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(Ámbito) Cuarentena por coronavirus: «Es un tema que analizamos, pero tiene consecuencias económicas muy negativas». El presidente Alberto Fernández descartó realizar una cuarentena generalizada en el país por el coronavirus, pero anunció nuevas medidas. Tras las múltiples especulaciones que circularon sobre las eventuales medidas del Gobierno para contener el brote de coronavirus, Alberto Fernández descartó una cuarentena generalizada en el país, aunque anunció nuevas disposiciones. Luego de reunir a su gabinete,al jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta y al gobernador de la Provincia, Axel Kicillof, Fernández informó una batería de medidas dispuestas para atenuar las consecuencias de la pandemia mundial. Entre las novedades está la suspensión de las clases hasta el 31 de marzo, el licenciamiento de todos los mayores de 65 años y el cierre de cines, teatros y espectáculos masivos, como así también de las fronteras. Sin embargo, frente a la consulta de la prensa y los múltiples rumores que circularon, el mandatario explicó que «una cuarentena generalizada para el país es mucho», y que una medida de ese tipo tendría «consecuencias económicas muy negativas, que ni siquiera ayudan a resolver el problema de la pandemia».
(Ámbito) Aseguran que no hay desabastecimiento y piden calma a los consumidores. Supermercadistas afirmaron que no hay peligro de desabastecimiento pese a las mayores compras de alimentos y productos de higiene que se dieron en los últimos días a causa del coronavirus. Reclamaron tranquilidad a los consumidores. Distintos sectores de la cadena de consumo afirmaron que no hay peligro de desabastecimiento pese a las mayores compras de alimentos y productos de higiene que se dieron en los últimos días a causa del coronavirus, y pidieron tranquilidad a los consumidores. «Queremos transmitir que por ahora no hay ningún indicio de que podamos estar en situaciones de desabastecimiento, más allá de estas compras especiales o diferentes que se están realizando, a lo sumo lo que puede pasar es que no se encuentre la marca o la presentación que uno busca pero todo va a tener su alternativa», dijo a Télam el titular de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Vasco Martínez. El directivo aseguró que «se está haciendo el mayor esfuerzo posible, hubo operación logística de fin de semana que no es habitual. Esto genera más costo y no es incremento de las ventas porque en realidad el stockeo no se produce todos los días, tiene su pico y después pasa». Vasco Martínez sostuvo que «los precios en general se mantienen como estaban antes de la crisis» y manifestó su deseo de «volvamos a la normalidad» en poco tiempo. «Durante el fin de semana hubo un vuelco masivo en superficies medias y grandes no tanto en lo que es proximidad. Hubo que trabajar muy fuerte para mantener el abastecimiento lo más normal posible. La mayor demanda se dio en los rubros productos de almacén y limpieza», detalló el directivo de ASU, la entidad que agrupa a las grandes cadenas de supermercados. Sobre el incremento de ventas dijo que «no hay números consolidados, fue una curva que fue ascendiendo del jueves hasta ayer. Ha sido un fenómeno más en centros urbanos, el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aire, Córdoba y también ocurrió en San Salvador de Jujuy, por la suspensión de las clases». Consultado sobre la posibilidad de que se tomen medidas que incrementen el nivel de restricción en materia de traslado de personas, Vasco Martínez dijo que «ya nos estábamos anticipando y se tomaron recaudos y que en la logística pesen los productos de alta rotación». Indicó además, que «los canales online directamente han llegado a sus máximos este fin de semana, hay cadenas en las que se ha sextuplicado el peso de la demanda online. Muchas cadenas que tienen sistema de retiro de compra en tienda se ha triplicado la venta por ese canal». Acerca del alcohol en gel explicó que «hay sugerencias en algunas cadenas de un alcohol en gel por compra, pero hemos visto que las limitaciones de compra acentúan el acaparamiento». Por su parte, Víctor Fera, de Maxiconsumo, dijo que «hay que tomar todas las medidas necesarias porque es una situación mundial y todos los argentinos vamos a tener que colaborar para esto». «Estamos normalmente abiertos, con más gente de lo normal, la gente está asustada pero no hay peligro de desabastecimiento. Hay que llevarles tranquilidad, tienen que comprar lo que necesitan, le pedimos tranquilidad a la gente, no puede haber riesgo de desabastecimiento», aseguró. Dijo que en estos días «hay mucho más trabajo, más logística, la gente sale a comprar, cosas que pasan cuando hay sustos, está asegurado el abastecimiento, no es un problema tan grave. Pedimos tranquilidad para no complicar más la situación de lo que está», reiteró. Asimismo, consideró que «el alcohol en gel necesita una disposición especial del Anmat» y que «el Gobierno tendrá que tomar alguna medida de urgencia y autorizar algunas fabricaciones. Nosotros estamos dispuestos a fabricar de forma inmediata». Por el lado de los consumidores, la titular de Adecua, Sandra González, dijo que «la gente hoy está comprando fundamentalmente alimentos no perecederos. En general hay mercadería, pero no hay alcohol en gel y tampoco se le podría decir a la gente que no le podemos decir que no lo compre si está caro».»Una cosa es tener prevención y otra es me llevo todo lo que hay y no me importa el que viene atrás, eso mucho no lo comparto, hay que ser cuidadosos, por otro lado los comerciantes también tienen que estar a la altura de las circunstancias y no abusarse con los precios», señaló. Observo que «el alcohol en gel subió muchísimo y no se está respetando lo de bajar el precio al 15 de febrero, pero en la desesperación la gente compra igual», y detalló que en enero un alcohol en gel de 750 mil rondaba los $80, mientras que hoy un envase pequeño está alrededor de $120. Según la consultora Focus Market, la demanda del alcohol en gel creció un 282% en términos interanuales al 10 de marzo; mientras que los precios de este producto tuvieron un crecimiento mensual del 12% en febrero y un 8% en los primeros 10 días de marzo. La semana pasada, la Secretaría de Comercio Interior dispuso retrotraer los precios de venta del alcohol en gel a los valores del 15 de febrero, que no podrán ser alterados durante 90 días, e intimó a las empresas a incrementar la producción hasta el máximo de su capacidad instalada para garantizar el abastecimiento. «La gente tiene miedo que cierre todo, pero supermercados y farmacias siempre abren. Pedimos a las farmacias que no se aprovechen. El control ciudadano y de los usuarios es muy importante. Que la gente no enloquezca y que tampoco le cobren de más», concluyó González. Hasta el momento, Argentina presenta dos muertes y 45 casos confirmados de personas enfermas de coronavirus. El presidente Alberto Fernández aseguró hoy que su recomendación es «quedarse en casa todos los que pueden» para evitar la circulación del coronavirus y así su propagación.
(Ámbito) Llegó la pandemia y vendrá la recesión; y también vendrá la luz final del túnel. Eran dos semanas terribles en agenda. Se fue la primera. El Covid-19 es el primer coronavirus devenido en pandemia. Es oficial. Wall Street, el último de los mohicanos, se entregó el jueves negro con una caída memorable de 9,5%. Es oficial también: el mercado bull no pudo festejar sus once años. El virus lo fulminó. Los récords son de febrero, cuando la epidemia era sólo una tortura china, y al jueves, el S&P500 ya se había desplomado 26,7%. El cisne invisible deja una estela negra, destruyó tanta riqueza bursátil como la crisis de Lehman al cabo de 260 ruedas, en la quinta parte del tiempo. Instalados la pandemia y el mercado viral, no debería haber dos sin tres. Aunque no pudo adivinar su propia suerte, la Bolsa presagia una inminente recesión global. En definitiva, los bonos del Tesoro habrán tenido razón. La curva de rendimientos se invirtió a manera de oráculo cuando todavía la sopa de murciélago era una delikatessen en Wuhan. Claro que por la razón equivocada. No fue la puja comercial; la economía mundial se rinde a un virus tenaz que la inhibe sin rozar un arancel. La cartelera plena de peligros, y había que mirar el microscopio. No es una pandemia, sino dos: el coronavirus y la histeria. Tras el jueves negro llegó un viernes brillante. Wall Street rebotó 9,3% pari passu con un aumento del 30% de los casos de contagio en Nueva York. Lo que mermó, entonces, fue el miedo extremo. ¿Estertor de gato muerto? No. Fluyó plata fresca y dinero inteligente de los insiders (gerentes y accionistas) de las compañías. Ocurre que, a diferencia de lo que desvelaba a Keynes, en el largo plazo estaremos (casi) todos vivos. El drama es terrenal, es acá (y ahora) y no en el más allá: cómo pasar el invierno. Dice la investigación empírica que las intervenciones no farmacológicas (el diagnóstico rápido, el aislamiento, las restricciones a los viajes) son eficaces. De haberlas aplicado China una semana antes, los contagios hubieran disminuido un 66% (y 95%, con una antelación de tres semanas). De haberse demorado una semana extra la epidemia se hubiera multiplicado por tres (y por 18 si se tardaban tres semanas más). La letalidad del virus es función, entre otros factores, de la calidad de la atención médica. Y para que el sistema de salud no se desborde hay que quitarle ímpetu a la epidemia. Se acepta ya que fuera de Asia el destino es la cuarentena. ¿En qué piensa Wall Street con una contraofensiva cuando es oficial que la guerra se perdió y el virus se potencia? En la luz al final del túnel. Powell bajó medio punto la tasa tres semanas atrás, había un solo estado en emergencia, y provocó pánico y un golpe seco en la Bolsa. El Presidente Trump declaró la emergencia nacional (con 39 estados en la línea de fuego), y no produjo zozobra sino un rotundo voto de esperanza. Algo importante cambió: la emergencia está en los precios. Tanto que si se exigen cierres semanales la defunción del mercado bull no puede certificarse. Todo se acelera. En una semana terrible el mundo desplegó una formidable línea de defensa. En el país donde uno se fije surgió una respuesta de política sanitaria, fiscal y monetaria de calibre. Hasta la Alemania de Merkel rompió el chanchito de sus ahorros. Conclusión: contra el virus no hay moral hazard. Todo vale. Poner a la fuerza laboral en cuarentena y evitar (o mitigar) el shock crediticio es la obsesión de los planes. Se hará todo lo que haga falta a la Draghi, pero a escala global. La población mundial tomó conciencia con las imágenes de Italia y será más fácil anticipar las políticas de salud. Asia acorraló al virus con gran tesón. ¿Podrá el mundo si le sigue los pasos? La pandemia no cesará pronto aunque se la derrote con las decisiones que se toman en el presente. ¿Mermará la pavura? Así sea. La Fed de Powell hará lo suyo esta semana, la segunda terrible, la que debería clavetear el ataúd del mercado bull. ¿Relajarán los mercados su obsesión con el virus para ponderar la etapa que sigue, la que China lidera hoy, de volver lentamente al trabajo? Lázaro resucitó el viernes, al primer día. ¿Se deprimirá con la incertidumbre que todavía resta absorber? O cuando se vea en el espejo de las estadísticas. De tan veloz, el mercado viral, ¿es un mercado bear o un tremendo flash crash, un impulso eléctrico del sistema nervioso que se puede corregir? La emoción tiene la última palabra.
(Cronista) Empresas salen a recomprar acciones por $ 2750 millones Byma, Grupo Financiero Valores, TGS y Pampa comunicaron a la Bolsa su plan para sostener el precio del papel. Si el mercado se sigue hundiendo los precios van a estar por abajo del piso para recomprar. GS saldrá a recomprar acciones por $ 2500 millones, Byma por $ 100 millones, Grupo Financiero Valores por $ 100 millones y Pampa por $ 50 millones. TGS empezó el 9 de marzo y ya recompró $ 58 millones, Pampa lo hizo a fines del año pasado y ya recompró $ 31,5 millones, Byma desde el 21 de febrero viene recomprando $ 7,3 millones y mañana debutará el Grupo Financiero Valores. Las recompras de acciones son una opción para las empresas y no una obligación, sino que es todo el poder de fuego que tienen estas empresas dispuesto a hacer recompras. «Si usan todas las balas o no dependerá del día a día», dicen en la City. Si las acciones se disparan para arriba, automáticamente salen del rango de compra y no es necesaria la recompra para sostenerlas. Pero si el mercado se sigue hundiendo, los precios van a estar por debajo de los pisos puestos por las empresas para recomprar y por tanto se van a aplicar más fondos. “Seguimos pensando que nuestras acciones están marcadamente subvaluadas. En el 2019 fuimos la acción que más subió del panel líder y de las muy pocas que mantuvo su valor en dólares. Ya llevamos recompradas más de 17 millones de acciones a un valor promedio de $ 5,6 por acción (menos de la mitad de lo que vale hoy) en momentos donde el mercado estaba vendedor y el ruido financiero impedía a los inversores analizar con tranquilidad cada acción. Pagaban justos por pecadores”, advierte Sebastián Salaber, presidente del Grupo Financiero Valores. “Creemos que estamos en una situación muy similar y que estos precios no reflejan el valor de nuestra fanquicia. El Banco de Valores acaba de anunciar un balance con cerca $ 2000 millones de ganancia. Esto implica uno de los retornos para el accionista más altos del mercado en una acción que además tiene un historial de pagar dividendos altos y que han rondado el 10% del valor de la acción. Hoy nuestro valor de mercado es cercano a $ 9000 millones, lo que implica un valor cercano a cuatro años y medio de ganancias. Muy barato por donde se lo vea”, agrega.
(Cronista) Deuda: la baja de la tasa en EE.UU. ayudaría pero la caída en los mercados condiciona los planes Los esfuerzos oficiales se concentraron en las últimas 48 horas en el plan de contención por los efectos económicos del coronavirus en el país. Expectativa por el lanzamiento formal de la oferta de canje. La expectativa fue creciendo en los últimos días sobre el rumbo de renegociación de la deuda, sobre todo tras el efecto de la expansión del coronavirus, su impacto en los mercados y la decisión de la Reserva Federal de ayer de recortar su tasa de interés y dejarla entre 0,25% y 0%. Si bien estaba previsto que la oferta a los acreedores privados se concretara esta semana – una después de lo pactado de manera original-, la situación mundial se modificó. Es que la expectativa en cómo reaccionarán los mercados a la decisión de la Fed de ayer (que termina afectando al contexto para oficializar la propuesta) por un lado, y el armado del paquete de medidas económicas que se planea que lance hoy el Consejo Económico y Social, que se llevó casi toda los esfuerzos, corrieron a la renegociación de la deuda del eje central que tuvo en las últimas semanas, según pudo saber este diario de fuentes oficiales. No obstante no está descartada la opción de avanzar con los planes originales. Para Daniel Marx, que estuvo en la renegociación de la deuda en 1989, la cuestión no pasa tanto ahora por la disminución de la tasa de EE.UU. sino más bien “por las perspectivas y manejo que se haga en esta nueva situación”. Si bien reconoció que “el aflojamiento de condiciones monetarias en EE.UU. ayuda, pero vale más como se procede aca en esta difícil condición”. Miguel Kiguel, ex subsecretario de Financiamiento entre 1996 y 1999 y director de Econviews, no espera que la baja de la tasa impacte de manera significativa. “Las tasas de los bonos largos ya estaban abajo del 1% y no creo que caigan mucho más. No creo que esto se tranquilice pronto. Hay miedo por la salud de la gente. Europa está en crisis sanitaria y EE.UU. va en esa dirección”, señaló. Consultado sobre si estaba dado el contexto para hacer la oferta de canje de deuda, respondió que no, que era muy elevada la incertidumbre. Coincidió en algún aspecto Santiago López Alfaro, de que la baja de tasa algo podría ayudar pero que “depende más de la Argentina que de afuera. “Veremos cómo operan mañana (por hoy) los activos de riesgo”, dijo, aunque reconoció que “si la oferta es muy dura no hay tasa que nos salve. No van a aceptar”. Según pudo saber El Cronista, en el Ministerio de Economía se evalúa que no sea una única para todos los acreedores de títulos bajo ley extranjera. Más allá de la oferta en sí, para la que la semana pasada trabajaron contrarreloj con la intención de oficializarla en algún día de la que empieza hoy, también sobrevoló el cómo: mientras que evaluaban días atrás hacerla vía videoconferencia, luego esta posibilidad se erigió como la única tras la cancelación de los vuelos desde Estados Unidos. No obstante, consultadas las fuentes en el Palacio de Hacienda, aún no lo confirmaron pero veían como la opción más probable. Es que el coronavirus afecta no solo los planes sobre la deuda en sí sino también su logística, por lo que la intención de que Martín Guzmán viaje a Nueva York y haga la presentación luce prácticamente imposible. La semana pasada en Economía fueron monitoreando día a día el movimiento de los mercados. Si bien hay cierta discusión entre analistas del impacto sobre la renegociación, un aspecto que traerá esta caída en las plazas bursátiles es un mayor «exit yield». Este indicador es la nueva tasa de rendimiento a la que la nueva deuda comienza a cotizar, pero allí una variable que juega es el riesgo país, que si bien bajó un poco el viernes, coquetea con oscilar en torno a los 3000 puntos básicos. Eso se suma a que 15 días atrás los principales fondos de inversión estuvieron en Buenos Aires, se reunieron con Guzmán y se fueron con cierta decepción acerca del avance de las negociaciones. El punto en cuestión es que se llevaron la sensación de que la propuesta va a ser más agresiva que lo estimado de manera inicial: según dos fuentes con conocimiento de las negociaciones, la quita que ven es de un 60% del valor presente. La cuestión de la sostenibilidad es clave en la gestión Guzmán: no sólo la mencionó en cada oportunidad que pudo desde que asumió el 10 de diciembre, sino que esta idea cobró más fuerza cuando el Fondo Monetario Internacional calificó la deuda argentina como «no sostenible» y pidió una quita significativa a los acreedores privados. Varios bonistas hacen chistes por lo bajo y dicen que si les ofrecieran una quita de entre 30% y 40% del valor presente, firmarían ya. Con la mira en la sostenibilidad De acuerdo a estudios privados, para reducir la deuda como porcentaje de PBI a niveles considerables, se deben ofrecer quitas de capital o de cupón. Un estudio de la consultora LCG marcó que una extensión de 5 años; pagos bonos a la par por dos años y una quita de cupón de 50% reduciría poco la deuda, hasta un 88,2% del PBI. En cambio, si al combo anterior se modifica la quita en los intereses y se da una del principal, de 30%, la deuda bajaría más, hasta 77,3% del producto. En una propuesta más agresiva, con una extensión de 8 años, con pagos de bonos a la par por dos años y una quita de principal del 50%, la sostenibilidad tan anhelada sería mejor, siempre y cuando se logre la aceptación de los bonistas: la deuda bajaría hasta el 67,4% del PBI. Otro aspecto que reclaman los bonistas es conocer los datos que sustentan el plan oficial: según dijeron, en los intercambios con Guzmán el ministro dio la misma información que presentó en el Congreso a mediados de febrero: que con cierto esfuerzo al equilibrio fiscal se llegaría en 2023. Pero que no se difundió los supuestos para este escenario. Según pudo saber El Cronista, quienes sí tuvieron la oportunidad de ver los números en detalle de los escenarios que evalúan desde el Gobierno fueron los funcionarios del Fondo Monetario Internacional: en los intercambios, fluidos, que hubo en las últimas semanas (ya sea en Buenos Aires, Riad o en Washington), desde el organismo sí analizaron las premisas macroeconómicas.
(Cronista) Coronavirus: piden a la AFIP postergar vencimientos de impuestos y declaraciones Expertos en tributación y contadores afirman que el brote en la Argentina dificultará a muchas empresas afrontar sus obligaciones fiscales y piden estirar los plazos de pago y de presentación de documentación. Además, piden prorrogar la repatriación de fondos para Bienes Personales. El avance del coronavirus y las consiguientes restricciones por prevención golpean la actividad económica en general y complican el funcionamiento normal de las empresas y organizaciones. Por eso, especialistas tributarios y contadores piden a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) aplazar los vencimientos impositivos de las próximas semanas. En este escenario, las compañías aéreas, hoteleras y otras relacionadas con el turismo parecen ser las más afectadas, aunque las empresas de consumo masivo como shoppings y restaurantes también acusan el impacto, estiman. El especialista tributario Sebastián Domínguez, socio SDC Asesores Tributarios, consideró que el Estado en todos sus niveles debe postergar excepcionalmente los cobros de impuestos a las empresas, los pagos a cuenta y la presentacipon de las declaraciones juradas. «Las empresas de esos rubros bajan sus ingresos a pesar de que tienen que cubrir sus costos. Es necesario dilatar las fechas de pago para no ahogarlas financieramente. Tienen que pagar sueldos y costos fijos, y muchas no van a poder afrontarlos si tienen que pagar impuestos», sostuvo Domínguez, en diálogo con El Cronista. Y agregó: «Si el Estado en todos sus niveles no toma estas medidas muchas empresas y pymes se van a ver en una situación de imposible cumplimiento, lo que va a afectar las fuentes de trabajo. Hay que tomar medidas excepcionales, cambió el escenario completamente, para suavizar los problemas que van a tener las empresas en lo inmediato.» Además, el analista resaltó que las empresas pueden tener problemas por el impacto en el funcionamiento de las áreas administrativas dado que parte de los empleados puede quedar en cuarentena, lo que dificulta para las compañías el cumplimiento de los vencimientos impositivos. El especialista en tributación Iván Sasovsky puso el foco en las dificultades que surgen para los vencimientos de las declaraciones, en especial para los contribuyentes que pagan impuestos anuales y tienen que reunirse con contadores profesionales. «Hay cuestiones de tipo presencial que no permiten trabajar normalmente con los vencimientos con una cuarentena de por medio. Principalmente los impuestos anuales que les corresponde a personas que durante el año no son sujetos de impuestos mensuales», señaló a este medio. Y agregó: «En el resto del mundo, como Estados Unidos y España, se otorgaron prórrogas de vencimientos e incentivos fiscales por semejante freno de ciertas actividades económicas.» Para el especialista José Luis Ceteri, las empresas todavía van a poder cumplir con las tareas normativas, aunque vislumbra que aparecerán problemas con el pago de impuestos «en un par de meses» por la caída de las ventas. «El parate de la actividad va a ser el mayor problema, pero todo lo que se deje de facturar este mes se va a observar recién en el dato de recaudación de abril, que va a ser un mes testigo», dijo Ceteri a El Cronista. Por su parte, César Litvin, CEO del Estudio Lisicki, Litvin & Asociados, destacó que las restricciones por el coronavirus afecta los ingresos de empresas ligadas al turismo y a eventos, como las líneas aéreas, hoteles, restaurantes y espectáculos, por lo que «deberían reprogramarse los vencimientos de anticipos, pagos a cuenta y declaraciones juradas». La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) recomendó a los gobiernos tomar medidas de impulso fiscal. «Esta no es una crisis que los bancos centrales puedan salvar», dijo la economista Jefe de la entidad, Laurence Boone. Entre esas medidas, el organismo aconsejó el apoyo para los servicios de salud, regímenes de trabajo flexibles con garantías de pago, la liquidez al sector financiero, el respaldo específico para las industrias afectadas como el turismo y normas estatales y tributarias más flexibles. Piden prorrogar la repatriación Sasovsky considera que la propagación de la enfermedad puede comprometer la repatriación de fondos para pagar menos por Bienes Personales, que vence el 31 de marzo. «Yo creo que la repatriación se puede ver comprometida. Sobre todo el hecho que por la cuarentena de quienes viajan, muchos no pueden ir al banco a abrir las cuentas especiales para la repatriación», señaló. Domínguez coincidió en la necesidad de estirar el plazo, al destacar que el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) todavía no especificó en qué fideicomisos se podrá invertir. «Los contribuyentes no conocen todas las opciones de instrumentos a los que pueden destinar el dinero, debería estirarse hasta abril o mayo», dijo. Quien posea activos en el exterior y esté alcanzado por la alícuota doble de Bienes Personales puede pagar la tasa simple, como si estuvieran dentro del país, si trae al país el 5% del total y lo deposita en una caja de ahorro especial antes del 31 de marzo. Además de quedar depositado en esa cuenta, el contribuyente puede ser pesificar el dinero en el mercado cambiario al tipo de cambio oficial, puede invertirlo en fideicomisos orientados a la producción dispuestos por el BICE o puede suscribirlo en fondos comunes de inversión que se ajusten a las normas de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que ya estableció los requisitos. A diferencia de la CNV, la entidad que preside José Ignacio De Mendiguren todavía no definió los detalles, cuando restan nada más que 10 días hábiles para poder acreditar la repatriación de los fondos. Ambas opciones requieren que la inversión se mantenga hasta el 1° de enero de 2021 para que sea válida la reducción de la alícuota de Bienes Personales.
(Cronista) Coronavirus: bancos darán créditos blandos para producir insumos Son para impulsar la producción de alimentos, productos de higiene personal e insumos para garantizar el abastecimiento. A partir de esta semana, distintos bancos públicos y privados ofrecerán créditos para capital de trabajo que permitan a las empresas incrementar la producción y venta de alimentos, productos de higiene personal y del hogar, entre otros. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó que se pondrá a disposición de las empresas créditos blandos para impulsar la producción de alimentos, productos de higiene personal e insumos para garantizar el abastecimiento. En ese contexto, se trabaja en medidas de financiamiento para garantizar el incremento de la producción de elementos básicos del consumo familiar. El viernes, el comité de crisis del Banco Nación estableció para los clientes con dificultades de crédito debido al contexto del presente escenario una línea especial con igualdad de condiciones y tasa, además, de suspender el plazo de control de supervivencia (la fe de vida), direccionar toda la operatoria de otorgamiento de préstanos personales a canales electrónicos. También, limitar extracciones en cajeros humanos, que sólo podrán atender operaciones superiores a $ 30.000. En el Banco Provincia, en tanto, también anunciarán nuevos créditos blandos a los que ya tienen, de la mano de Reactivación PyME (RePyME), el programa financiero compuesto por cuatro líneas crediticias con tasas competitivas para reconstruir el entramado productivo bonaerense. Esta iniciativa forma parte de Arriba PyMEs, un plan desarrollado por el gobernador Axel Kicillof para reactivar la economía mediante financiamiento productivo y facilitando a las pymes la regularización de sus deudas con ARBA.
(BAE) Se disparó la búsqueda de cobertura y el Central perdió USD496 millones en una semana. La entidad vendió divisas para sostener un deslizamiento gradual del dólar. Calculan ventas cerca de USD110 millones para abastecer la demanda de bancos e importadores. El pánico global por el coronavirus disparó la búsqueda de refugio. En nuestro país, los inversores corrieron hacia el dólar y todas las cotizaciones subieron con fuerza. Ante una mayor demanda de divisas y una menor oferta genuina, la estrategia del Banco Central combinó la semana pasada ventas en el mercado único de cambios e intervenciones en la plaza de futuros. A pesar del cepo, en sólo 5 días se fueron USD496 millones de las reservas internacionales de la entidad. El viernes, pese al fuerte rebote de los mercados de todo el mundo y la recuperación de las monedas emergentes, operadores calculan que el BCRA vendió cerca de USD110 millones para abastecer la demanda de bancos e importadores. Ese día, las reservas mostraron una merma de USD180 millones. Los datos del Central muestran que al cierre de la semana pasada las tenencias en moneda extranjera de la entidad llegaban a USD44.359 millones. Alrededor de un 41% de ese total corresponde al swap de monedas con China, que vence a mitad de este año pero que el BCRA ya pidió en los últimos días su renovación al Banco Central chino. En una economía que genera pocos dólares, mantener las reservas resulta crucial. Desde febrero el Central comenzó a dejar deslizar lentamente al tipo de cambio para evitar que quede atrasado respecto de la fuertes devaluaciones que sufrieron a causa del shock global el resto de las monedas de la región. La estrategia del BCRA, según apunta el analista Christian Buteler, parece ser «dejarlo correrse un poco pero no tanto». De ahí se explican las ventas realizadas por la entidad en los últimos días en un mercado en el que la oferta se vio retraída y la demanda algo más apurada por el pánico generalizado que causó la expansión del coronavirus y la guerra entre Arabia Saudita y Rusia por el precio del petróleo. «Es sabido que con un cepo al nivel que está, no vas a tener un vendedor que entre dólares, por eso tiene que ser el BCRA el que venda. Hasta que eso no se armonice yo no veo las reservas creciendo. De hecho, durante el cepo anterior del Gobierno de Cristnia Kirchner, las reservas nunca dejaron de bajar», indicó Buteler. Y remató: «Nadie entra a donde después no lo dejan salir». La semana pasada, el dólar mayorista trepó 42 centavos, hasta los $62,90. Fue la suba semanal más alta desde el cierre de la primera quincena de febrero. El minorista, en tanto, trepó 34 centavos en las 5 ruedas pasadas y llegó a $65,05. Con un tope oficial de USD200 por mes para los ahorristas, la suba más fuerte fue para las cotizaciones paralelas. El dólar blue se disparó más de $5 la semana pasada y al cierre del viernes se vendía a $83,70 en las cuevas del microcentro porteño. En el mercado bursátil, el dólar contado con liquidación operaba en torno a $89,15, tras un alza en la semana del 7%. El MEP alcanzó el viernes los $88,22, con un salto semanal de 8%. «Las brechas cambiarias, que actúan como un verdadero termómetro- saltaron rápidamente hasta el 40% en las últimas ruedas, ante el modo pánico externo que acentúo la cautela local», señaló el economista Gustavo Ber.