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(Cronista) Deuda: los bonistas aseguran que perciben cierta flexibilidad del Gobierno para negociar Así lo transmitieron a El Cronista, según intercambios que mantuvieron con intermediarios. Los acreedores privados preparan una contra oferta unificada para presentar al Gobierno. Los días para llegar al 8 de mayo, fecha límite en la que los bonistas deben responder si aceptan la oferta de canje, empezaron a correr: desde una posición más bien dura, en la que cada parte mostró poca predisposición a ceder, ahora pareciera empezar a aflojar, al menos en la intención. «Hemos recibido señales de que podría haber cierta flexibilización», sostuvo uno de los acreedores que lidera un grupo de bonistas. «Nos llamaron algunos intermediarios para decir que Martín Guzmán deja cierto margen de acuerdo», agregó. Así, si bien hasta el momento tanto desde el Gobierno como desde los acreedores transmitieron una postura de poca flexibilidad, en la que cada uno defiende su postura, un primer acercamiento se podría dar en estos días. «La realidad es que no nos pusimos de acuerdo», sostuvo Guzmán la semana pasada en declaraciones radiales, y explicó que «la otra parte presiona para que Argentina ofrezca más pero no se puede, no es sostenible». Y cada vez que se le pregunta sobre la posibilidad de caer en default, el ministro asegura que la «Argentina esta en una situación de virtual default», por lo que el país ya no tiene acceso al mercado de créditos. No obstante, desde los acreedores privados empezaron a trabajar en aunar ideas para llegar a una contra propuesta unificada, para presentar al Gobierno argentino. «Estamos coordinando el mensaje; no estoy seguro de que esta semana ya esté lista; es un poco difícil», confiaron a El Cronista. «Tenemos que pensar qué sería aceptable», razonó. Los intercambios entre el Gobierno y los acreedores continúan, según pudo saber este diario desde ambos frentes (oficial y bonistas). Es que todos coinciden en que una situación de default no sería favorable para ninguno, aunque en sí tampoco lo descartan del todo. Así las cosas, la intención es avanzar con buscar encontrar puntos en común. En los pasillos oficiales se entusiasman con el andamiaje legal que consiguieron, ya que permite ir cerrando canjes parciales. Pero a los bonistas esta estructura no es suficiente. «Una solución parcial no es una solución; es que si se logra eso, aún así no se evita entrar en default», aseguraron. Además, comentaron que, según su parecer, «no sienta una buena base para futuros canjes». «Me sorprendió que Cleary (estudio de abogados que representa a la Argentina) pusiera esto; es una estupidez», calificaron desde los acreedores privados. El Gobierno oficializó la semana pasada la oferta presentada a los acreedores privados, por hasta u$s 66.238 millones, la cual contempla un alivio de quita del 62% en promedio sobre los intereses y de 5,4% sobre el capital para comenzar a pagar en 2023. El Gobierno plantea una estructura de bonos amortizables con tasas de interés escalonadas nunca mayores al 5%, quitas de capital que van entre 12% y 18% para los papeles de más corto plazo según la moneda, un esquema de «opcionalidades» para elegir los nuevos bonos y diluir el poder de los bonistas y vencimientos hasta 2047.
(Infobae) Exclusivo: las claves del plan que diseña Alberto Fernández para salir de la crisis económica acelerada por el coronavirus. El jefe de Estado encargó a Martín Guzmán, titular del Palacio de Hacienda, y a Miguel Pesce, presidente del Banco Central, un programa de emergencia que contribuya a fortalecer el mercado de capitales, estabilizar el dólar y bajar las tasas de interés. Alberto Fernández prepara un plan de emergencia que se apalanca en el sistema financiero de la Argentina. En la soledad de la quinta de Olivos, el jefe de Estado se reúne con Martín Guzmán, titular del Palacio de Hacienda, y Miguel Pesce, presidente del Banco Central, para avanzar en un programa que apunta a fortalecer el mercado de capitales, estabilizar la cotización del dólar y bajar las tasas de interés. Todos los bancos, públicos y privados, nacionales y extranjeros, serán los protagonistas clave del paquete de medidas que se diseña en secreto para contener la crisis económica causada por el coronavirus. El programa no está atado al fin de la pandemia ni a la negociación de la deuda externa, y se dará a conocer cuando Guzmán y Pesce ultimen los detalles técnicos, y Alberto Fernández entienda que se cumplen los requisitos necesarios para relanzar la economía nacional. El Presidente considera que ya se emitió lo suficiente para aplacar los efectos devastadores de la pandemia, y que en plena crisis doméstica y global será muy difícil para la Argentina acceder al mercado de capitales en el exterior. Con el riesgo país a más de 4.000 puntos básicos, los créditos a tasas razonables no existen para los tomadores locales. A este difícil contexto financiero, se debe agregar la situación incierta en la negociación con los bonistas bajo legislación extranjera y la caída del precio del petróleo que enterró a Vaca Muerta sin procesión ni funeral. Entonces, el presidente ya asumió que no habrá créditos privados y menos aún inversiones en la industria petrolera, que sufre los embates del enfrentamiento protagonizado por Rusia y Arabia Saudita. Frente a esta perspectiva, Alberto Fernández decidió fortalecer el mercado de capitales de la Argentina e instruyó a Guzmán y Pesce para que preparen una propuesta que acote la dependencia del Banco Central frente a la banca privada y que permita al Tesoro emitir bonos en el mercado local.
El viernes pasado, en Olivos, Alberto Fernández, Guzmán y Pesce trabajaron a solas toda la mañana. Y al terminar ese cónclave, el presidente ya tenía decidido ciertos aspectos de su futuro programa de emergencia económica basado en la reactivación del mercado de capitales:
1. El Tesoro -Ministerio de Economía- emitirá series de bonos en moneda nacional que ofrecerá a los bancos.
2. La intención es revertir la lógica financiera de los últimos cuatro años: que el Banco Central deje de colocar Leliqs a favor de la banca, y que las entidades bancarias compren los bonos emitidos por el Tesoro.
3. La tasa de interés de los bonos será superior a la inflación prevista para 2020.
4. El Banco Central dictará resoluciones destinadas a bajar los niveles de encaje bancario y a permitir que los bancos puedan ampliar sus niveles de inversión en títulos soberanos de la Argentina. De esta manera, explicaron en Olivos, la liquidez de los bancos se podrá derivar a los nuevos bonos y evitar así que presione sobre el tipo de cambio.
5. Baja continua de la tasa que se paga por las Leliqs y las tasas de referencia para los créditos destinados a la pequeña y mediana empresa.
Martín Guzmán, ministro de Economía en su despacho del Palacio de Hacienda
Martín Guzmán, ministro de Economía en su despacho del Palacio de Hacienda
Desde hace semanas que Alberto Fernández analiza qué programa de emergencia puede poner en marcha para contener los efectos destructivos de la pandemia. Y en este sentido, el Presidente decidió no reestructurar los bonos en pesos para dar una señal amistosa al mercado local. De hecho, el 28 de abril hay vencimientos de Boncer y Lecap por 47.040 millones, y el 21 de junio se deberá pagar 148.417 millones del bono Botapo, o “Bono del Tesoro a Tasa de Política Monetaria”, emitido en tiempos de Nicolás Dujovne como ministro de Hacienda. El presidente ya le ordenó a Guzmán que pague estos bonos sin ninguna dilación. Alberto Fernández no esperará al final de la pandemia para ejecutar su plan de emergencia basado en el mercado local de capitales. Ni tampoco atará su lanzamiento a los resultados de la negociación con los bonistas privados bajo legislación internacional. “Cuando esté listo, se dará a conocer. El anuncio no pasará de mayo”, reveló anoche a Infobae uno de los redactores del futuro programa económico.
(Iprofesional) Una pelea entre el ministerio de Economía y el Banco Central, el trasfondo de la suba del dólar. El conflicto comenzó por el debate sobre cuánto dinero debe emitir el Banco Central. Sin embargo, el jueves la tensión llegó a su máximo nivel. La pelea existe desde hace ya varios meses, y comenzó por el debate sobre cuánto dinero debe emitir el Banco Central. Sin embargo, el jueves pasado la tensión entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, llegó a su máximo nivel. ¿El motivo? La decisión de una buena parte del equipo económico del Gobierno, con Guzmán como punta de lanza—algunos dicen que con el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner—, de avanzar sobre los bancos y marcarles el territorio, obligándolos a prestar más plata a las empresas y a la gente. Y tal vez, planeando aplicarles un impuesto específico por lo que han ganado en los últimos años. El recalentamiento de la pelea se dio justo el día en que el dólar llegó a sus niveles máximos: el contado con liqui se operó en $ 111,50, el dólar Bolsa $110,50 y el blue llegó a $ 118. Fuentes cercanas al Ministerio de Economía señalaban que la disparada del dólar obedecía a que el Central había liberado demasiados pesos a los bancos para que los prestaran, y que las entidades se habían demorado en entregarlos a las pymes. En el interín, los propios bancos y operadores vinculados a ellos, habían usado esos pesos para comprar dólares y así habían generado la corrida cambiaria. Así, la discusión que parecía darse por la disparada del precio del dólar escondía en realidad el verdadero origen del enfrentamiento: marcarle el territorio a los bancos.
«Lo que pasa es que hay una pelea de fondo que viene desde hace rato: en el Ministerio de Economía creen que el Banco Central tiene una inclinación a funcionar más a favor de los bancos. Porque siempre el sector financiero ha tenido cooptado a su ente regulador», señala un importante ex funcionario. Y agregó: «La relación con los bancos siempre genera una tensión entre el Central y Economía».
A esta teoría adhieren buena parte de los integrantes del equipo económico, que ya funcionaron como equipo cuando Cristina Fernández de Kirchner fue Presidenta: Matías Kulfas (Producción), Mercedes Marcó del Pont (AFIP) y Cecilia Todesca. Ahora habrían sumado al ministro Guzmán a su equipo, ya que el joven titular de Economía cuenta con el apoyo de Cristina Kirchner, quien lo protege y lo apadrina. Es por esto que hay quienes consideran que Guzmán está funcionando como punta de lanza para atacar la relación que hoy tiene Pesce con los bancos.
«A Guzmán le preocupa que los fondos que el Central le liberó a los bancos no lleguen a las pymes. Y es lo que le preocupa también a Kulfas. Esa es la pelea de fondo entre Economía y el Central. Pero queda más elegante decir que es por la emisión monetaria», señaló un economista que suele a hablar a menudo con el presidente Alberto Fernández. El mismo Kulfas lo dijo públicamente, cuando en un reportaje se quejó de la demora de los bancos para otorgarle los préstamos a las pymes a través de la línea especial impulsada por el Gobierno con una tasa máxima del 24% anual, que apunta a que las pequeñas y medianas empresas puedan pagar los salarios del mes de abril. El dardo iba, indirectamente, hacia Miguel Pesce, con quien Kulfas no tiene una buena relación. ¿El único cliente de los bancos?
La teoría que tienen algunos economistas —muchos de los cuales tienen contacto fluido con Olivos— es que en el equipo integrado por Kulfas, Marcó del Pont, Todesca y Guzmán están convencidos de que el sistema financiero argentino tiene un solo cliente: el Estado nacional y las provincias. Y que como resulta más fácil prestarle al Estado, no tienen ningún interés en prestarle a las empresas (en particular a las pymes) o a las personas, porque eso implica correr un riesgo que no están dispuestos a correr en este contexto de incertidumbre por la parálisis económica ocasionada por el Covid-19. Sin embargo, otro ex funcionario que conoce bien el funcionamiento del Banco Central y su relación con los bancos, asegura que no es tan así. «Hay una parte del equipo que tiene una mirada muy sesgada hacia el sector financiero y piensa que los bancos no prestan porque no quieren, pero se olvidan que la plata que tienen los bancos es de los ahorristas, y que si esos créditos no se pagan, existe el riesgo de una corrida bancaria», señaló. «Tal vez tienen una mirada un tanto ideologizada», señala el economista. Según cuenta otro importante ex funcionario, «hace tres meses que comenzó la pelea entre Guzmán y Pesce», y precisa que «todo comenzó porque Miguel (Pesce) está asustado por la emisión monetaria, mientras que Guzmán quiere armar la curva en pesos y prefiere no meterle un bono». Las versiones sobre los desentendimientos entre el presidente del Banco Central y el titular de Economía señalan que el primero consideró que Guzmán tenía «un manejo errático de la deuda, que lo obligaba a emitir pesos, cosas que él (Pesce) no quería hacer más». Cuentan que, en una oportunidad, Pesce recurrió al propio Alberto Fernández y le dijo: «No quiero emitir más pesos para pagar vencimientos». Y aseguran que en esa ocasión el Presidente le dio la razón a Pesce. Pero Guzmán (que tiene el respaldo de su mentor y maestro Joseph Stigliz) contaría con el apoyo de la propia Cristina. La foto del día en que se anuncio formalmente la propuesta de la deuda lo mostró sentado al lado de la vicepresidenta, algo que muchos leyeron como un apoyo incondicional. «Es verdad que Cristina quiere tener el poder de marcarle la cancha a los bancos y reorientar el crédito hacia el sector productivo, y tal vez eso se lo haya encargado a Guzmán, debido a la buena relación que tiene con él», admitió una fuente muy cercana a la vicepresidenta.
(Iprofesional) Duro revés para las automotrices: Argentina se aleja del Mercosur y se complican los planes de exportación. A los problemas del sector, paralizado por el coronavirus, se suma la decisión del Gobierno de no participar en la negociación por nuevos mercados. Sobre llovido, mojado. Así describen en las terminales la sombría situación que vive el sector automotor, acorralado por una crisis que se desató tras el aislamiento social, que obligó a parar las plantas y suspender personal; sumado a la caída en los patentamientos por la suba de precios que venía afectando a la industria. Ahora, cuando empezaban a poner fecha al reinicio de la producción, y los ventas internas tenían una oportunidad a través de la comercialización online, se abre un nuevo interrogante que pone en riesgo la supervivencia y expansión a mediano y largo plazo. El Gobierno anunció, durante la reunión de coordinadores nacionales del Mercosur, realizada vía videoconferencia, que dejará de participar de las negociaciones de los acuerdos comerciales en curso y de las futuras negociaciones del bloque regional. Fue la delegación de Paraguay, en ejercicio de la Presidencia Pro Témpora del Mercosur, quien informó a través del Ministerio de Relaciones Exteriores la determinación de la Argentina El argumento indica que, de ahora en más, Argentina se dedicará de manera exclusiva a priorizar su política económica interna, agravada por la pandemia del Covid-19, aunque aclaró que siguen en las negociaciones del bloque con la Unión Europea y el EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio). Esta decisión, no representará ningún obstáculo para que los demás socios del Mercosur continúen los procesos de apertura de nuevos mercado. Esto se dejó bien en claro en la comunicación del bloque, integrado además por Brasil, Uruguay y Paraguay. Sin embargo, se pone en juego el futuro de expansión y crecimiento de la industria automotriz, y, aunque sigan en marcha los proyectos con la UE, es un paso atrás en la apertura de nuevos mercados. En las terminales locales ya analizan las consecuencias. Si bien todavía no hubo una reunión sectorial, es decir, en ADEFA – Asociación de Fábricas de Automotrices-, ya que se conoció la medida el viernes, ante la consulta de iProfesional, ejecutivos del sector dejaron entrever la preocupación e incertidumbre que genera este nuevo escenario. «Apenas se conoció la medida, la primera impresión es que se ven riesgos porque significa aislarse del mundo, es como que te desintegras», explicó un alto ejecutivo. Cabe mencionar que, el Mercosur, explica el 20% de las exportaciones argentinas y más del 25% de las importaciones en general, pero en el caso de las exportaciones, se destaca la elevada proporción de manufacturas industriales, cerca del 60% del total, siendo el primer destino de exportación de la mayor parte de productos industriales, entre ellos el automotriz y las maquinarias. En este sentido, fuentes consultadas por este medio agregaron que «no es lo mismo salir a la búsqueda de nuevos mercados en bloque -un mercado extendido de gran escala-, que hacerlo de manera individual. Claramente, te resta fuerza». Otro tema que preocupa a las automotrices es que, representando Brasil el 50% de la producción total del Mercosur, es que, el resto de los mercados del bloque, avancen sin la Argentina. «Que abran sus mercados a otros países, como las tres negociaciones que están en marcha con Canadá, Corea e India, que tienen escala y producción, deja al país en una posición en total desventaja», agregaron desde otra terminal. Así lo explicó Marcelo Elizondo, especialista en mercado externos, quien dijo a Télam que «la Argentina tiene libre comercio, sin aranceles, con sus socios Brasil, Uruguay y Paraguay, a quienes les exporta. Allí dentro no compite contra nadie más. Si los otros tres socios abrieran sus mercados a terceros, la Argentina perdería esa preferencia exclusiva de acceso con sus productos». Según señaló, lo más grave es perder este beneficio con Brasil, a quien -dijo- el país le vende 11.000 millones de dólares.
Negociaciones con la UE
En el nuevo contexto confirmado por el Gobierno nacional, donde ponen pausa a la búsqueda de nuevos mercados, la excepción es la Unión Europea, con quien ya se está trabajando. Sin embargo, este caso es diferente y no significa una puerta tan significativa de expansión a futuro. Un directivo de una automotriz europea, explicó que «esta situación es distinta porque hay muchas compañías europeas, y se pueden gestionar con la casa matriz acuerdos de transferencia tecnológica, know how, compromisos de inversión. Las empresas ya están acá y es diferente el intercambio», detalló.
El futuro de la producción
Después de esta decisión, sumado a los problemas internos de la industria, la producción y las ventas de 0km tendrán nuevos problemas que resolver. En una videoconferencia realizada el viernes con directivos de FCA (el grupo integrado por Fiat y CJDF -Chrysler, Jeep, Dodge y RAM), Martín Zuppi, director general del grupo, dijo que «son tiempos distintos los que se están viviendo, tanto para la gente en lo personal como para las empresas. Y hay que acostumbrarse al cambio de hábitos». Pero esto no deja al margen el impacto de la pandemia en la región, donde el PBI caerá tanto en la Argentina como en Brasil, el mercado más observado porque allí se exportan la mayoría de los autos fabricados a nivel local. Por eso expresó: «El impacto en la economía argentina de la pandemia es más grave que en otros lugares por la situación del país y la pobreza. Desde ese punto de vista, y desde la salud, la situación de cuarentena es acertada, pero desde lo económico tiene aristas que nos complican», agregó el directivo. Esta realidad ya se preveía sin tener en cuenta las nuevas limitaciones a las negociaciones en bloque.
(Ambito) BCRA: la deuda remunerada vuelve a niveles de $2 billones. La emisión monetaria comenzó a repercutir, en medio de la pandemia, en los mercados económicos y financieros. Sorprendió fuerte contracción. En el apuro del Gobierno, las idas y vueltas de la política monetaria del BCRA están ya repercutiendo en los mercados de bienes y servicios y sobre los financieros. Algo se vino observando en las últimas jornadas, no solo a nivel de las distintas versiones del dólar libre sino también a nivel de góndolas y mostradores. Con tarifas congeladas, un petróleo en caída libre, sin paritarias y con dólar oficial bajo cuarentena, los precios domésticos no deberían estar bajo tanta presión, más allá de algún desajuste transitorio entre la oferta y la demanda, sobre todo de alimentos y bebidas. Ahí todos miraron al BCRA que, en su afán, por cumplir los deseos de la Quinta de Olivos, abrió el grifo sin tapujos. El resto ya es historia. Pero la lluvia de pesos que se registró en las dos primeras semanas de la cuarentena obligatoria (ante la emisión de más de $400.000 millones por parte del BCRA) fue, “sorpresivamente” reabsorbida sobre fines de la cuarta semana, más precisamente el día 17. ¿Qué pasó ese viernes (además que el dólar informal superó los $100)? El BCRA, en una movida a los ’70, obligó a los bancos a aumentar los rendimientos ofrecidos a los pequeños y medianos ahorristas de plazo fijo en pesos (hasta $1 millón) dando como mínimo el equivalente al 70% de la tasa de política monetaria, hoy en 38% anual, o sea, un 26,6%. Más allá de las discusiones sobre el impacto de la emisión monetaria lo cierto es que las idas y vueltas, las descoordinaciones y cierta ingenuidad oficial, están descalibrando las expectativas de los agentes económicos. No es momento de contar las bajas, en medio de la batalla, algún día habrá que mirar más allá, pero hoy hay que ocuparse de llegar a la otra orilla lo mejor posible y con las menores bajas. Dicho esto, vamos a enfocarnos en lo que pasó en materia monetaria. Ya vimos como en marzo, entre la asistencia al Tesoro (Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades por $205.000 millones) y el desarme de Leliq y suba de Pases (por $327.107 millones), la base monetaria se expandió $575.948 millones. Pero la mayor parte de esa emisión quedó en el BCRA bajo la forma de encajes de los bancos. Y arrancó abril con una expansión de $150.000 millones. A esa altura, mediados de mes, la base monetaria registraba un crecimiento de casi $530.700 millones. El dato es importante para entender lo que pasó después, a partir del 17 de abril. Ese día hubo una impresionante caída de los encajes de los bancos en el BCRA, por $493.367 millones. De esta manera la base monetaria que había llegado a $2,426 billones cayó a casi $1,932 billones. Vale recordar que el BCRA venía actuando sobre la demanda de base para encajes para reactivar el crédito. Sin embargo, tanto el circulante en poder del público como de los bancos se mantuvo sin cambios. ¿A dónde fue semejante liquidez? En realidad volvió al BCRA, pero bajo la forma de Pases Pasivos (colocaciones de los bancos en el BCRA). De esta manera la expansión de la base que se perfilaba en torno de los $134.000 millones se transformó en una contracción de $391.801 millones, con datos disponibles hasta el 21. Así el balance del año que venía dando un crecimiento de la base anual de $530.650 millones pasó a ser de solo $4.900 millones. Lo cierto es ahora la deuda remunerada del BCRA volvió a niveles de ¡$1,954 billones! Claro que las Leliq que llegaron a ser más de $1,7 billones a comienzos de marzo hoy son $1,317 billones (a una tasa del 38%). El resto son Pases Pasivos, $636.485 millones, que reciben una tasa del 11,40%. Hay sí un menor costo financiero para el BCRA, y por ende, menos presión para el déficit cuasifiscal. Pero al fin y al cabo hay casi $2 billones que devengan una tasa diaria. Para los bancos esta movida les permite afrontar el costo de tener que ofrecer mayores rendimientos a los ahorristas, aunque aún sigan siendo negativos en términos reales. El objetivo del BCRA es que esa masa de liquidez excedente, que en realidad son los depósitos privados que se vinieron acumulando y que nunca fueron prestados al sector privado (la caída del crédito privado en términos reales fue muy fuerte desde mediados de 2019) vaya precisamente a satisfacer la demanda de crédito en medio de la pandemia. Pero el proceso no es tan rápido ni expeditivo. Llevará tiempo. Quizás más de lo que estima el Gobierno. Por lo pronto el BCRA deberá hacer frente a esta mayor deuda remunerada. Por lo menos, hasta que empresas y familias logren nuevo financiamiento.
(Clarin) La caída de la actividad por el coronavirus en Argentina es más profunda de lo estimado y afecta también a sectores “inmunes”. Es posible que muchas empresas deban cerrar por la falta de actividad. Pero las compañías exceptuadas de la cuarentena también sufren caídas en su facturación. Los primeros datos oficiales de facturación de las empresas y de las distintas actividades marcan que, desde el inicio del aislamiento por el coronavirus, la caída de la actividad y de las ventas es más profunda que las estimaciones más adversas. Y es de una gravedad tal que el Comité de Evaluación y Monitoreo del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción considera que es posible que muchas empresas no puedan continuar en actividad y deban cerrar con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo. “La gravedad de la situación ha llevado a que múltiples sectores, que en un primer momento se consideraron como relativamente ‘inmunes’ ante la pandemia, estén siendo también afectados. En otros términos, lo que los primeros datos de facturación muestran es que el estar exceptuado de la cuarentena o el tener un elevado potencial de teletrabajo no garantizan que las firmas puedan operar con relativa normalidad. En efecto, muchas empresas de este tipo de ramas han experimentado caídas notorias en su facturación. Todo ello incrementa las probabilidades de que las firmas cierren y, con ello, que los trabajadores formales pierdan sus puestos de trabajo”. “La gravedad de la situación ha llevado a que múltiples sectores, que en un primer momento se consideraron como relativamente ‘inmunes’ ante la pandemia, estén siendo también afectados. En otros términos, lo que los primeros datos de facturación muestran es que el estar exceptuado de la cuarentena o el tener un elevado potencial de teletrabajo no garantizan que las firmas puedan operar con relativa normalidad. En efecto, muchas empresas de este tipo de ramas han experimentado caídas notorias en su facturación. Todo ello incrementa las probabilidades de que las firmas cierren y, con ello, que los trabajadores formales pierdan sus puestos de trabajo”. El severo diagnóstico es del Comité, publicado en el Boletín Oficial, que detalla que muchas actividades exceptuadas de la cuarentena o con un alto porcentaje de teletrabajo “están sufriendo bajas nominales en la facturación. Entre ellas se pueden mencionar, por ejemplo, las ligadas a la construcción (incluso vinculada a la obra pública), a las llamadas profesiones liberales (como servicios notariales y jurídicos), a la informática (como el procesamiento de datos), a la comunicación (como lo ligado a la producción y operación de TV), a la seguridad y limpieza o al comercio de alimentos y bebidas (como kioscos)”. El Informe del Comité señala que “hay algunas ramas en donde la facturación promedio se ha mantenido o incluso ha subido (como el comercio en supermercados o la producción de medicamentos), mientras que en otros ha habido un drástico desplome (como por ejemplo en hoteles y restaurantes o en servicios ligados al esparcimiento, ambos con caídas interanuales nominales mayores al 50%”. Si se toma en cuenta la inflación, la caída real de la facturación supera el 80%. Dentro de cada actividad, la situación de las empresas es muy disímil. “Por ejemplo – dice el Informe– la facturación promedio de servicios jurídicos cayó 10,8% nominal interanual (entre el 12 de marzo y 12 de abril de 2019 y mismo período de 2020), pero el 25% de las firmas del sector de peor desempeño la caída de la facturación fue superior al 87,5%”. No hay rubro que haya quedado al margen de esta grave situación. La venta minorista de pan y productos de panadería se redujo en términos nominales el 6.8%, pero en el 25% con peor desempeño la caída alcanzó al 50,9%. Si descontamos la inflación, la caída de las ventas sería del 80%. La venta minorista de productos de almacén y dietéticas subió un 43.6%, por debajo de la inflación, pero una cuarta parte tuvo bajas en la facturación del 25.4%. La venta minorista de pinturas tuvo una caída del 48.8% en la facturación anual, pero en el 25% de las firmas la baja fue del 69.7%. La venta minorista de instrumental médico y odontológico retrocedió el 22.8%, pero las 25 firmas con peor desempeño tuvieron una caída del 73.2%%.
(Cronista) Tras buena licitación, Economía ofrecerá nuevas letras a descuento El viernes pasado logró emitir unos $ 50.000 millones a través de tres LEDES y el BONCER a un año. Optimismo oficial. Envalentonados por los resultados de las últimas licitaciones, en particular, del viernes pasado, el Gobierno se prepara para buscar más pesos esta semana: el miércoles será una nueva oportunidad en la que ofrecerá letras a descuento de un plazo un poco mayor que en la última y, además, probablemente agregue otra que implique una reapertura de otra que ya esté operando. Fuentes oficiales detallaron que hoy terminarán de definir, pero hasta ayer evaluaban ofrecer la reapertura de la letra del Tesoro a 60 días. En el Ministerio de Economía están más que conformes con las licitaciones de abril: se lograron refinanciar buena parte de los vencimientos de un mes que tenía una pesada carga y, además, empiezan a ver que se armó un mercado secundario la semana pasada, que si bien es aún acotado (con spreads chicos), da la señal de cierta normalización, según leen en los pasillos oficiales. En la última licitación, el viernes pasado lograron colocó $ 51.997 millones en tres letras a descuento y un BONCER a un año de plazo (un título ajustado por inflación). Se trató de la mayor emisión de deuda en pesos en lo que va del mandato en una licitación (que no fuera un canje de deuda), por lo que estaban entusiasmados en la Secretaría de Finanzas. Si bien la participación del sector público en la licitación tuvo su peso, aún así el total emitido fue superior y, además, se logró concretar a una tasa promedio del 31%, unos 7 puntos porcentuales por debajo de lo que el Banco Central paga a las instituciones financieras. Según pudo averiguar El Cronista, en la licitación del viernes la participación del sector público fue un poco superior a las anteriores: llegó a un 40%, en promedio de los cuatro instrumentos ofrecidos. El viernes se licitaron tres LEDES (Letras a descuento, que pagan una tasa fija) con vencimientos el 16 de junio, el 1ero de julio y el 31 de julio, respectivamente. Además se concretó la reapertura del BONCER al 17 de abril de 2021, que tuvo que ser prorrateado por un factor de 97,0835%. El Ministerio de Economía había informado que en esa licitación fecha se recibieron 158 órdenes de compra para suscribir instrumentos de deuda pública por un total en conjunto de $ 52.448 millones de valor nominal. Desde un comienzo de la gestión de Alberto Fernández, en Economía buscaron trazar una franja bien delimitada entre la deuda en pesos y la denominada en dólares. Mientras que para la primera avanzaron con licitaciones y canjes (que inicialmente no tuvieron buena respuesta), en las obligaciones en moneda extranjera se concentran hoy en las negociaciones con acreedores externos (para el caso de los títulos bajo legislación internacional). En los canjes llevados a cabo, tras un traspié inicial con el DUAL a principios de febrero, luego se llevaron a cabo otras operaciones que sí tuvieron respaldo significativo. Para llegar a ese punto se introdujeron modificaciones, como la posibilidad de suscribir con bonos o letras que se toman a su valor técnico. Tras este cambio, los resultados fueron más auspiciosos. De hecho, a mediados de abril fue el último: se trató del canje del BONCER (que es un formato original, para quienes aún conservan el título, se paga un vencimiento mañana martes): había emitido unos $ 352.000 millones y logró una aceptación en la licitación de hoy de 89,06%. Si bien más de la mitad estaba en manos del sector público, desde el Ministerio de Economía, resaltaron la alta participación además de los «inversores institucionales que componen el mercado de capitales locales y cuyo rol es clave para reconstruir la capacidad de financiamiento del Tesoro».
INTERNACIONAL
(Investing) Semana de resultados en Wall Street: Qué esperar de las tecnológicas. Esta semana, el calendario de resultados está al rojo vivo, y son numerosas las compañías de renombre que publicarán sus cuentas a ambos lados del Altántico. En el caso de Wall Street, Link Securities nos recuerda que aproximadamente el 34% de las empresas integradas en el S&P 500 se confesará ante el mercado, destacando a grandes pesos pesados de la industria tecnológica: así, en los próximos días manejaremos ya las cifras de Apple (NASDAQ:AAPL), Amazon (NASDAQ:AMZN), Alphabet (NASDAQ:GOOGL) (matriz de Google), Facebook (NASDAQ:FB) o Microsoft (NASDAQ:MSFT).
Repasemos a continuación que es lo que espera el mercado para cada una de ellas.
Alphabet (Google): 28 de abril
Alphabet es la primera de la lista. La empresa matriz del gigante de los motores de búsqueda Google, publicará sus resultados del primer trimestre fiscal de 2020 mañana martes 28 de abril, tras el cierre del mercado. En general, las expectativas apuntan a un beneficio por acción de 10,70 dólares y unos ingresos de 41.000 millones de dólares. El modelo de negocio del gigante de Internet depende en gran medida del gasto publicitario de corporaciones y pequeñas empresas. Y estos mercados se enfrentan a serios problemas de cara a un futuro previsible, algo que también veremos en el caso de Facebook.
Por estas razones, las acciones de Google han ofrecido una peor actuación que la de otras grandes tecnológicas en el repunte actual. Las acciones cerraban el viernes en 1.276,60 dólares, con pérdidas de un 4% en el conjunto del año. Durante este mismo período, Microsoft, que compite con Google en el ámbito de la computación en la nube, ha subido un 11%.
Facebook: 29 de abril
Facebook publicará sus resultados del primer trimestre tras el cierre del mercado el miércoles 29 de abril. Los analistas prevén un beneficio de 1,74 dólares por acción y unas ventas de 17.400 millones de dólares. Pero el detalle más importante que establecerá el rumbo del ya lastrado precio de sus acciones (han perdido alrededor del 15% de su valor desde el comienzo del año) es cómo ve el futuro el gigante de las redes sociales cuando tantas pequeñas y grandes empresas están bajo presión y, por consiguiente, reduciendo su gasto publicitario.
Tesla (NASDAQ:TSLA): 29 de abril
Muchos inversores tienen marcado el 29 de abril como el día en el que Tesla presentará sus resultados del primer trimestre de 2020. Pero mientras eso llega, se centran en entender su reciente comportamiento en bolsa, especialmente después de que el valor volviera a registrar ventas tras encadenar del 3 al 17 de abril 10 sesiones consecutivas de ganancias, la mayor racha alcista de su historia.
Las previsiones apuntan a una caída de 29 centavos y unas ventas de 6.000 millones de dólares. Aunque Tesla es especialista en sorprender al alza -lo hizo en los últimos dos trimestres, y en las dos semanas posteriores el valor siguió repuntando-, ese hábito podría tener un recorrido limitado este año, sobre todo pensando en la situación actual. Habrá que ver lo que cuentan sus directivos.
Microsoft: 29 de abril
Microsoft presentará sus cifras correspondientes a su tercer trimestre fiscal 2020 el próximo 29 de abril, también tras el cierre del mercado. Y el consenso espera un BPA de 1,20 dólares y unas ventas de 33.800 millones de dólares.
Si el pasado proporciona alguna pista, el gigante tecnológico debería mostrar un fuerte impulso de crecimiento impulsado por un aumento en las inversiones en tecnología y la fortaleza de sus productos centrales de Office. Debido a esta fortaleza, las acciones de Microsoft se han mantenido en gran medida inmunes a la crisis actual, ganando casi el 11% en lo que va del año. La acción cerró el viernes a $ 174.55 después de subir 1.83% en el día.
En medio de la incertidumbre económica creada por el brote de coronavirus, Microsoft se beneficia del entorno actual de «refugio en el lugar». Es una acción tecnológica que se beneficia de la mayor demanda de conectividad a medida que las personas trabajan e interactúan socialmente desde su hogar. Además, los inversores esperan que las empresas y los gobiernos continúen gastando en su transición a la computación en la nube, que ha sido el área de crecimiento clave de la compañía en los últimos años.
Apple: 30 de abril
Cierra el listado de publicaciones la compañía de la manzana, que hará lo propio el día 30 con la publicación de sus resultados del segundo trimestre fiscal, también tras el cierre.
El brote y la respuesta a COVID-19 ha planteado varios desafíos para Apple, incluida la interrupción de su cadena de suministro con sede en China para la fabricación. Además, las tiendas de Apple fuera de China están cerradas hasta nuevo aviso, por ejemplo, y muchas regiones en los EE. UU. siguen confinadas y sin falta de claridad acerca de cuándo se aliviarán las restricciones.
Las ventas de unidades para iPhones caerán un 36% interanual en el segundo trimestre a medida que la economía mundial se vea afectada por la pandemia, antes de recuperarse a solo un 2% de disminución en el cuarto trimestre de este año, según un pronosticado por Goldman Sachs (NYSE:GS).
Aunque sus acciones subieron un 26% el mes pasado, permanecen un 14% por debajo del pico de febrero. Apple subió un 3% el viernes para cerrar a 282,97 dólares.
El ecosistema de innovación masiva de la compañía y su enorme acumulación de efectivo son algunas de las cosas que mantienen a los inversores atraídos y esperanzados sobre el futuro del gigante tecnológico de Cupertino, California. El fabricante del iPhone actualmente tiene alrededor de 207.000 millones en efectivo disponible con aproximadamente 108.000 millones en deuda a corto y largo plazo.
(Investing) Crisis del petróleo: ¿Puede haber colapso mundial en 1 mes?. El petróleo comienza la semana con nuevas caídas. A la hora de escribir esta noticia, el West Texas pierde un 15% y cotiza en el entorno de los 14 dólares. Por su parte, el Brent cae un 3%, y cotiza en los 23-24 dólares. “El crudo continúa fluctuando tras un gran desplome de la demanda mundial y un recorte insuficiente de la oferta, con los almacenes de petróleo al límite de su capacidad”, comentan en Banca March. Y es que, según se hace eco José Luis Cárpatos, CEO de Serenity Markets, “Goldman estima que la capacidad de almacenamiento mundial de petróleo se agotará por completo en unas 3-4 semanas”. “Ante el persistente desequilibrio entre oferta (exceso de oferta que debería ir suavizándose a medida que se vayan materializando los recorte de producción comprometidos en el acuerdo OPEP+, de hecho Arabia Saudí habría empezado a reducir oferta ya, antes de la fecha comprometida del 1 de mayo, a lo que se puedan sumar otros cierres de producción sobrevenidos por los bajos precios actuales) y demanda (fuertemente impactada por el Covid-19 y el Gran Confinamiento), que está provocando un importante problema de escasez de almacenamiento sobre todo en Cushing, Oklahoma, presionando en mayor medida a la referencia americana”, comentan en Renta 4 (MC:RTA4). Esta montaña rusa del petróleo es ya preocupante. Según Cárpatos, “los grandes operadores consideran que la volatilidad es excesiva” y “algunos brokers prohíben la operativa en los futuros de junio y julio”.
(Investing) Nueva York e Italia encabezan la tendencia de reapertura El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el domingo una reapertura gradual del estado en la segunda quincena de mayo. La construcción y el sector manufacturero serán los primeros sectores a los que se permita reabrir y otros considerados «más esenciales» les seguirían a su debido tiempo. Europa también ha seguido adelante con la reapertura durante el fin de semana, ya que el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha anunciado un levantamiento gradual de las medidas de confinamiento. Bloomberg ha informado de que el consumo de electricidad de Europa aumentó por primera vez en ocho semanas la semana pasada. El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha vuelto al trabajo y se espera que anuncie sus planes para una reapertura gradual este lunes. Por otra parte, los centros educativos de Shanghái y Pekín finalmente reanudaron su actividad completamente.
(Investing) El Banco de Japón aumenta los estímulos; sube el yen El Banco de Japón ha intensificado sus esfuerzos para respaldar la economía japonesa, eliminando su límite autoimpuesto para la compra de bonos del Estado y anunciando sus planes de cuadruplicar sus compras de deuda corporativa. Esta medida permitirá al Banco de Japón impulsar el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense aún más por debajo de cero si lo considera conveniente. Su política anterior era limitar el rendimiento a en torno a un 0%, aunque no había necesitado comprar activamente para asegurar eso, ya que la demanda privada por sí sola había evitado que el rendimiento de los bonos aumentara aún más. El yen sube un 0,3% frente al dólar, hasta máximos de casi dos semanas, al comienzo de la semana, cuando tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo celebran sus reuniones de política monetaria.
(Investing) El Deutsche Bank anuncia unas inesperadas ganancias, pero Airbus (PA:AIR) desciende El relativamente tranquilo comienzo de la semana de presentación de resultados de Estados Unidos ha permitido que los principales valores de Europa acaparen la atención. El Deutsche Bank ha liderado a los bancos de la región al alza tras registrar un inesperado beneficio en el primer trimestre a pesar del fuerte aumento de las provisiones. Los bancos italianos se han beneficiado del indulto proporcionado por Standard & Poor’s del viernes. Las acciones de Lufthansa (DE:LHAG) y Air France-KLM (PA:AIRF) suben considerablemente tras los informes sobre las ayudas estatales, pero las de Norwegian Air (OL:NWC) Shuttle se dejan un 5,2% tras conocerse los términos de una nueva propuesta de reestructuración de la deuda del Gobierno. Las acciones de Airbus también tras una nota interna filtrada que insinuaba más reducciones de puestos de trabajo y de la fabricación de aviones. El rival de Airbus, Boeing (NYSE:BA) se ha echado atrás en su acuerdo de comprar la brasileña Embraer (SA:EMBR3) este fin de semana.