión tiene alto voltaje. También los “lobos” de Wall Street verán a varios economistas y pidieron una entrevista política: con Sergio Massa. No se sabe si verán a Alberto Fernández. El Gobierno quiere acelerar la negociación. El cronograma -grave error fue establecerlo- ya no se va a cumplir. Hubo muchas desprolijidades y hechos insólitos. Guzmán abrió un concurso para elegir el banco asesor de la negociación. Cuatro días antes del día fijado para la elección, no habían girado las invitaciones y condiciones para participar de la licitación que cerró ayer. Al final, y con descuidos, se enviaron las bases del concurso recién a la “medianoche” del ultimo sábado. En el mercado se insiste en que hay un fuerte -y poco ético – lobby del presidente Emanuel Macron a favor del banco Rothschild, del cual fue socio. Igual, la Casa Rosada esta urgida por una cuestión: el cronograma de vencimientos es muy pesado a partir del otoño. El 7 de mayo vencen 1.400 millones de dólares imposibles de cancelar La Casa Rosada festejó el comunicado del FMI como un gran triunfo. Alberto F. felicitó a Guzmán. El texto es un aval político a la Argentina. Fernández desde el inicio priorizó la sociedad con el FMI y el documento ratifica ese acuerdo político -no técnico, ni de programa- con el Fondo. Pero el texto del comunicado no es una adecuación del organismo a la posición argentina, como el relato oficial pretende instalar y capitalizar políticamente. El Fondo Monetario -y Clarín ya lo anticipó hace tiempo- siempre quiso y exigió que los bonistas sean los que hagan una fuerte quita al pago de la deuda argentina. Lo dijeron antes que asuma Alberto. Kristalina – y la doctrina del FMI desde hace más de 30 años – exige que los fondos de inversión hagan una “contribución apreciable” para compensar las millonarias ganancias que acumularon con la bicicleta de la Argentina. Se trata de asumir el “riesgo moral” de especular con un país que otorgaba suculentas e impagables ganancias. El comunicado también es un golpazo al frente interno del FMI. Tiene como destinatarios a los responsables de la mega-ayuda a Mauricio Macri: David Lipton, ya desplazado de la vicepresidencia, Alejandro Werner y Roberto Cardarelli. Werner fue excluido de la misión que vino a Buenos Aires y reemplazado por su segunda. El trío instrumentó la orden del Tesoro de Estados Unidos para apoyar la reelección de Macri. La purga interna la impulsan los directores europeos del organismo. La lectura “superficial” del texto también eludió dos cuestiones centrales. Al admitir el FMI – algo obvio porque estamos en virtual default- que la deuda “no es sostenible” , también advierte otra cuestión: que la Argentina continúa con un desequilibrio fiscal que debe corregir hacia el futuro y que le impide pagar la deuda. Ademas dice que la Casa Rosada deberá “hacer esfuerzos adicionales” para bajar la inflación. Uno y otro párrafo están unidos y traducidos dicen los siguiente: que el país debería hacer más ajustes si quiere cerrar en forma tradicional con el FMI. En Washington ponderan el ajustazo que ya aplicó la Casa Rosada en diciembre. Fue mayúsculo: del 2,4 % del PBI, incluyendo la rebanada a los jubilados. Tambien festejan que el recorte no generó ningún reclamo social. Ponderan la capacidad de Fernández y del peronismo para adormecer la protesta. En ninguna parte del texto el FMI admite que se este negociando un acuerdo. No se menciona. En los “paper” de Wall Street se especula que el FMI otorgará un aval político a la reestructuración, pero que no va a incluir – por ahora- un acuerdo tradicional y concreto. Sostienen que ni a Kristalina, ni a Alberto les conviene plasmar el apoyo en un difícil programa. Eso obligaría a fuertes discusiones. Además, este año no hay vencimientos de la deuda con el FMI y se abre una ventana de tiempo hasta diciembre. Al máximo nivel de gobierno se afirma que ese acuerdo, solo avanzará una vez que se haya cerrado la negociación con los bonistas en el otoño. El diálogo entre Kristalina y Alberto es fecundo y ambos definirían el momento. También los dos -por ejemplo- acordaron como iban a manejar las críticas públicas. Así se lo pidió la jefa del FMI: “Alberto, tenés libertad de criticar al Fondo, pero yo te pido una cosa: que siempre antes me avises”. Guzmán tendría otro criterio. Quiere recobrar el desgaste que tuvo su mal paso por Manhattan. En una reunión hermética con su equipo dijo que todo esta avanzado con el FMI. Y que el acuerdo técnico podría cerrarse de inmediato. Ya se sabe que incluiría otra fórmula para los haberes jubilatorios: no habría compensación por lo perdido y se volvería al sistema de actualizar por la evolución de la recaudación . Todos los políticos toquetearon el sistema previsional en los últimos 40 años. Ninguno le encontró la solución.
(Clarin) El Gobierno confirmó que habrá subas de tarifas en junio: dicen que ya hay retrasos de entre 40% y 50% en gas y luz Según las empresas, en la Ciudad y el GBA no cubren sus costos y empiezan a generar deuda con el Estado por su incapacidad para pagar insumos clave. Aunque estaba previsto que el congelamiento durara 6 meses, la confirmación del jefe de Gabinete de ministros, Santiago Cafiero, sobre esa fecha de vencimiento trajo algo de alivio a las distribuidoras de gas y luz. En esas empresas hablan de un atraso de entre 40% y 50% con respecto a los importes necesarios para poder pagar sus costos. La tarifa de luz no aumenta desde febrero del año pasado, y la de gas, desde abril. La inflación desde ese momento supera el 50% para distribución eléctrica y bordea el 40% para las compañías que llevan a gas a hogares e industrias. Tanto los costos de luz como de gas están en dólares. Aunque el Gobierno barajó la idea de «pesificarlos», lo que hubo hasta ahora es una conversión a pesos de costos que están en dólares, pero sin una reducción significativa. En generación eléctrica, por ejemplo, los costos vienen escalando, pero lo que pueden pagar las distribuidoras está estancado. Esa distorsión -costos en alza atados al dólar, pero ingresos fijos en pesos- empieza a hacer mella en las cuentas públicas. Cammesa es la empresa mayorista del sistema eléctrico y con control estatal. Se encarga de pagarle a las generadoras eléctricas. Desde hace meses, cobra vez menos de las distribuidoras y también les abona menos a las generadoras. Aunque se dice que hay una reforma en ciernes, para bajar un poco los costos, la deuda de Cammesa ya está bordeando los $ 100.000 millones. La compañía no logra cobrarle a las distribuidoras. Estas argumentan que sin ingresos no pueden afrontar los pagos de la energía que consumen. La situación también está complicando a las distribuidoras de gas, pero en menor medida. El gas se comercializa en dólares. En verano, por ahora, sobra gas y la demanda cae mucho. Pero, desde abril, el precio del gas sube, la demanda aumenta y allí habrá un descalabro: algunas de las partes no podrá pagar y eso complicará a toda la cadena. El kirchnerismo ya pasó por estas situaciones. Para no convalidar precios de gas en dólares para productores locales, recurrió a las importaciones. Ese procedimiento fue más costoso, complejo, con acusaciones de corrupción y frenó el desarrollo local. El elenco actual dice que esa lección ya se aprendió. Que no repetirán viejos esquemas. De ahí que aceptan que habrá que hacer algo con las tarifas para que la producción local siga teniendo actividad. El dilema del Gobierno es como ir en contra de sus promesas de campaña (de no aumentar las tarifas), mientras tiene que cuidar las cuentas fiscales, comprometidas y sin mucho margen para generar déficit fiscal. En el Gobierno conviven diferentes visiones sobre cómo encarar los próximos pasos. Hay sectores que responden a Alberto Fernández y otros que se referencian en Cristina Fernández de Kirchner. Las indefiniciones provocan que algunos puestos claves estén desocupados. El Gobierno decidió intervenir en el Enargas (ente regulador del gas), pero aún no nombró a un nuevo titular. Habría algunos avances en torno al Enre, que es el regulador de la electricidad. Como el resto de la economía, la energía está pendiente de una resolución sobre el tema de la deuda. El escenario financiero de las empresas del sector puede despejarse si ese problema está solucionado. La industria requiere miles de millones de dólares, que llegarán si la Argentina alcanza cierto orden macroeconómico.
(Clarin) Ahora Alberto Fernández le pone un freno al aumento de tarifas: “Que nadie se apure, hoy no está en carpeta”. El Presidente desmintió al jefe de Gabinete, quien había asegurado que en junio se produciría un incremento en la luz y el gas. También puso en duda la modificación en el transporte. En menos de 24 horas, el Gobierno dio marcha atrás con la posibilidad de que haya un aumento de tarifas en junio. O al menos, le puso un freno. Fue el propio Alberto Fernández el que este viernes pidió «que nadie se apure» y afirmó que «hoy no está en carpeta» ese incremento. «Nadie se apure. No sé si en junio vamos a estar en condiciones de aumentar, porque lo que más me preocupa es que unos pícaros dejen de ganar en detrimento de la gente. Todo es estudio de revisión para atrás, y después veremos qué es lo que hay que hacer. Pero lo primero no es ver si va a haber aumento de tarifas. Por lo tanto, hoy no tenemos en carpeta hoy el aumento de tarifas», afirmó. El mandatario aseguró que “hay que revisar qué es lo que pasó con las tarifas” para saber qué se va a hacer. “En 2015 el consumo de empresas era bastante más alto que el residencial. Y ahora resulta que las empresas gastan muchísimo menos que los residenciales. Eso significa que ese sistema de tarifas destruyó la industria, paralizó las maquinarias. Por eso se consume tan poco en las industrias, y los habitantes terminaron pagando con creces tarifas de luz y gas”, explicó. El jueves, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, había anticipado que en «probablemente» en junio se produciría un aumento en las tarifas de los servicios públicos, pero dijo que sería «para los sectores que lo pueden soportar». «Probablemente sí, pero en los sectores que los pueden soportar. Nosotros hemos cambiado las prioridades de la gestión», respondió Cafiero al ser consultado en radio Metro sobre si en junio habría aumentos. Sin embargo, Alberto Fernández fue enfático. E incluyó en el análisis al transporte público. «¿Por qué va a haber aumento de transporte si las naftas están congeladas? Voy a cuidar el bolsillo de los argentinos hasta el último minuto que esté acá. Ese es el compromiso que tomé con la gente y lo voy a cumplir», enfatizó.
(Ámbito) Guzmán encara en Riad una agenda clave para el futuro de la deuda. Tras el aval del FMI, el ministro de Economía participará este fin de semana en la cumbre con sus pares del G20. Tendrá como bilaterales más salientes, un nuevo encuentro con la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, y con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Stephen Mnuchin. Aliviado y entusiasmado por el fuerte respaldo del FMI al proceso de reestructuración de la deuda, el ministro de Economía Martín Guzmán encarará este fin de semana en Riad, capital de Arabia Saudita, una intensa agenda para consolidar los apoyos internacionales en el marco de la ardua negociación con los bonistas. Si bien la admisión del Fondo Monetario Internacional sobre la falta de sostenibilidad de la deuda y el pedido para los privados de aceptar una quita, fue música para los oídos del Gobierno, Guzmán es consciente que ahora tiene la ventaja en el diálogo con los tenedores privados, pero que aún es prematuro para descorchar. Con la intención de profundizar el diálogo con el FMI para buscar una salida sostenible a la devolución de los u$s44.000 millones que tomó prestados Mauricio Macri, y de conseguir el guiño internacional a la reestructuración con los privados, Guzmán participará este fin de semana en Riad de la Cumbre de Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales del Grupo de los 20 (G20). Acompañado por el presidente de Banco Central, Miguel Pesce, y por Sergio Chodos, quien viajará directo desde Washington, en donde ocupa el sillón de director por el Cono Sur ante el directorio del Fondo, Guzmán volverá a tener un vis a vis con la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Allí, el ministro de Economía, insistirá en la intención del Gobierno de cumplir con las obligaciones heredadas, pero con un esquema que le permita a la Argentina recuperar una senda de crecimiento que le permita afrontar sus compromisos. Tal como sostiene el propio Guzmán, el país se enfrenta a una crisis de deuda. Es por eso que la salida de esta coyuntura, requiere no solo del compromiso del Gobierno, sino también del FMI y de los tenedores privados que deberán elegir entre una forma de pago sustentable o el default, sin medias tintas. La intensa agenda que llevará la comitiva argentina es una carrera contrarreloj a sabiendas de que en marzo debería cerrarse el acuerdo de pago con el FMI, y presentar la oferta a los bonistas privados. Los plazos son exiguos y estas conversaciones servirán para presentar los detalles de la política económica del Gobierno y pulir los detalles de las propuestas. En ese sentido, Guzmán llega a la cumbre con sus colegas del G20 de forma inmejorable. Es que los dichos del FMI sobre que la situación de la deuda argentina “requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados”, es un sutil eufemismo de la inevitable necesidad de realizar una “considerable” quita de capital a las tenencias de los acreedores privados. Tras el encuentro con la número 1 del Fondo, Guzmán tendrá una bilateral con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Stephen Mnuchin, sin dudas una de las reuniones más importantes dada la influencia de Norteamérica sobre grandes fondos de inversión que tienen en su poder bonos argentinos. Más tarde, la agenda de Guzmán sumará reuniones con los ministros de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire; y de México, Arturo Herrera Gutiérrez, países que han mostrado apoyo a la estrategia del Gobierno de Alberto Fernández de renegociar la deuda. Además, se ultiman detalles para otras reuniones pero aún no están confirmadas. Para Guzmán la actividad oficial comenzará este sábado (a las 8 hora argentina), en el Centro Internacional de Conferencias Rey Abdulaziz, el ministro de Economía, donde participará de la primera jornada de la cumbre entre los Ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20. En tanto que el domingo 23 (a las 3:30 horas de la Argentina) se iniciará el segundo encuentro de los representantes de los países que integran el G20. El comunicado de cierre de la cumbre está previsto que se difunda a las 10 horas de la Argentina. Al respecto, según el borrador que ya circula entre los equipos técnicos, los representantes de las 20 economías más grandes del mundo esperan una modesta recuperación del crecimiento global para 2020 y 2021, al tiempo que consideran que la epidemia de coronavirus tendrá un impacto negativo en la economía mundial.
(Cronista) Otra vía de emisión: el BCRA le dará préstamos a los bancos con bonos como garantía Este viernes debutan las licitaciones de pases activos. La autoridad monetaria les dará pesos con una tasa de 48%. Las entidades podrán entregar títulos públicos como colateral. Este viernes debutan los nuevos pases activos del Banco Central (BCRA) con las entidades financieras. Se trata una vía más de emisión monetaria, dado que el organismo que conduce Miguel Pesce le prestará pesos a los bancos. Las entidades, a cambio, pagarán una tasa y podrán entregar como colateral títulos públicos emitidos luego del 20 de diciembre pasado. La operatoria de pases activos había sido anunciada la semana pasada y debutará en la rueda de mañana. El BCRA publicó hoy las características de la licitación de mañana, que se realizará este viernes, entre las 13 y las 14 horas. También estableció que el costo que pagarán los bancos para hacerse de los fondos será de 1,2 veces la tasa de política monetaria (desde hoy está en 40%) por lo que asciende al 48%. La postura mínima será de un $ 1 millón y, una vez finalizada la subasta, el BCRA establecerá la prima de corte. Se utilizará un sistema de prorrateo en caso de ser necesario. «El Banco Central podrá declarar desierta total o parcialmente cada licitación y comunicará su resultado el mismo día de su ofrecimiento público», aclaró en su Comunicación «B» 11.955. En cada subasta los bancos se hacen adjudicatarios de la opción de hacer un pase activo en los próximos 90 días. Una vez puesto en marcha el pase activo, podrá durar hasta 5 días hábiles. El costo que pagarán los bancos para hacerse de los fondos será de 1,2 veces la tasa de política monetaria, que desde hoy está en 40%. Por lo tanto, rondará el 48%. «Al momento de activar el pase, la entidad deberá informar al BCRA qué títulos del Gobierno Nacional emitidos a partir del 20 de diciembre de 2019 entregará como colateral a cambio del pase», explicó el organismo. Si durante la vigencia del pase activo el precio del bono entregado en garantía cayera más de 10%, el banco deberá integrar un aforo adicional, ya sea con títulos o pesos.