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LOCAL

(AMBITO) FMI: asumió Goldfajn y ya trata el caso argentino
Ni el brasileño-israelí ni el Gobierno querían cruzarse en la negociación por un Facilidades Extendidas. El nuevo funcionario conoce la realidad local y tiene fama de fiscalista ortodoxo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya tiene director gerente para el Hemisferio Occidental. Desde el viernes, ya oficialmente, Ilan Goldfajn ocupa el puesto; y su primera reunión fue en su flamante despacho con Julie Kozac, Luis Cubeddu y Ben Kelmanson.

El brasileño-israelí quiso de manera formal atender el principal problema que lo acosará durante toda su gestión, sin importar el tiempo que permanezca en el puesto: las negociaciones, estancadas hoy, para cerrar un Facilidades Extendidas con la Argentina. Goldfajn escuchó las posiciones de la norteamericana directora adjunta (en teoría, su numero dos hacia delante), el venezolano encargado del caso argentino y el británico, nuevo embajador del FMI en Buenos Aires, cargo que asumirá esta misma semana en reemplazo del jamaiquino Trevor Alleyne. Los cuatro analizaron la marcha del caso argentino, evaluaron las distancias para cerrar el acuerdo y planificaron los próximos pasos a transitar. Todos duros y difíciles.

Este encuentro en la sede del FMI en Washington mostró dos novedades. La primera es que, tal como adelantó este medio, Goldfajn tomará a su cargo las negociaciones por el Facilidades Extendidas, algo que el mismo quería evitar. Y Argentina también. La intención de las dos partes era llegar a la asunción del brasileño, siempre pactada para enero de 2022, con la Carta de Intención cerrada, y con la sola misión de continuar monitoreando el cierre final ante el board y controlar trimestralmente que Argentina cumpla con lo convenido. No pudo ser.

Las negociaciones se retrasaron y tendrá que embarrarse en las discusiones para intentar acercar las partes técnicas. Algo que parece cada día más difícil. Para el ex presidente del Banco Central de Brasil no es un dato más. Tendrá funciones así similares a las de su antecesor, Alejandro Werner, quién firmó el stand by de 2018, y que el fracaso de este pacto determinó su eyección del organismo. Si Goldfajn evitaba firmar la Carta inicial del Facilidades Extendidas, no se hubiera hecho responsable de la determinación de las variables a cumplir y sólo le tendría tareas fiscalizadoras sobre el país. Ahora, toda la responsabilidad será también suya.

La otra novedad que surgió de la reunión del viernes, es que el FMI ya está operativo luego de las vacaciones dispuestas para las fiestas. Desde el viernes hay funcionarios importantes del otro lado de la línea negociadora. Esto implica que el dialogo bilateral comenzó oficialmente ayer.

Tampoco desde Buenos Aires la intervención de Goldfjan causa simpatías. Saben cerca de Alberto Fernández que el curriculum del nuevo director para el Hemisferio Occidental y ex funcionario de Michelle Temer está muy lejos de lo que podría interpretarse como una posible actitud laxa y comprensiva sobre la situación de la economía criolla.

¿Qué se deberá esperar ahora con la llegada de Ilan Goldfajn?. Se trata de un hombre de buen trato, amiguero, muy conocedor de la Argentina y sus problemas políticos crónicos pero amante de la prudencia fiscal, la solvencia monetaria y los planes de largo plazo. Fue elegido por la propia Kristalina Georgieva en septiembre de este año a partir de un largo listado de concursantes en uno de los puestos más importantes del FMI.

Nunca se hizo público pero en Buenos Aires se sabe que la búlgara directora gerente del organismo optó por el brasileño, dado que conoce las vicisitudes argentinas y deberá ser el responsable de aplicar el Facilidades Extendidas al cliente más importante y polémico del Fondo. El que debe casi el 60% de toda la deuda del organismo (u$s44.800 millones) y menos ganas de acordar y pagar muestra. Sólo un conocedor de la situación con timing diplomático y político podría enfrentar el desafío.

Es un defensor de la utilización de instrumentos como tasas de interés o restricciones monetarias para cumplir metas, junto con una transparencia total al público y mercados en la comunicación de los planes, objetivos y resoluciones de las autoridades monetarias. Considera además a los bancos centrales como los responsables máximos (aún por encima del Poder Ejecutivo y obviamente también el ministerio de Economía), de cumplir las metas monetarias; con lo que le otorgaría a la entidad que maneja Miguel Pesce un poder importante dentro de la política económica del Gobierno.

Goldfajn es además un defensor de la política de tipo de cambio flotante, lo que le otorgaría al Gobierno de Alberto Fernández una mayor flexibilidad para manejar el tipo de cambio oficial. Si el brasileño le hace un guiño al país, desde 2022 el país podría aplicar esta estrategia de relación entre el público, empresas y mercados; para fijar el precio del dólar dentro de un esquema de eventual “flotación sucia”. Para esto el FMI debería negociar con Argentina una salida del cepo gradual y acercándose a la meta de equilibrio monetario, fiscal y cambiario hacia 2026. De todos los menús que podría aceptar el Fondo, este sería el más flexible, aunque para el kirchnerismo cualquier restricción de este tipo sería difícil de aceptar.

(AMBITO) Guzmán activa su plan financiero 2022 para acotar la emisión
Con bajos pagos semanales y leve suba de tasa, saldrá a colocar deuda en pesos. Este año vencen $4,2 billones: buscará renovarlos y captar un plus del 2% del PBI. La estrategia, en negociación con el FMI.

El Ministerio de Economía realizará mañana su primera licitación de deuda en pesos del año en busca de al menos $65.000 millones. Así, pondrá en marcha este miércoles su plan financiero 2022, que está marcado por la negociación con el Fondo Monetario Internacional.

El desafío trazado por Martín Guzmán y su equipo es incrementar la porción del déficit fiscal fondeada con nuevo endeudamiento local para reducir el peso de la emisión monetaria. Todo eso en un año exigente, que comienza con un perfil de vencimientos de alrededor de $4,2 billones, según fuentes oficiales.

La Secretaría de Finanzas, que encabezan Rafael Brigo y Ramiro Tosi, pondrá sobre la mesa cuatro instrumentos. Habrá una Letra de Liquidez del Tesoro (Lelite), un título de muy corto plazo exclusivo para fondos comunes de inversión (FCI), que en este caso vence el 31 de enero y tiene sólo 17 días de duración. Los FCI podrán suscribirla por adhesión a un precio de $983,85 por cada $1.000 de valor nominal, lo que marca una tasa del 35,25% nominal anual. Esto adelanta que Economía también ajusta al alza sus rendimientos, luego de que el Banco Central subiera la semana pasada 2 puntos la tasa de las Leliq. La nueva Lelite paga 6 décimas más que la emitida a fines de diciembre con una duración similar.

Además, Finanzas ofrecerá dos letras a tasa fija (Ledes) a abril y mayo, y una letra indexada a la inflación (Lecer) al 21 de octubre. Estos tres instrumentos saldrán sin precio ni tasa de referencia, sino que se definirán en la propia licitación. La expectativa estará focalizada en si Economía, además de para las Lelites, convalidará rendimientos superiores para estas letras con el objetivo de atraer mayor financiamiento, por ejemplo, desde los bancos, que ahora reciben un mayor premio por las Leliq. En la última subasta de 2021 el Tesoro ya había convalidado un ajuste al alza de alrededor de medio punto porcentual en las Ledes.

La licitación de mañana no será de las más exigentes. Este viernes vencen $53.920 millones de dos Lelites. Sin embargo, los funcionarios buscarán hacerse de un colchón de financiamiento adicional para llegar más holgados a la renovación de los compromisos de fin de mes (por cerca de $215.000 millones). Los $65.000 millones de monto objetivo para la colocación son ampliables en caso de que haya una importante demanda por parte del mercado. La intención es comenzar el año con un buen plafón de fondeo neto mensual.

Programa financiero
La ampliación del financiamiento en el mercado de deuda en pesos es uno de los objetivos económicos claves del Gobierno para 2022. Es una de las fuentes con las que Guzmán se propone acotar la emisión monetaria. La otra es el flujo de préstamos de organismos multilaterales. Con todo, las metas son aún objeto de discusión en las negociaciones con el FMI. Como parte del esquema gradual de reducción del déficit fiscal y la emisión, el ministro planea reducir la asistencia del BCRA al fisco al 1,8% del PBI, menos de la mitad que en 2021 (cerró arriba del 4%), pero más de lo que reclama un Fondo que endureció su posición.

Para eso, el programa financiero que Guzmán incluyó en el proyecto de Presupuesto 2022, que fue rechazado por la oposición en el Congreso, preveía tomar nuevo endeudamiento en pesos por el equivalente a 2% del PBI y 1,1% de desembolsos netos de multilaterales o bilaterales. Todo eso bajo el supuesto oficial de un déficit primario de 3,3% del PBI y un rojo financiero de 4,9%. Pero lo cierto es que el sendero fiscal, como el propio funcionario blanqueó la semana pasada, es hoy el principal foco de tensión con el Fondo: el Gobierno propone una baja gradual para alcanzar el equilibrio en 2027 y la burocracia de Washington (a instancias de Estados Unidos) pide un ajuste más acelerado.

Pese a que esa magnitud de financiamiento neto en el mercado implicará renovar los desafiantes $4,2 billones que expiran este año y conseguir un importante plus de fondeo, algunos analistas señalan que se trata de una meta factible. Por caso, 2021 cerró con un endeudamiento neto en pesos por 1,6% del producto ($746.042 millones). “El 2% del PBI luce alcanzable dado que hay un contexto de suba de tasas (por pedido del FMI), que está el programa de Creadores de Mercado en marcha y que los bancos están acompañando un poco más”, consideró Leandro Ziccarelli, economista del centro CEPA.

Ziccarelli señaló planteó que la principal complicación pasará por el peso de los instrumentos indexados: “Hoy el 62% del stock de deuda en pesos está atado a CER (inflación). De hecho, en el primer trimestre hay vencimientos CER altísimos. Eso pone un techo porque no se puede indexar toda la deuda, es muy riesgoso”. En febrero vencen más de $400.000 millones (más de la mitad, indexada) y en marzo expiran cerca de $800.000 millones, el grueso nominado en CER. Para el tercer mes, de hecho, Finanzas analiza un canje anticipado del bono TX22, que es el mayor vencimiento del primer tramo del año por cerca de $550.000 millones.

Para el analista, es necesario que se convaliden mayores rendimientos en los instrumentos no indexados. “Si se corrige eso y logran ir swapeando CER por tasa fija, pueden mejorar el mix e incluso ir agarrando parte de lo q hoy está en Leliq”, planteó.

Algo de eso ya pusieron en marcha Economía y el BCRA. No sólo con el leve retoque de tasas, condicionado por la búsqueda de sostener la reactivación y el alto stock de pasivos remunerados, sino también con la eliminación de los Pases a siete días y el lanzamiento de la nueva Leliq a 180 días, que podría alentar a los bancos a migrar parte de sus tenencias a títulos públicos.

(AMBITO) Dólar: advierten que el mayorista está atrasado e impacta en exportaciones
Algunos analistas sostienen que “no le sobra nada de competitividad externa” o que es “un tipo de cambio insuficiente”.

El dólar mayorista está atrasado. O, al menos, no le sobra “nada de competitividad externa”. Esas son algunos de los diagnósticos que esgrimieron distintos economistas al analizar la evolución de la divisa y sus consecuencias en la economía argentina.

“Cuando decimos que el dólar está atrasado, lo primero que tenemos que decir es que mientras haya brecha cambiaria alta, se va a pensar que el dólar está barato”, señaló al respecto Walter Morales, presidente de Wise Capital, quien agregó: “Lo segundo es que actualizado por inflación (descontando la norteamericana), el mayorista debería de haber terminado 2021 en $122, con lo cual hay un atraso de casi 19%. Lo tercero es que, al actual valor, y a pesar del elevado superávit comercial, no se acumulan Reservas. Es más, a pesar de la inflación mundial y el salto en los fletes marítimos, en muchos sectores continúa siendo buen negocio importar en vez de producir”.

Morales sostuvo que, si bien “ningún Gobierno quiere devaluar”, esto “no quiere decir que no habrá ajuste cambiario”. “El dólar técnico hoy se encuentra en $135 (31% debajo del mayorista). Las brechas en los dólares alternativos blancos por encima de 80% mandan, porque traban el crecimiento económico. El bajo nivel de Reservas no permite al BCRA ajustar el valor del dólar a un ritmo de 18% anual, cuando los Pasivos Monetarios se remuneran a una tasa de 38% anual”, remarcó el analista.

“Hay dos alternativas de ajuste cambiario: un salto en torno al 20% más ajustes mensuales en torno al 2%, lo que arroja un aumento de 49% en el año. O ajustes mensuales en torno a 3,5%, lo que da un aumento de 51% en el año. Con ambos se llega a lugares similares, pero el segundo exige un aumento de la tasa Badlar a, aproximadamente, 42% anual”, remarcó Morales, quien subrayó: “No hacerlo es jugar con fuego porque los exportadores van a demorar la liquidación de dólares y los importadores pagarán anticipadamente”.

Miradas
“Está claro que al tipo de cambio oficial mayorista no le sobra nada de competitividad externa, porque el año pasado el tipo de cambio real se depreció en torno al 17%. Cuando se ve la serie histórica, que arranca en el 97, se está por abajo del promedio: un 13% aproximadamente. En la serie un poco más larga, de los 70 hasta ahora, se está en torno a un promedio histórico. Por eso, el tipo de cambio real no está competitivo”, analizó a Ámbito Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, quien agregó: “Creo que también Argentina lleva ya diez años de estancamiento; y una presión tributaria alta, que hoy no tienen otros socios competidores. Y entonces si a esto se le suma que hay una brecha cambiaria alta, que distorsiona o genera incentivos perversos para el exportador, el corolario da que de alguna manera al tipo de cambio real -para este contexto de desconfianza, de elevado riesgo país, sin acceso al financiamiento externo y con escasas reservas netas- uno podría decir que no le sobra nada. Y probablemente para acumular reservas y estimular las exportaciones, le falta. Está levemente atrasado. No le sobra nada e incluso podría necesitarse, por algunas cuestiones más de contexto, un tipo de cambio real un poquito más alto. Por la escasez de divisas, las reservas netas del Banco Central, la presión tributaria que es muy asfixiante y la rentabilidad para el sector transable”.

“Es difícil establecer si está atrasado o no lo está. Pero para este nivel de brecha, es un tipo de cambio insuficiente, en el sentido que se termina recurriendo a otras herramientas como la restricción de importaciones o incluso en los pagos al exterior con tarjetas de crédito. Entonces, parece que este tipo de cambio luce como que no es el adecuado”, señaló por su parte Guido Lorenzo, de la consultora LCG.

“El problema con el tipo de cambio no es que su nivel sea muy bajo, hemos tenido tipos de cambio muchos más bajos en los últimos años. Sino que viene subiendo a una tasa muy inferior a la de los precios, entonces mes a mes va perdiendo mucha competitividad. Y eso no es sostenible, con lo cual, van a tener que cambiar el esquema de política monetaria y cambiaria. De hecho, ya anunciaron que iban a hacer correcciones y que iban a llevar el crawling peg al ritmo de los precios. El año pasado, por subir el tipo de cambio oficial por abajo de la inflación, perdió alrededor del 18% del valor real”, señaló por su parte el economista e investigador del CEDES Joaquín Waldman, quien agregó: “Para completar este cambio de política, también anunciaron que iban a subir la tasa para que tenga rendimientos reales positivos”.

Brechas
Al analizar si un ajuste en el tipo de cambio oficial puede ayudar para reducir las brechas, Lorenzo sostuvo: “Creo que si no hay cambios en variables reales, lo que haría un ajuste es elevar un escalón el nivel actual. No va a haber cambios ni en la brecha ni en el tipo de cambio real: lo único que se lograría es que los precios vayan al alza. Y el impacto que se va a tener en la economía va a ser mayor inflación. Y eso tiene que ver porque el tipo de cambio, si bien uno mira el nominal, el relevante es el real. Y refleja justamente productividades, no tiene nada que ver con que se toque el nivel y nada más. Si no hay modificaciones, la brecha va a seguir en el mismo nivel. Sólo que con una nominalidad más alta”.

“Obviamente un tipo de cambio real alto ayuda para cerrar la brecha, un dólar oficial que vaya acelerando su depreciación, como está ocurriendo desde diciembre. Pero, por otro lado, la brecha también responde a que no hay muchos incentivos para ahorrar en pesos. Entonces, si el Banco Central empieza a subir la tasa de interés, si empieza a empardar las expectativas de devaluación a la tasa de inflación, ahí hay otra forma en la cual se puede achicar la brecha. También si se baja el déficit, o si se acuerda con el Fondo, son factores que pueden ayudar a bajarla”, analizó Sigaut Gravina.

(AMBITO) Agrodólares: en lo que va de enero el campo liquidó más de u$s600 millones
La cosecha récord de trigo junto a los altos precios internacionales traccionan el ingreso de divisas. En el primer trimestre el sector aportaría el récord de u$s9.000 millones.

La cosecha récord de trigo junto con los altos precios internacionales continúan apalancando un extraordinario ingreso de divisas del campo, solo durante la primera semana de enero el sector aportó poco más de u$s600 millones, lo que representa un muy buen inicio de año en un trimestre además donde el sector liquidaría el récord de u$s9.000 millones.

Los dólares que aporte el agro este año a la economía argentina cumplirán, quizás más que nunca, un rol clave porque justamente el Gobierno necesita de divisas genuinas luego de que semanas atrás pagara al FMI u$s1.855 millones, correspondientes al multimillonario crédito que tomó Mauricio Macri en 2018. En un contexto además en el que entre febrero y marzo, se le deberán pagar otros u$s3.425 millones al FMI y u$s670 millones a otros organismos.

Más allá de las necesidades puntuales de la economía argentina el agro se consolida como el principal generador de divisas genuinas para la Argentina. Durante el 2021 fue un actor clave aportando nada menos que el récord de u$s33.000 millones y para este 2022 se espera que continúe la tendencia con ingresos de alrededor de u$s32.000 millones.

Las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario indican que enero el campo liquidaría alrededor de u$s3.400 millones, en febrero u$s2.550 millones y marzo poco más de u$s3.000 millones. Lo que representa casi u$s1.500 millones más que en los primeros tres meses del año 2021 y u$s3.500 millones más que el promedio de los últimos cinco años.

Lógicamente los precios internacionales juegan un rol clave en este esquema y por lo pronto la soja continúa cotizando en el terreno de los u$s500 por tonelada lo que aseguraría no solo una liquidación récord de divisas sino también que se activen ventas por grano de la campaña pasada durante los primeros meses del año y antes de la cosecha 2022 de la oleaginosa.

La mala noticia es que la sequía que actualmente está afectando a Brasil, Paraguay y Argentina no solo genera incertidumbre en el mercado para impulsar los precios internacionales sino también afecta directamente a las proyecciones de rinde de la soja y el maíz. Concretamente Brasil ya descartó la posibilidad de alcanzar una cosecha récord de soja y la producción apenas llegaría a las 131 millones de toneladas, mientras que en Paraguay las pérdidas son tantas que se estima directamente un recorte de alrededor del 25% del PBI agrícola. En Argentina la situación es compleja pero por el momento los técnicos a campo no proyectan recortes productivos concretos, aunque la ola de calor que se espera para esta semana complicaría fuerte el estado de los cultivos.

El interrogante entonces es si la suba de los precios internacionales puede llegar a compensar posibles pérdidas de rindes en la cosecha de soja y maíz. Todavía es pronto para saberlo pero lo cierto es que para la próxima semana, luego de la intensa ola de calor, se esperan lluvias claves en la región un núcleo, en un marco además en donde el fenómeno climático La Niña se mantendrá vigente hasta marzo.

Así las cosas, se esperan semanas claves no solo respecto a vencimientos de deuda que deberá afrontar el Gobierno sino también al desarrollo climático para la campaña agrícola 2022 y el ingreso de divisas del campo en un contexto de máxima tensión para las reservas. Un cóctel complejo y para seguir de cerca.

(AMBITO) Advierten que la ola de calor afectará la oferta de ganado y subirá más el precio de la carne
En medio de la tensión entre el Gobierno y el campo, un reciente informe de María Julia Aiassa indica que por las condiciones del clima, no se podrá recuperar el stock ganadero por lo menos hasta 2024.

Las altas temperaturas y la sequía persistente afectará la decisión de recuperar el stock ganadero, uno de los objetivos que intenta llevar adelante el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez. En una búsqueda por aumentar la oferta para reacomodar los precios, un reciente informe de María Julia Aiassa advierte sobre un cambio en las condiciones que genera un obstáculo más para llegar a cumplir esa meta.

«Esto no solo afectará el escenario en el corto plazo, sino que también condiciona aún más la capacidad de recuperación de oferta ganadera para los ciclos venideros», alertó María Julia Aiassa, autora del informe de Rosgan.

En los últimos 15 días del 2021 se evidenció un cambio drástico en las condiciones climáticas. Las lluvias se cortaron abruptamente y las temperaturas comenzaron a trepar hasta superar los 40°C, situación que se sostuvo por varios días de manera ininterrumpida provocando un severo estrés térmico tanto en los cultivos como en el ganado.

En el corto plazo, en algunas zonas -especialmente en el norte del país- ya se están realizando destetes anticipados para aliviar a las vacas en lactancia, pero también, se está dando salida a muchos vientres sin posibilidad de subsistencia en un contexto como el actual: «Esto no solo redundará en la obtención de terneros más livianos, sino que, de generalizarse, podría determinar una zafra menos concentrada en los meses pico», remarcó.

A su vez, ante los elevados precios que registra el ternero, es esperable que el criador tienda a desprenderse de otras categorías de hacienda, reteniendo la invernada, lo que podría llevar a una zafra aún más aplanada de lo que se vio en los últimos años.

Este escenario tampoco le es ajeno a la hacienda de consumo. También es probable ver una mayor salida de novillitos y vaquillonas destinadas a consumo que, hasta el momento encontraban en la recría pastoril una alternativa más accesible ante el encarecimiento del grano.

«Esta seca no solo puede seguir presionando al alza el precio del grano, sino que también, de prolongarse como se prevé hasta finales de marzo, podría terminar agotando anticipadamente la oferta forrajera disponible, así como las reservas programadas para transitar el invierno. Este efecto, de concretarse, recién se vería plasmado en el mediano plazo, siendo la alternativa que con menor urgencia adoptaría el invernador, pero que sin dudas se reflejará en una menor terminación de la hacienda. Si bien a nivel zafra de terneros no se espera una situación tan restrictiva como la vista el año pasado -donde se perdieron más de 650 mil animales- tampoco se espera una variación significativa en número de terneros destetados», explica.

En concreto, Aiassa señala que el 2022 no será el año en el que se comenzará a recuperar nivel de oferta. Hacia el largo plazo, ya pensando en las zafras de terneros de 2023 e incluso de 2024, es donde vemos una importante restricción en el nivel de oferta. «Los servicios que aun hoy se están dando en muchas zonas ganaderas, sin dudas se verán afectados por este contexto climático», sentenció.

En los últimos años se esta dando un corrimiento de los servicios puesto que, con inviernos más severos y primaveras tardías, la condición corporal de las vacas demanda más tiempo en recuperarse y la curva de servicios naturalmente tiende a prolongarse. Las condiciones de extrema sequía y fuerte estrés térmico que se han estado registrando desde mediados de diciembre muy probablemente terminen entregando menores tasas de preñez y, por ende, un menor destete de terneros en 2023.

De acuerdo a las últimas resoluciones publicadas por el gobierno, la llamada vaca conserva -correspondiente a categorías D y E, según tipificación- es una de las pocas categorías que goza de la liberación total para ser exportada y sobre la cual la industria presionará para recuperar niveles de ocupación de su capacidad instalada.

«Muy probablemente, cuando conozcamos los datos de stock ganadero a fines de diciembre de 2021, veamos finalmente estabilizarse o incluso crecer muy levemente el número de vacas», anticipa. Sencillamente la extracción o faena de vacas ha disminuido notablemente durante el último año (unas 300 mil vacas menos en 2020), esto en parte forzada por las restricciones impuestas a la exportación y en parte, por haber concluido ya una fase de depuración de vientres improductivos que se evidenció muy claramente en la extracción de los últimos dos ciclos, 2019 y 2020.

Sin embargo, Aiassa argumenta que este indicador no representa por sí solo una señal de recuperación del stock, puesto que estos vientres en producción deben lograr sostener o incluso mejorar las tasas de procreo y posterior destete, algo que en el último año solo alcanzó el 62% y en los últimos 10, apenas logra promediar un 63%. «Nuevamente, tasas aún muy retrasadas respecto de otras ganaderías desarrolladas. Mejorar esta base, sin dudas permitiría, amortiguar mucho más los efectos adversos a los que nos exponen años como los actuales, en lo que el factor climático juega su gran partido. Este, claramente, debe ser uno de los principales objetivos a lograr en los años venideros», concluyó.

(AMBITO) Qué alternativas tiene el Gobierno si no firma el acuerdo con el FMI antes del próximo vencimiento de marzo
Del default técnico a un crédito puente, existen opciones que podrían ayudar a extender los plazos. Sin embargo, los riesgos son altos y desde el BCRA advierten sobre la falta de preparación para enfrentar la presión en ese escenario

Aunque todavía quedan varias semanas por delante para negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) antes del próximo vencimiento de capital con el organismo por USD 2.800 millones, las declaraciones del Presidente Alberto Fernández inducen a analizar las opciones que tiene el Gobierno si no sella un entendimiento antes de que opere el pago.

La primera y más obvia de todas sería, directamente, un incumplimiento. Y no sería la primera vez que ocurre. De hecho, el último acuerdo que firmó la Argentina con el FMI antes del stand-by concedido a Mauricio Macri en 2018, fue alcanzado en septiembre de 2003 luego de que el entonces presidente Néstor Kirchner incumpliera un pago por USD 2.900 millones por su negativa a utilizar reservas del Banco Central. Casi 20 años más tarde, no puede descartarse que éste vuelva a ser el escenario. La mera posibilidad de que eso pueda suceder altera los ánimos en el Banco Central, donde advierten no sólo que no hay margen para llevar la situación a ese extremo sin arriesgar turbulencias mayúsculas sino que también avisan: “Nunca se planteó la opción del default, no nos preparamos para enfrentar ese escenario”. En otras palabras, el mensaje del BCRA es que no se tomaron en su debido momento restricciones cambiarias suficientes para cuidar las reservas asumiendo un escenario de esas características y, por ende, éstas ahora están en zona de riesgo.

Si la Argentina no cancela el pago con el FMI el próximo 22 de marzo, cuenta con 30 días adicionales para cubrir el vencimiento antes de que el país sea considerado en default absoluto. Se trata del mismo tecnicismo que opera con la deuda en manos de acreedores privados y también con el Club de París

Aun así, y a pesar de que las diferencias entre las partes no parecen insalvables, es probable que los sectores más duros del Gobierno imaginen tensar nuevamente la negociación al extremo de no pagar el próximo 22 de marzo. Si eso ocurre, la Argentina contaría con unos 30 días adicionales para cubrir el vencimiento antes de que el país sea considerado en default absoluto. Se trata del mismo tecnicismo que opera con la deuda en manos de acreedores privados y también con el Club de París. Es un lapso adicional que, en el caso de mantener negociaciones en marcha como ocurre actualmente, podría otorgar tiempo extra para definir detalles finales de la carta de intención.

Así ocurrió en 2003, cuando Fernández era jefe de Gabinete y a 3 días de haber entrado en default técnico con el Fondo, finalmente se firmó el acuerdo. En ese momento, Kirchner y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, se negaron a pagar hasta no tener una señal concreta de que al país se le concedería el acuerdo. Las discrepancias centrales pasaban, en ese entonces, por el ajuste tarifario y el resultado de las cuentas públicas: el Fondo pedía un aumento mayor del superávit fiscal al que Lavagna quería comprometer. Finalmente, se logró una solución intermedia acorde a indicadores macroeconómicos.

Si la Argentina no paga al FMI, una alternativa intermedia consiste en que un país miembro otorgue un préstamo puente por el monto del vencimiento en cuestión, que sería cancelado al momento de la firma del acuerdo con el desembolso del organismo
Hoy el contexto es algo diferente. Superada la discusión por el aumento de tarifas, las diferencias se centran en el nivel de déficit fiscal y su derivación en la política monetaria y cambiaria. Si las desavenencias persistieran y, ante los riesgos que implicaría, un informe reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) menciona una alternativa intermedia. Consiste en que, con la intervención del FMI, un país miembro otorgue un préstamo puente por el monto del vencimiento en cuestión que sería cancelado al momento de la firma del acuerdo con el desembolso del organismo. Es una variante mucho menos ambiciosa de la que ya intentó sin éxito el Gobierno con Rusia y China para obtener por mecanismos bilaterales los USD 19.000 millones que se deben pagar este año al Fondo.

“En el pasado, para regularizar las obligaciones atrasadas de un país deudor, el FMI implementó un mecanismo por el cual un tercer país otorga un préstamo puente bilateral al país en situación de mora, para que éste pueda cancelar sus deudas con el FMI. Una vez cancelados los atrasos se habilita la posibilidad de acceder a nuevo acuerdo financiero con el FMI, que el país deudor utiliza en parte para reembolsar el préstamo puente”, detalló el informe del OPC sobre los préstamos con las instituciones financieras internacionales (IFIs). Con todo, un andamiaje de esas características también luce complejo y no solucionaría un problema adicional que enfrentaría la Argentina: diez días después del vencimiento con el Fondo, opera otra fecha de pago, en este caso con el Club de París. Se trata del último vencimiento que los países que integran el Club acordaron en el año pasado prorrogar hasta el 31 de marzo, con el fin de reestructurar esa deuda en el marco de un entendimiento con el FMI.

(INFOBAE) Los bonos arrancaron el 2022 con el pie izquierdo: qué chances existen para un rebote fuerte de sus precios
El riesgo país superó los 1.800 puntos básicos y regresó a sus máximos desde la reestructuración. Cuáles son los factores que pueden gatillar un fuerte rebote de las cotizaciones

Los bonos argentinos arrancaron el año de manera muy parecida respecto al cierre de 2021, es decir con el pie izquierdo. Vienen cayendo prácticamente sin respiro en los seis primeros días hábiles del año y acumulan pérdidas promedio del 8%. Así lo refleja además el riesgo país, que volvió a sus niveles máximos desde que se renegoció la deuda y nuevamente supera los 1.800 puntos básicos. A esta altura, casi nadie duda que la Argentina se encaminará no demasiado tarde a una nueva reestructuración.

Pero aunque los inversores siguen huyendo de la deuda argentina, algo podría estar cambiando. Una mezcla de factores podría dar vuelta la dura racha negativa que sufren los bonos. Los más optimistas, incluso, piensan que están dadas las condiciones para que a medida que avance el año se observe una recuperación mucho más firme.
En 2021 los bonos cayeron hasta 10%, aunque hubo matices. Los títulos surgidos de la reestructuración de la deuda más cortos, como el AL30, fueron los de peor desempeño. Además, resultaron más afectados los emitidos bajo ley local. Los títulos con ley extranjera y más largo plazo también terminaron el año abajo, pero las pérdidas fueron sustancialmente menores.

En general, la deuda argentina no consiguió reflejar la mejora de la economía ni el mayor ingreso de dólares que hubo sobre todo en el primer semestre. Los inversores siguen preocupados por la posibilidad de una reestructuración en el futuro cercano, que lleve a nuevas quitas de capital y alargamiento de plazos de pago. Todo esto debido a las dificultades para generar dólares y la falta de acceso a los mercados financieros que sufre la Argentina hace casi tres años.

Los bonos más largos tienen un importante aumento de tasa de interés a partir de mediados de este año, es decir en el próximo pago. Esto despierta el interés de muchos inversores que buscan asegurarse varios pagos en dólares antes de que suceda la próxima renegociación
Pero a pesar de estos condimentos negativos, empieza a imponerse una visión más optimista respecto a la evolución que puede tener la deuda local este año. Incluso está la perspectiva de recuperar los niveles que tuvo la deuda reestructurada ni bien comenzó a cotizar, es decir volver a valores de septiembre de 2020. De esta forma, los precios recuperarían niveles cercanos a los USD 50, cuando ahora se acercan a los USD 30. Visto de otro modo, los títulos argentinos podrían subir alrededor del 30% en dólares durante el 2022, convirtiéndose en una de las mejores opciones de inversión del año, exactamente lo contrario a lo sucedido en 2021. Hoy suena a un relato de ciencia ficción, pero el paso de los meses determinará si hay chances de que esto ocurra.

¿Cuáles son los motivos detrás del mayor optimismo por el comportamiento de los bonos argentinos para este año? Éstoas son los principales:

– Más allá de las idas y vueltas, el escenario más probable sigue siendo el acuerdo con el FMI: hay tiempo para cerrarlo prácticamente hasta fines de marzo, ya que el 22 de ese mes vencen USD 2.800 millones “impagables”. Sin embargo, se entiende que la decisión del Gobierno de pagar los últimos vencimientos y los que vendrán en este primer bimestre con el organismo muestra voluntad de pago más allá de las exigencias que pueda incluír el nuevo programa. El dato es que si finalmente se llega a un entendimiento, el Gobierno conseguiría patear para adelante vencimientos por más de USD 40.000 millones (incluyendo el último pago con el Club de París) y despejaría el horizonte de grandes pagos de deuda en moneda extranjera por lo menos hasta 2024. Esto daría cierta tranquilidad respecto a la capacidad de pago de la Argentina al menos por los próximos tres años, lo que representa una muy buena noticia para la deuda local. La caída de los títulos de los últimos días refleja exactamente lo contrario, es decir el temor de que el arreglo no se produzca, sobre todo por las dudas que dejó sobrevolando el ministro Martín Guzmán en su exposición de la semana pasada.

Con valores por debajo de los USD 35, los inversores ya dan por sentado que no sólo se volverán a patear para adelante los vencimientos, sino que además habrá una importante quita de capital
– Aumenta el pago de cupón de intereses a partir de este año: la deuda argentina fue emitida bajo el esquema “step up”. Esto significa que los intereses no son fijos sino que van aumentando con el paso del tiempo. Esto le otorgó al Gobierno un alivio inicial pero a partir de mediados de 2022 ya se produce un incremento significativo. Esto es especialmente atractivo en los bonos que vencen en 2038 y 2041, por lo que el inversor cobrará en su cuenta un interesante monto en dólares en concepto de intereses. Por este motivo el mercado ya está favoreciendo a los títulos más largos, que tienen un rendimiento mucho menor a los bonos más cortos, que pagan cupones todavía inferiores al 1% anual. Además, tratándose de deuda de un país riesgoso, los inversores que se animan a entrar buscan asegurarse cierto flujo de pagos en moneda dura. Ayer el Gobierno pagó casi USD 700 millones, el pago más grande a bonistas desde que se reestructuró la deuda. Las cotizaciones no se dieron por enteradas, posiblemente porque muy poco de lo que se pagó haya sido reinvertido en bonos locales.

– Los actuales precios de los bonos dan por hecho que ocurrirá una nueva reestructuración: este aspecto deja al desnudo el fracaso de lo que fue la renegociación que llevó adelante Martín Guzmán en 2020. Por debajo de los USD 35, los inversores ya dan por sentado que no sólo se volverán a patear para adelante los vencimientos, sino que además habrá una importante quita de capital. Es decir, descuentan un escenario directamente horrible que se daría a partir de 2025. Cualquier mejora, ya sea porque se recupera acceso a los mercados o porque se va a una renegociación más amigable debería impactar positivamente en los precios.

– La expectativa de un posible cambio de signo político también jugaría a favor: la derrota del kirchnerismo en las legislativas del año pasado no generó un impacto favorable en los bonos. La lectura para muchos es que si bien el resultado fue abultado, nada asegura que el Gobierno no vuelva a ganar en las presidenciales del 2023. Pero si a medida que se acerca el año próximo se percibe algo distinto, entonces también podría servir como impulso para las cotizaciones.

 

 

INTERNACIONAL

(INVESTING) Fed: JPMorgan y Deutsche Bank también esperan 4 subidas de tipos este año
En una entrevista a CNBC, Jamie Dimon, CEO de JPMorgan (NYSE:JPM), advierte de que la volatilidad de los mercados podría aumentar, y apunta que las proyecciones de hasta 3 subidas de tipos serían «muy fáciles» de digerir para la economía (y el mercado). No obstante, el ejecutivo espera que el banco central apunte a 4 aumentos de tipos este año.

“Personalmente me sorprendería si fueran solo 4”, espetó Dimon, que añadió que Dimon dijo que tiene la esperanza de que el banco central pueda ayudar a aliviar las presiones inflacionarias

Los comentarios de Dimon coinciden con los economistas de Goldman Sachs (NYSE:GS), que ayer apuntaron también a 4 aumentos de tipos en 2022, en comparación con la previsión anterior de 3.

Por su parte, los economistas de Deutsche Bank (DE:DBKGn) esperan también 4 aumentos en 2022 a partir de marzo.

Wall Street cerraba ayer mixto, tras los nervios de los inversores ante unas actas de la Fed que dejaron clara la intención del organismo de adelantar su previsión de subida de tipos.

(INVESTING) Esto es lo que dirá Powell hoy (y esto es lo que quiere saber el mercado)
Este martes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, interviene ante el Comité Bancario del Senado como parte del proceso para ser reelegido por cuatro años más en su puesto.

En su testimonio público, cuyo texto ya ha sido publicado, Powell «no aporta nada nuevo», según destacan en Link Securities: “Reitera que tanto la economía como el mercado laboral estadounidense están mostrando gran fortaleza y que el banco central actuará contra la alta inflación con todas sus herramientas”.

“Entendemos que los senadores centrarán sus preguntas en las expectativas que maneja la Fed sobre el comportamiento de esta última variable y sobre cómo pretende actuar el banco central para que no se descontrole. Habrá, por tanto, que estar muy atentos por si Powell da alguna pista adicional sobre los próximos movimientos de la Fed, especialmente en lo relativo a las tasas de interés oficiales y al posible inicio del proceso de reducción del tamaño de su balance”, añaden estos analistas.

En este último punto coinciden en Bankinter (MC:BKT): “La atención estará en si se realiza alguna referencia a las deliberaciones sobre el tamaño del balance que recientemente se observaban en las Actas de la última reunión de la Fed”.

Aquí les ofrecemos el discurso de Powell, traducido al castellano:

Quisiera agradecer al presidente Biden por nominarme para desempeñar un segundo mandato como presidente de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal. También me gustaría agradecer a mis colegas de todo el Sistema de la Reserva Federal por su dedicación, perseverancia y trabajo incansable en nombre del pueblo estadounidense.

Su compromiso y experiencia fueron esenciales para la respuesta de la Fed a la crisis de COVID-19 y siguen siendo vitales para la implementación de la política monetaria a medida que nuestra economía continúa progresando.

Un agradecimiento especial para mi esposa, Elissa Leonard, y nuestros tres hijos, Susie, Lucy y Sam. Su amor y apoyo hacen posible todo lo que hago. Mis cinco hermanos están todos mirando, y estamos pensando el uno en el otro y en nuestros padres hoy con amor y gratitud.

Hace cuatro años, cuando me senté ante este Comité, pocos podrían haber predicho los grandes desafíos que pronto tendríamos que enfrentar.

En vísperas de la pandemia, la economía estadounidense disfrutaba de su undécimo año de expansión, el más largo registrado. El desempleo estaba en mínimos de 50 años, y los beneficios económicos estaban llegando a los más marginados. Ningún desequilibrio financiero o económico evidente amenazó la expansión en curso. Pero esta imagen atractiva cambió prácticamente de la noche a la mañana cuando el virus se propagó por todo el mundo.

La contracción inicial fue la más rápida y profunda registrada, pero el dolor podría haber sido mucho peor. Cuando llegó la pandemia, nuestro desafío inmediato fue evitar una depresión a gran escala, lo que requeriría acciones políticas rápidas y fuertes de todo el gobierno.

El Congreso brindó, con mucho, la respuesta más rápida y más grande a cualquier recesión económica de la posguerra. En la Reserva Federal, utilizamos toda la gama de herramientas de política a nuestra disposición. Nos movimos rápidamente para restaurar los flujos vitales de crédito para los hogares, las comunidades y las empresas y para estabilizar el sistema financiero.

Estas acciones de políticas colectivas, el desarrollo y la disponibilidad de vacunas y la resiliencia estadounidense trabajaron en conjunto, primero para amortiguar los golpes económicos de la pandemia y luego para desencadenar una recuperación históricamente sólida.

Hoy, la economía se está expandiendo a su ritmo más rápido en muchos años y el mercado laboral es fuerte.

Como siempre, quedan desafíos. Tanto el cierre inicial como la posterior reapertura de la economía no tuvieron precedentes. La economía se ha fortalecido rápidamente a pesar de la pandemia en curso, lo que ha dado lugar a desequilibrios y cuellos de botella persistentes entre la oferta y la demanda y, por lo tanto, a una inflación elevada. Sabemos que la alta inflación cobra un precio, particularmente para aquellos que tienen menos capacidad para cubrir los costos más altos de elementos esenciales como alimentos, vivienda y transporte.

Estamos firmemente comprometidos con el logro de nuestros objetivos estatutarios de máximo empleo y estabilidad de precios. Usaremos nuestras herramientas para apoyar la economía y un mercado laboral fuerte y para evitar que se arraigue una mayor inflación.

Podemos comenzar a ver que es probable que la economía posterior a la pandemia sea diferente en algunos aspectos. La búsqueda de nuestros objetivos deberá tener en cuenta estas diferencias. Con ese fin, la política monetaria debe tener una visión amplia y prospectiva, manteniendo el ritmo de una economía en constante evolución.

Durante los últimos cuatro años, mis colegas y yo hemos continuado el trabajo de nuestros predecesores para garantizar un sistema financiero sólido y resistente. Aumentamos los requisitos de capital y liquidez para los bancos más grandes, y actualmente, los niveles de capital y liquidez en nuestros bancos más grandes y de mayor importancia sistémica están en máximos de varias décadas. Trabajamos para mejorar el acceso del público a pagos instantáneos, intensificamos nuestro enfoque y esfuerzos de supervisión sobre amenazas en evolución, como el cambio climático y los ataques cibernéticos, y ampliamos nuestro análisis y monitoreo de la estabilidad financiera. Permaneceremos atentos a las amenazas nuevas y emergentes.

También actualizamos nuestro marco de política monetaria, aprovechando los conocimientos de personas y comunidades de todo el país, para reflejar los desafíos de aplicar políticas en una era de tasas de interés persistentemente bajas.

El Congreso ha asignado objetivos importantes a la Reserva Federal y nos ha dado una independencia considerable en el uso de nuestras herramientas para lograrlos. En nuestro sistema democrático, esa independencia viene con la responsabilidad de transparencia y comunicación clara, para mantener informado al público y permitir una supervisión legislativa efectiva.

Ese deber adquiere una importancia aún mayor cuando la Fed debe tomar medidas extraordinarias en tiempos de crisis. Para facilitar esa transparencia y ganarme su confianza y la del pueblo estadounidense, he establecido como prioridad reunirme con usted y sus colegas electos con regularidad y frecuencia. Me comprometo a continuar con esa práctica si soy confirmado para otro término.

La Reserva Federal trabaja para todos los estadounidenses. Sabemos que nuestras decisiones son importantes para todas las personas, familias, empresas y comunidades de todo el país. Estoy comprometido a tomar esa decisión.

(INVESTING) Powell, Lagarde… Hablan los banqueros centrales: 5 claves este martes
Los mercados estarán pendientes hoy de las comparecencias de banqueros centrales de gran nivel.

El petróleo sigue volátil, a la espera de conocer la previsión energética a corto plazo de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés).

Las criptomonedas cotizan de forma mixta.

Estos son los cinco factores que los inversores deberán tener en cuenta hoy a la hora de tomar sus decisiones:

1. Declaraciones de banqueros centrales: Powell, Lagarde, Weidmann…
Este martes estaremos pendientes de las palabras de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed); Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE); Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, así como varios miembros del FOMC.

2. Petróleo
Los precios del petróleo siguen mostrando volatilidad esta semana, tras subir un 5% la semana pasada, después de que protestas en Afganistán interrumpieron las líneas de ferrocarril y golpearon la producción en el principal campo petrolero del país, Tengiz, mientras que el mantenimiento de oleoductos en Libia hizo caer el bombeo a 729.000 barriles por día desde un máximo de 1,3 millones de bpd el año pasado, apunta Reuters.

Este martes conoceremos la previsión energética a corto plazo de la EIA en Estados Unidos.

3. Cripto
Tras una semana pasada tremendamente volátil para el sector de las criptomonedas, este martes los principales activos siguen, aunque de forma muy tenue, de recuperar las posiciones perdidas. Hoy cotizan de forma mixta.

El Bitcoin se mueve en los 42.000 dólares y el Ethereum en los 3.100.

4. Asia y Bolsa americana
Signo negativo hoy en los principales índices asiáticos. El Nikkei cae un 0,9%, el Hang Seng de Hong Kong se deja un 0,5% y el Shanghai Composite pierde un 0,7%.

En cuanto a Wall Street, el mercado terminó ayer mixto. Destacan los cierres del S&P 500 (-0,1%), Nasdaq (+0,05%) y Dow Jones (-0,4%).

5. Datos macro
Entre las principales referencias macroeconómicas destacan la producción industrial de España y las ventas minoristas de Italia.

En Estados Unidos conoceremos el índice Redbook de ventas minoristas.

 

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