Lo que tenes que saber y más (18/05/2020)

 

DAILY

RIESGO PAÍS (16/05/2020)2837
Información Relevante
LOMA NEGRA COMPAÑIA INDUSTRIAL ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA
Informa aprobación del Directorio de un prestamo bancario a los fines de refinanciar pasivos
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=359754

FERRUM S.A.
COVID-19 – Informa acreditación de Programa ATP
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=359752

BANCO BBVA ARGENTINA S.A.
Informa que la Asamblea celebrada en la fecha aprobó distribuir como dividendo en efectivo la suma de $ 2.500.000.000.- y delegó en el Directorio la facultad de determinar su fecha de pago
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=359749

GRUPO SUPERVIELLE S.A.
Informa pago de dividendos
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=359730

TERNIUM ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA
Informa Contrato con Parte Relacionada
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=359714

TELECOM ARGENTINA S. A.
Anuncia Resultados Consolidados del primer trimestre del ejercicio economico 2020
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=359709

Local

(Infobae) Exclusivo: el detalle de las contraofertas presentadas por los acreedores de la deuda que revisa Alberto Fernández. Los grupos reducen de tres a sólo un año el período de gracia que pedía el Gobierno, incluyen rendimientos sustancialmente superiores a los ofrecidos, tienen un “valor presente” de entre 58 y 60 centavos por dólar, y exigen el reembolso de todos los gastos.

Alberto Fernández y Martín Guzmán trabajaron todo el fin de semana analizando las tres contraofertas que los bonistas de Wall Street presentaron el viernes en la cartera de Economía y que Infobae revela en exclusiva. Las propuestas de los fondos se encuentran aún muy lejos de la iniciativa oficial respecto a la quita prevista para el capital y los intereses, el pago de los cupones y el período de gracia. Cada grupo que representa a los bonistas preparó su menú de acuerdo a sus tenencias y al tipo de fondos que representan. Pero casi no difiere el valor presente neto: entre 58 y 60 dólares, una propuesta clave que está muy alejada de la ecuación que Alberto Fernández y Guzmán manejan en estricto secreto.
Sin embargo, en Olivos consideraron un avance importante de la negociación que los acreedores privados hayan explicitado sus intenciones económicas y financieras. La propuesta del Gobierno incluía, en términos generales, una quita de capital de 5,5% en promedio y de 62% para los intereses. Dos números que los acreedores rechazan in limine. “Hay mucho para negociar. Lo más importante es que el 100 por ciento de los bonistas hizo una presentación, y eso significa que creen en nuestra buena fe y en nuestra voluntad de acordar», explicó a este medio un protagonista clave del gobierno en la negociación con los fondos que invirtieron 66.000 millones de dólares en títulos soberanos. Alberto Fernández y su ministro de Economía diseñaron una propuesta que establece una ecuación entre el eventual crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) y lo que debería asignarse al pago de la deuda para que la economía nacional no sufra un nuevo ajuste. Esta ecuación se apoya en el concepto de sostenibilidad de la deuda, que el presidente y Guzmán no piensan resignar ante las tres propuestas que presentaron los bonistas. Como se trata de una negociación, y pese al rechazo que se manifestó ayer en Olivos, el Gobierno asume que deberá ceder en ciertos aspectos de la oferta oficial. Esas diferencias aparecen con nitidez cuando se repasan las propuestas vinculadas a la tasa de interés de los cupones, el Valor Presente Neto (NPV, en sus siglas en inglés), la quita de capital y el período de gracia.

A continuación, las propuestas
Las iniciativas de los tres comités de acreedores de la Argentina coinciden en un aspecto: la reducción a solo un año del período de gracia que en la propuesta inicial del gobierno era de tres años.

Bondholders Group

Son los tenedores de bonos globales emitidos en 2005 y durante el gobierno de Mauricio Macri y que integran Greylock, encabezado por Hans Humes, y otros fondos como Gramercy y Fintech.

No pide capitalización de bonos e implica un Valor Presente Neto (a una “tasa de salida” o exit yield de 10%) de 58 dólares por cada cien dólares nominales de la actual deuda, con una tasa promedio de 5,03%, amortización de capital a partir de 2027 y una quita de capital de 2,3%. El bono más corto maduraría en 2040.

Ad Hoc Bondholders Group

Tienen bonos del canje de 2005 pero también Globales emitidos a partir de 2016 y que integran pesos pesados como BlackRock, Fidelity, Ashmore y T.Rowe Price, propone una serie de 12 bonos nuevos, la mitad en dólares y la mitad en euros, sin quita de capital en ocho de ellos y con una quita de apenas 1% en cuatro: aquellos en euros y en dólares que maduran en 2036 y 2047.

La propuesta implica una tasa de interés promedio de 4,44%, un año de gracia y amortización de capital a partir de 2025. La propuesta implica un Valor Presente ligeramente superior a las otras dos; 60 dólares por cada 100 de deuda nominal, siempre calculada a una exit yield del 10%.

La propuesta implica canjear los actuales bonos en francos suizos por bonos en euros y dice ofrecer para la Argentina un “alivio” en el cash flow de 32.000 millones de dólares a lo largo de diez años. Los bonos más cortos madurarían en 2027 y el grupo se mantiene irreductible en su posición de que los intereses devengados durante el período de gracia se deben pagar a la madurez de cada serie.

Exchange BondHolders Group

Aunque su propuesta es “coordinada” con el Bondholders Group, el “Exchange BondHolders Group”, que integran los fondos Monarch y BHK Capital entre otros, y que tiene como asesor legal a Denis Hranitzky, el duro ex abogado de Paul Singer, otro conocido acreedor de Argentina, propone la emisión de sólo tres bonos nuevos: 2033, 2040 y un cupón ligado al PBI.

Este grupo, tenedor de los bonos del canje 2005, pide que no haya quita de capital y su propuesta implica una tasa de interés promedio de 4,75%, con amortización de capital a partir de 2027. El valor presente neto de la oferta, también a un exit yield de 10% es igual al del primer grupo: 58 dólares.

De ahí que el fin de semana dijeran que sus propuestas eran “coordinadas”, aunque diseñadas en función de las tenencias de cada uno.

La oferta del grupo BlackRock incluye además una cláusula RUFO (de extensión a quienes aceptan el canje de cualquier mejora que se ofrezca en el futuro a quienes lo rechacen) de diez años. Esto es, si el canje tuviera lugar, por caso, en junio de 2020, cualquier oferta mejor a bonistas que no acepten la oferta, anterior a junio de 2030, debería extenderse a los que sí lo hicieran en esta propuesta. Como para probar, si hiciera falta, que no regala nada, el grupo exige también que la Argentina pague todas los cargos y gastos incurridos, incluidos los del asesor legal, la firma neoyorquina White & Case.

La propuesta argentina

El Gobierno había presentado hace un mes una oferta formal ante la Comisión de Valores de EEUU (SEC, según su sigla en inglés) para renegociar la deuda emitida bajo ley extranjera que fue rechazada por los bonistas y grupos que los representan horas después. “Es lo que podemos pagar”, dijo varias veces Guzmán –y también Fernández– mientras comenzaba otra etapa de la negociación.

Esa propuesta incluía el canje de bonos por nuevos títulos que vencería entre 2030 y 2047, con rendimientos de 0,75% al 4,5%, en dólares y euros. La quita de capital propuesta era del 5,5% en promedio (que llegaba a 18% en determinados instrumentos). El Gobierno quería que los intereses, con una quita que llegaría a 62%, empezaran devengarse en noviembre de 2022 y a pagarse en 2023 en los nuevos títulos.

Lo que viene

Alberto Fernández no tiene intenciones de forzar un default, pero ya sabe que es imposible llegar a un acuerdo formal antes del 22 de mayo. Ese día vence la oferta oficial y el período de purga del pago de intereses por 503 millones de dólares atados al bono Global. El presidente no pagará si no hay acuerdo, y como es poco probable que lo haya, está asumido por los acreedores privados y Olivos que se caerá en default. No obstante, Fernández, Guzmán y los principales fondos han reconocido en la intimidad que si hay negociación encaminada, el default sólo se reducirá a un hecho previsto en el prospecto de los Global que no debería desembocar en una presentación formal por incumplimiento en los tribunales de Nueva York. En caso contrario, obvio, el default se aceleraría y la Argentina estaría a merced de un juicio por 66.000 millones de dólares. “Nuestra intención es negociar y acordar. Llevará tiempo, y el 22 de mayo no vamos a pagar. Pero será un default forzado sólo por el calendario. Los bonistas entienden que pagar va contra una negociación dura. Y si todo termina en nada, ellos aún tendrán el derecho de ir a los tribunales americanos”, aseguró un integrante del gabinete que conoce los detalles de la estrategia oficial. En el Palacio de Hacienda, Guzmán iniciará hoy la segunda fase de la negociación con los acreedores privados. En tanto, Fernández estará en Olivos a la espera de las novedades. Las negociaciones son secretas y por videoconferencia. Y los resultados finales se conocerán cuando concluya la semana. Hay vocación para acordar, en ambas partes, pero están en juego 66.000 millones de dólares. Una cifra que pone a la partida un final incierto.

(Infobae) Deuda: todo lo que hay que saber sobre el canje que esta semana entra en su segunda recta final. El viernes vence el nuevo plazo fijado por el Gobierno para la continuidad de las negociaciones. Un acuerdo, un default suave, duro o un pacto que de más tiempo, son los escenarios posibles. El viernes se vence el nuevo plazo establecido por el Gobierno para que los bonistas acepten la propuesta de reestructuración de deuda elaborada por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Ese día se cumple el período de gracia para el pago de intereses de tres bonos globales que vencían el 22 de abril, un desembolso que no fue concretado. Más allá de esa fecha, de mantenerse el incumplimiento, está el default. En estos pocos días que quedan Guzmán se juega el resultado del principal objetivo de su gestión: un alivio de los vencimientos de deuda que libere parte del presupuesto público destinado al pago de deuda evitando el default pero asegurando un horizonte “sustentable” para los pagos por venir. Ayer por la tarde el ministro informó en Olivos al presidente Alberto Fernández (en una reunión de la que también participaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el de Interior, Eduardo De Pedro) de las señales en principio alentadoras que tuvo de los contactos del fin de semana con distintos grupos de bonistas. La negociación es compleja y, más allá del rechazo inicial. El viernes el gobierno informó que había recibido tres propuestas y el fin de semana se confirmó la “propuesta coordinada” de dos de esos grupos, quedando el tercero, del que participa BlackRock, el mayor administrador de fondos del mundo, como el acreedor más exigente respecto del “valor presente” de la oferta. En el balance, primaron las señales de acercamiento entre el Gobierno y los acreedores, pero aún no garantizan una salida acordada. La negociación es compleja y, más allá del rechazo inicial, la semana pasada se vieron señales de acercamiento entre el Gobierno y los acreedores que, sin embargo, todavía no garantizan una salida acordada El Gobierno confía en que un resultado exitoso resulte en una inyección de confianza que solucione varios de los frentes de inestabilidad que existían al momento de asumir, en diciembre pasado, y que en estos poco más de 5 meses de Gobierno no hicieron más que agravarse y a los que se le sumaro el freno a la actividad económica que supuso la pandemia de coronacirus COVID-19. En lo que sigue, en base a un informe de D’Alessio Irol y Berenztein, se resume todo lo que hay que saber sobre qué está en juego y cómo puede resolverse esta negociación de la que dependen el acceso a financiamiento del Tesoro, las provincias y las empresas que operan desde el país, además de -se esperanza el Gobierno- también el punto de partida para frenar la inestabilidad cambiaria y macroeconómica.

¿Qué deuda se negocia?

La deuda pública argentina llegaba al cierre de abril a USD 323.193 millones en total, pero no todo ese monto es el que está en juego esta semana. Esa cifra incluye el endeudamiento con organismos internacionales como el FMI, la deuda intrasector público -por ejemplo, la que se coloca periódicamente a la Anses- y también la que se contrajo con acreedores privados, tanto en pesos como en moneda extranjera.
La buena sintonía que muestra, hasta ahora, la titular del FMI Kristalina Georgieva para alcanzar una negociación por el pago del paquete de ayuda que concedió el organismo desde 2018 permite entrever que, aunque no sin dificultades y condicionamientos, esa negociación llegará más tarde y por otro camino. La deuda con el sector público, por otro lado, se sobreentiende que será fácilmente reestructurada. Por último, queda la deuda con acreedores privados. Pero no toda ella entra dentro de la oferta. La propuesta de Guzmán es para la reestructuración de bonos internacionales, es decir regidos por tribunales en el exterior, y emitidos en moneda extranjera por un total de USD 65.000 millones. Los compromisos en moneda extranjera regidos por la Ley argentina ya sufrieron una postergación de pagos hasta 2021 y, de acuerdo a comunicaciones oficiales, recibirán el mismo trato que obtengan los tenedores de deuda internacional. La deuda en pesos, por otro lado, está siendo administrada a través de canjes y operaciones parciales que buscan “normalizarla”. La deuda en moneda extranjera regida por la Ley argentina ya sufrió una postergación de pagos hasta 2021 y, de acuerdo a comunicaciones oficiales, recibirá el mismo trato que obtengan los tenedores de deuda internacional

¿Qué ofrece el Gobierno?
El 17 de abril Argentina anunció una oferta de reestructuración de deuda que, según los propios dichos de Guzmán, no contaba con el apoyo de los principales acreedores desde el momento mismo de su lanzamiento. Estaba diseñada alrededor de una análisis de sustentabilidad de la deuda respaldado por el FMI e implicaba la suspensión de todos los pagos de capital e interés por por tres años, una quita del 62% en los pagos de intereses y un recorte de 5,4% en el capital de los bonos existentes. Originalmente, tal como el Gobierno argentino definió en su presentación ante la Securities and Exchange Commission (SEC, el regulador del mercado de capitales de los Estados Unidos), la oferta argentina tenía como fecha de vencimiento el 8 de mayo. Pero ante la falta de consenso entre los acreedores la extendió hasta el 22 de mayo. La fecha no es casual. El 22 de abril la Argentina tenía que pagar unos USD 503 millones correspondientes a pago de intereses de tres bonos globales que forman parte de la negociación, pero no lo hizo. Las condiciones de emisión de estos títulos dan un plazo de gracia de 30 días hábiles para completar el pago. De no concretarse para esa fecha, se considerará que el Tesoro entró en default. El 22 de abril la Argentina tenía que pagar unos USD 503 millones correspondientes a pago de intereses de tres bonos globales que forman parte de la negociación, pero no lo hizo

¿Cómo viene la negociación?
Tres grandes grupos de acreedores, que se reunen en “comités ad-hoc” asesorados por firmas legales para organizar las negociaciones, rechazaron de plano la oferta apenas fue presentada. Eso llevó a caídas importantes de las cotizaciones de los bonos argentinos y al riesgo país a superar cómodamente los 4.000 puntos en las últimas semanas. La extensión del plazo cambió esta tendencia. La predisposición del Gobierno a seguir negociando hasta el último momento para evitar el default y trascendidos respecto a avances en las conversaciones llevaron al riesgo país a caer hasta la zona de los 2.800 puntos el viernes. La mejoría, sin embargo, todavía no es una seguridad y es posible que las charlas se extiendan más allá del 22 de mayo.

¿Quiénes son los acreedores?

Los tenedores de deuda regida por tribunales extranjeros son múltiples, pero existen fondos de peso con tenencias importantes que se transformaron en los jugadores clave para obtener el nivel de consenso necesario para evitar un default. Entre decenasd de ellos, se cuentan BlackRock, Pacific Investment Management Co. (PIMCO), Ashmore Group, Greylock, Fidelity, Fintech y Gramercy. Muchos de ellos son fondos “real money” que al imitar o tratar de superar los rendimientos de índices de países emergentes tomaron posiciones en deuda argentina desde la vuelta al mercado del país en 2016 y sufrieron el derrumbe de los valores de sus inversiones desde la crisis de balanza de pagos que golpeó al país en 2018.

¿Qué puede pasar?
Como están en juego 21 bonos diferentes, el Gobierno encaró una estrategia que le permitiría alcanzar acuerdos en cada una de esas series de emisiones. Un acuerdo por etapas que, confía Guzmán, permitíría ir normalizando de a etapas la deuda. Así, por ejemplo, se podría aprovechar que algunas emisiones necesitan niveles relativamente bajos de aceptación para evitar un default o que un grupo minoritario se resista a aceptar los términos del acuerdo y litigue en los tribunales de Nueva York. Las series más difíciles en ese universo son las de los bonos Par y Discount, que surgieron de los canjes de 20005 y 2010 y cuyos tenedores argumentan que les corresponde un trato diferencial ya que no es la primera vez que aceptan quitas en una reestructuración. En su favor tienen cláusulas de acción colectiva que obligan al Gobierno a conseguir el acuerdo de tenedores con al menos el 85% del capital emitido en sus manos para forzar a la totalidad de sus tenedores a aceptar los términos de la propuesta.

Acuerdo, default, hard default o extensión
Más allá de un acuerdo generalizado en el que entre el 100% de la deuda en una única operación, escenario reservado para los optimistas más extremos, existen distintas formas en que el proceso puede seguir más allá del 22 de mayo. Dos de ellos son formas, diferentes, de caer en el impago. Y la última, una nueva extensión de las negociaciones. El informe de D’Alessio/Irol y Berenztein resumió de la siguiente manera los distintos escenarios posibles, en caso de que no se llegue a un acuerdo a tiempo. “Hard default: la oferta de canje propuesta por el ministro Guzmán es rechazada por la gran mayoría de los acreedores. Ante este escenario, no hay acuerdo posible. En el mediano y largo plazo, Argentina no tendrá acceso a ningún tipo de financiamiento. Es esperable que aumenten las medidas de intervención sobre la economía, esto implicaría un mayor control de cambios”, detalló el reporte. “Soft default: se logra un acuerdo parcial con un grupo considerable de acreedores que aceptan entrar al canje ofrecido por el gobierno argentino. Ante este escenario, la intervención sobre la economía continuaría, aunque de forma más moderada. La situación dependerá de la amplitud y las características de dicho acuerdo parcial”, agregó. La última opción es alargar el plazo de negociaciones más allá del vencimiento del 22 de mayo. Esto se puede hacer pagando el vencimiento justo sobre la hora, como ya hizo la Provincia de Buenos Aires a principios de año, o a través de un “standstill agreement” como el que acaba de conseguir Ecuador y que suspende la mayor parte de los pagos del país con el acuerdo de los acreedores para que negociaciones que avanzan por buen rumbo tengan tiempo de concluir.

(Infobae) La economía tocaría fondo en mayo y se iniciaría la recuperación, dice una consultora. Analytica, de los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez, se basa en datos de movilidad de Google y del consumo de energia eléctrica de Cammesa. Si se resuelve la deuda, proyecta, la economía recuperaría en julio los niveles de actividad de marzo. Según el informe semanal de Analytica, la consultora de los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez, la economía tocaría el piso recesivo en mayo y el mes marcaría así el inicio de la recuperación, condicionada a cómo se resuelva la reestructuración de deuda. “Sin default comenzaría a reducirse la incertidumbre y el consumo, con las prevenciones de una salida de crisis aguda, podría repuntar”, dice la consultora. En tal caso, agrega, a partir de julio el PBI empezaría a mostrar variaciones positivas mes a mes. En su informe la consultora analiza las restricciones a la movilidad por sectores en base a datos del sistema GPS de Google, que “no muestran aún cambios sustanciales en las actividades clave por su peso en el PIB y en los puestos de trabajo (comercio y recreación, con una caída del 70% respecto de sus valores habituales), aunque más atenuada en las actividades “esenciales” como Alimentos y Bebidas y Farmacias, que registran una caída de “apenas” 20% respecto de sus valores históricos. El otro indicador que analista Analytica es el consumo de energía por sectores, en base a datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa) y observa que “los sectores más dispersos geográficamente, como la construcción y los productos metálicos, muestran una mejora en la demanda de energía de hasta 40% en los primeros días de mayo”. Por el contrario, actividades muy dependientes de inyecciones de capital, como petróleo y de aluminio, muestran retrocesos en promedio del 30% en la demanda eléctrica respecto del promedio de marzo, antes del inicio de la cuarentena. La incertidumbre sobre la resolución de la saga de la deuda tiene allí una influencia decisiva, porque afectan el costo del capital (evidenciado en la tasa de riesgo-país) y el costo de las materias primas, lo que lleva a las compañías de esos sectores a recortar sus inversiones. De todos modos, según el informe, “la conjunción de mayor movilidad y más demanda esperada de energía eléctrica llevan a pensar que el mes de mayo será el valle recesivo”. En su informe previo, Analytica había resumido la secuencia de la crisis en tres puntos o momentos: A, B y C. A sería “el piso de la recesión”, B seria el punto de inflexión hacia una “recuperación rápida” y C sería el punto en que la economía llegaría a los niveles de actividad previos al inicio de la pandemia. Pues bien, en mayo la economía balbucearía la primera letra. “Sin default, comenzaría a reducirse la incertidumbre y el consumo, con las prevenciones de una salida de crisis aguda, podría repuntar, para que a partir de julio el PBI empiece a mostrar variaciones positivas mes a mes”, concluyó la consultora.
 
(Cronista) Deuda: puede haber acuerdo en junio, pero antes hay que esquivar el default Mejoraron los términos de la negociación con los acreedores, pero el acuerdo no estaría cerrado para el viernes 22. La nueva fecha tope para acordar con los bonistas es ahora el 31 de mayo. a Argentina no podrá cumplir con el compromiso que había tomado días atrás, cuando sostuvo que el viernes próximo tendría cerrado el acuerdo con los bonistas, y que lo anunciaría de forma oficial un día después. Los tiempos no corrieron de la forma que esperaba el Gobierno, y ahora todo se demorará, por lo que ahora sí la Argentina entrará formalmente en default. Sin embargo, tanto el presidente Alberto Fernández como el ministro de Economía, Martín Guzmán, descartan que esta situación se vaya a prolongar, por lo que entienden que el entendimiento final llegaría para antes de junio. Según dijeron las fuentes consultadas por El Cronista, «se produjo una evolución importante en las conversaciones» y el camino hacia un acuerdo, si bien todavía no está totalmente despejado, ya no muestra las trabas de hace algunos días. «En el caso de algunos bonos el ritmo de adhesión a la oferta es importante e incluso alcanza al 80%. Todavía resta el visto bueno de algunos sectores que se vienen mostrando más duros desde hace ya algún tiempo, pero sin dudas el nivel de conflicto no es el mismo que días atrás», explicaron las fuentes.Ayer por la tarde Fernández y Guzmán mantuvieron una reunión en la residencia presidencial de Olivos para intentar avanzar sobre estas negociaciones. Esta imposibilidad de llegar a la meta del 22 de mayo se da, incluso, pese a que todos los interlocutores del «caso deuda» advierten el mejor clima que se da en torno de esta negociación. «Que hubo cambios es innegable, porque sino no estaríamos hablando sobre la idea de cerrar todo antes del 31 de mayo. Pero no se puede obviar que también existen diferencias entre las partes, que impiden apurar los tiempos», sostuvieron las fuentes consultadas. Lo que todavía no queda claro es si la oferta sobre la que se trabaja es estrictamente la que presentó en su momento el Gobierno, o en alguna de las tres que presentaron el viernes pasado los distintos grupos de bonistas. Esta nueva postergación es la segunda que se da en el marco de esta negociación con los acreedores. Según el cronograma que se había dispuesto, la Argentina debería haber cerrado esta instancia el 8 de mayo pasado, aunque en esa ocasión ya se había estipulado que se podría extender hasta el 22, lapso que ahora se vuelve a ampliar. De esta forma, Argentina no honrará el 22 de mayo el pago de u$s 503 millones en concepto de intereses por los bonos Global 2021 (AA21), 2026 (AA26) y 2046 (AA46), todos bajo Ley de Nueva York, luego de 30 días de que operaba el vencimiento. Los bancos custodios demandan a los titulares de bonos presentar sus respectivos consentimientos de los términos del canje hasta 72 horas antes del cierre (en este caso, mañana), por lo que anunciar un acuerdo en esta semana hubiera dado solo 24 horas para evaluar las condiciones. Una fuente en contacto matizó: «Entre las propuestas de cada uno de los bonistas hay algunas diferencias, que pueden ser compatibilizadas. Y la distancia con el Gobierno es salvable. No vemos que se pueda acordar en esta semana pero lo importante es progresar cada día». El riesgo que entraña esta estrategia es que existe el peligro de que algún grupo de bonistas de cualquier serie afectada pueda activar la aceleración de la cláusula de cross default, mediante la cual si un deudor entra en una situación de cesación de pagos, los acreedores pueden iniciar el proceso de solicitar el pago de su préstamo de forma inmediata. Para activarla, se necesita el pedido de más de un 25% de los tenedores de los bonos en circulación, pero «si el Gobierno actúa de buena fe, no lo deberían hacer», comentó Sebastián Maril, director de FinGuru. Para este especialista financiero, lo más recomendable es depositar los u$s 503 millones en una cuenta escrow (un depósito de garantía en manos de un tercero) en señal de buena fe, lo que se necesita para evitar que se active la aceleración del cross default.
(Cronista) Para Chodos, la falta de pago a bonistas «no tiene un impacto mayúsculo». El director por el Cono Sur ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) e integrante del equipo del Ministerio de Economía, Sergio Chodos, aseveró que la decisión de que Argentina caiga o no en cesación de pagos es de los acreedores. Así lo dijo en una entrevista que brindó al programa Toma y Daca, en AM 750. «La prioridad es tener una deuda sustentable y coherente con la capacidad de repago. Eso es éxito, no cuántos entran», indicó Chodos luego de recibir las tres contraofertas de los grupos de bonistas, el viernes por la tarde, que analizaron este fin de semana y continuarán evaluando en las próximas horas. «Pedir un stand still no tiene sentido. Eso lo hizo Ecuador y genera mayor incertidumbre, pateando la pelota para adelante», consideró y descartó esa opción. Chodos, además, suavizó las consecuencias de un default, como el que ocurriría luego del viernes. «Si llega a pasar, no es un impacto mayúsculo. No es un proceso de caída libre como el default de 2001», expresó. Para él, «buena fe es tener voluntad de pago y no sólo voluntad de prometer». Y por eso garantizó: «El plazo de la oferta que Argentina puso en el mercado puede ser ampliado. El canal de la negociación y el de los términos de la emisión de un bono determinado corren en paralelo, pero pueden pensarse en carriles separados. No veo que la fatalidad de la fría letra del contrato tenga un arrastre en la negociación». El negociador argentino ante el organismo internacional afirmó que «el diálogo con el FMI es muy bueno» y aseguró que «vamos a tener que convivir un tiempo más» con esa institución, aunque «lo ideal sería no tener encima al FMI y tener soberanía». «En el mapa de ruta que teníamos, después de la reestructuración de la deuda teníamos pensado iniciar el camino del artículo 4, la práctica habitual mediante el cual el FMI monitorea la economía de todos los países miembros», adelantó Chodos. Y también sostuvo que el Gobierno no quiere seguir endeudándose para repagar créditos, como fue lo que sucedió con el préstamo stand by firmado con el organismo a mediados de 2018. Por último, el representante argentino ponderó las palabras del Papa Francisco sobre la deuda, aunque aclaró que solo instala una agenda pública y no influye en las negociaciones.
(Cronista) Expectativa por el arranque del precio del dólar financiero y del blue En la City saben que a Alberto Fernández no le sirve ir a un default, por las consecuencias que tendrá para el mercado. Extender las negociaciones puede ser una buena noticia. Hoy a las 11 de la mañana, cuando empiece a formarse el precio del dólar financiero y del dólar blue, todas las miradas estarán puestas en el avance de la negociación por la deuda, ya que el mercado se mueve por expectativas. Los síntomas son positivos, ya que la semana cerró con un alza del 9% en los bonos, una caída del riesgo país por debajo de los 2900 puntos y acciones argentina en Wall Street trepando hasta 9% y en la Bolsa local hasta 5%. En la City saben que a Alberto Fernández no le sirve ir a un default, por las consecuencias negativas que tendrá en la economía, por lo que la extensión de las negociaciones puede ser tomado como una buena noticia. Mientras tanto, la noticia que corrió de boca en boca por el microcentro porteño fueron los rumores de que salía la Gendarmería para hacer inteligencia como operativo contra el blue. De hecho, el viernes cerraron algunos cambistas en los alrededores de la calle 25 de Mayo por precaución. Los arbolitos, sin embargo, siguieron en Florida al pie del cañón. “Florida es niño cantores, no existe. Hablamos de los cambistas grandes, no de las cuevas”, dice un mesadinerista. «Autocuarentena, volvieron los perros», dicen por chat desde otra mesa cuando llamaban para preguntan el precio del ‘bille’. “A mí me cerraron dos de las cuatro que conozco, y que hace dos semanas que están a pleno trabajando”, revela otra fuente consultada, conocedor de los submundos cueveriles porteños. “Hubo aviso y se asustaron. Cerraron para no tener problemas. Pero están queriendo amedrentrar, para mi real no hubo nada, y si hubo fue solo inteligencia. Los que cerraron es porque se escaparon ante el aviso, que sale de adentro y se viraliza por todo el mercado”, comenta un cuevero. Uno de los rumores que comentaban en las mesas es de un impuesto nuevo que estaría evaluando el Gobierno del 30% a las ganancias de los Cedears. “Sería como un impuesto solidario por el dólar, ya que los Cedears son dólares indexados. Hay algo de preocupación por esto. Pero como son casi acciones, capaz los dejan, ya que es nada la recaudación y te enemistás totalmente con el mercado”, señalan en las mesas. Otra de las novedades fue la suerte de intervención que hubo en uno de los grandes bancos nacionales del dólar MEP y contado con liqui, ya que están con auditoria del BCRA por el corresponsal en el Bony (Bank of New York). Por presiones políticas, el banco decidió suspender la operatoria, en principio hasta el 31 de mayo. “Por lo cual les informamos que todos clientes que tengan dólar cable/divisas podrán hasta el lunes o comprar activos “C”, o transferir a sus cuenta bancarias o en brokers en el exterior”, fue el mensaje. Además, hay un agente de Bolsa que dejó de operar contado, que es la forma para comprar dólar Bolsa en el acto.
(Ambito) El BCRA sigue emitiendo, pero ¿la gente quiere más pesos?. La acuciante actualidad no da tregua pero la avalancha de dinero emitido en lo que va del 2020 está alimentando, negativamente, las expectativas. Quizás, el mercado cambiario ya envió una señal. En medio de un incendio pedir que los bomberos cuiden el mobiliario es ingenuo. Entran a manguerazos y hacha en mano. Una vez sofocado el siniestro se verán los daños. Con la actual política monetaria expansiva ocurre algo parecido. No hay duda de que habrá “el día después” de la pandemia, pero no menos cierto es que hoy ya muchos toman decisiones por adelantado, frente a la avalancha de pesos. En medio de un incendio pedir que los bomberos cuiden el mobiliario es ingenuo. Entran a manguerazos y hacha en mano. Una vez sofocado el siniestro se verán los daños. Con la actual política monetaria expansiva ocurre algo parecido. No hay duda de que habrá “el día después” de la pandemia, pero no menos cierto es que hoy ya muchos toman decisiones por adelantado, frente a la avalancha de pesos. Alguna señal sobrevino en las últimas jornadas de parte del mercado de cambios, aunque pueda estar “sobrecargada” del momentum: una economía en recesión, sin financiamiento, con riesgo de un nuevo default, y en un mundo por demás complicado. Hasta ahora la demanda de dinero fue acompañando el tsunami monetario, prueba de ello es el fenomenal crecimiento de los agregados monetarios (M1 y M2) a un ritmo superior al 80% anual. Es cierto que el bajo nivel de monetización al que cayó la economía doméstica en los últimos años brindaba cierto margen, al Gobierno, para aprovechar en monetizar parte del déficit fiscal. Pero la pandemia ya hizo que el auxilio explotara llegando la asistencia del BCRA al Tesoro a niveles de más del 80% del déficit total en el acumulado de los últimos doce meses, según la consultora OJF. El martes pasado el BCRA volvió a transferirle al Tesoro utilidades por $180.000 millones, sumando así en la primera quincena $290.000 millones. En lo que va del año el BCRA le giró entre Adelantos Transitorios y Transferencia de Utilidades, $912.000 millones, un 64% más que todo el 2019. Esto representa casi media base monetaria. El sector privado ha elevado sus tenencias de billetes y monedas, producto de la pandemia, por precaución y para hacer transacciones. Hoy ya tienen $1,25 billones mientras los bancos $34.013 millones. El resto de la base monetaria, que hoy se acerca a $2,4 billones, son los encajes bancarios. También los depósitos a la vista y en caja de ahorro en pesos del sector privado muestran un fuerte crecimiento por los motivos ya expuestos. Pero aparecen ciertas señales que evidencian cierto agotamiento, tanto el deseo del público de tener dinero en efectivo como bajo la forma de depósitos. Algo mejoraron las colocaciones a plazo fijo, luego de ciertos cambios normativos, lo que se ve claramente en la segunda quincena de abril y sobre todo en la primera de mayo que crecen un 7%. Pero las expectativas están “recargadas”, más allá que se hable de “fogonazos” inflacionarios, todos temen al “día después”. Algunos ya obran al respecto. Otros intentan anticiparse. De lo que no hay duda que la experiencia de los 70 y 80 muestran a las claras que la tasa de inflación no se estacionará en estos niveles.
¿Qué otras cosas hay que mirar?
En medio del fragor del canje los argendólares siguieron drenando. En doce días de mayo cayeron u$s472 millones, desde la cuarentena u$s863 millones y en lo que va del año u$s2.163 millones. El stock cayó a u$s17.285 millones, un 11% menor a fin de 2019. No es un tema menor porque afecta la posición de reservas del BCRA.
La semana pasada el BCRA sacó dos comunicaciones que pasaron sin pena ni gloria, salvo para los agropecuarios, pero harán ruido. Por un lado le permite a los principales bancos integrar encajes en pesos con Bonos del Tesoro en pesos a tasa fija vcto. mayo 2022 (igual que con los Bonos del Tesoro vcto. noviembre 2020), pero estos bonos estarán excluidos de los límites previstos en las normas sobre “Financiamiento al sector público no financiero”. Además los bancos podrán integrar con Leliq la totalidad de la exigencia de encajes en pesos (salvo el máximo permitido con Bonos del Tesoro en pesos a tasa fija) de los depósitos a plazo fijo e inversiones a plazo del sector privado.
Habrá más “crowding out” mientras intentan hacer atractivas las colocaciones en pesos.
(BAE) Por desarme de Leliq, las ganancias de los bancos privados cayeron 90% en marzo. Incluso durante la cuarentena, las instituciones tuvieron un resultado positivo de $3.110 millones.  Marzo no logró ser una excepción a la premisa de que la banca siempre gana: las entidades financieras privadas tuvieron ganancias por $3.110 millones, incluso en el primer mes de la cuarentena obligatoria y rígida. Eso sí: ese resultado implicó una caída nominal de 84,1%, en la comparación con el mismo mes del año pasado, cuando ganaron $19.463 millones. Si se toma en cuenta la inflación de 48,4% durante el período, la contracción llega al 89,3% real. La tenencia de Leliq explica ambos fenómenos: que hayan ganado y que lo hayan hecho en menor cuantía. Y es que durante marzo los bancos privados tuvieron un resultado positivo por $28.408 millones por la tenencia de títulos valores. El número explica el grueso de sus ganancias pero a la vez da cuenta de la fuerte reducción que produjo en sus balances la política del BCRA, tanto en cuanto a la reducción de la tasa de interés con que remunera las Leliq como en cuanto al desarme del stock, para intentar dinamizar al crédito productivo y moderar la caída de la actividad. En ese sentido, cabe remarcar que durante el 2019 la ganancia de los bancos se multiplicó, incluso con la actividad de intermediación financiera en pleno desplome. En junio, por ejemplo, su rentabilidad había mejorado 138% interanual, una suba real de 52,9%, al mismo tiempo que la actividad del sector, es decir tomar depósitos y otorgar préstamos, caía 15,1%. El propio BCRA explicó lo ocurrido en marzo: «El resultado mensual del sistema financiero estuvo influido, en particular, por el comportamiento de los títulos valores en el balance agregado del sector. Este efecto se plasmó en parte por el menor rendimiento de las especies en cartera, fundamentalmente a partir de la reducción mensual de las tasas de interés de política monetaria y de las posiciones en Leliq». Los ganancias de los bancos extranjeros fueron de $2.134 millones (2/3 del total), una caída nominal interanual de 78,6% y del 85,5% real.

 
INTERNACIONAL
(BAE) EE.UU. y China podrían entrar en otra «guerra fría».  Los Estados Unidos China entrarán en fase aguda de una «guerra fría de tecnologías» tras la pandemia del coronavirus, según se anticipa en el informe «La vida tras el COVID-19», elaborado por el Deutsche Bank. «La agudización de la guerra fría de tecnologías globales del siglo XXI puede dividir al mundo en dos partes con una muralla tecnológica, con la creación de dos regímenes tecnológicos paralelos, on centro en EEUU y con centro en China, que no van a colaborar uno con el otro», dice el texto, replicado por el sitio web Sputnik. Las consecuencias de esa posible división, consideran los economistas, podrían afectar todas las esferas de vida en el mundo y durar «décadas, si no generaciones». El 13 de mayo el presidente estadounidense, Donald Trump, prolongó la prohibición para pactos que amenacen a la seguridad de la información de EEUU, decreto que, en opinión de muchos expertos, apunta contra la empresa china Huawei, uno de los líderes globales en el mercado de telecomunicaciones. Un estudio reciente de Deutsche Bank reveló que un 41% de los estadounidenses rechazan los artículos hechos en China, mientras que el 35% de los chinos no quieren comprar productos hechos en EEUU. «Fueron precisamente las tecnologías las que impulsaron la globlalización, pero este giro, irónicamente, puede fogonear una guerra fría tecnológica», advierten los expertos. La anterior Guerra Fría, entre EEUU y la Unión Soviética, «se prolongó por más de cuatro décadas pero, a diferencia de la actual, entonces los dos bloques casi no dependieron uno del otro». «En cambio, la interdependencia de EEUU y China viene creciendo desde los años 1970 y el nivel de integración de dos estos regímenes tecnológicos no tiene precedentes», por lo tanto, «sería una ruptura muy dolorosa y muy costosa», alertan los analistas de Deutsche Bank. Además, se desprende del informe que el nuevo coronavirus podría dar un impulso al desarrollo de monedas digitales de los bancos centrales en medio de las preocupaciones relacionadas con el uso de efectivo durante la propagación de la enfermedad.
(Investing) Mercados al alza, tras el ‘nuevo tono’ de Powell: Qué esperar
Mañana martes, el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Jerome Powell, comparecerá EE.UU. – Comparecencia de Powell, presidente Reserva Federal ante el Congreso para hablar sobre las medidas de estímulo económico puestas en marcha hasta ahora. Muy atentos estarán los inversores a esta comparecencia, después de que ayer domingo Powell se mostraba ayer optimista sobre la economía estadounidense, en un tono bastante más positivo que el empleado pocos días antes, si bien dejó claro que hasta que no se desarrolle una vacuna contra el coronavirus la confianza de los consumidores no se va a recuperar del todo. “Powell no ve a la economía estadounidense totalmente recuperada hasta bien entrado el año 2021. No obstante, dijo, y esta afirmación ha sentado muy bien en los mercados, que la Fed está lejos de haber agotado su ‘artillería’ para impulsar el crecimiento de la economía estadounidense”, apuntan en Link Securities. “Consciente de que en su intervención de la semana pasada había asustado a los mercados, que cayeron mucho tras sus palabras, hoy ha medido mucho más sus palabras y ha intentado dar una imagen de menos miedo, que parece ha conseguido por los titulares de las crónicas y por las reacciones de los futuros americanos en el Globex tras escucharle”, añade José Luis Cárpatos, CEO de Serenity Markets. “Siempre y cuando no se produzca una segunda ola de contagios, la economía comenzará a recuperarse a partir del segundo trimestre de este año, pero para experimentar una recuperación completa la población deberá sentirse segura, lo que podría retrasarse hasta que se haya logrado confeccionar una vacuna contra el virus”, apuntan en Banca March. “Por el momento, la Fed ha hecho uso de todas las herramientas a su disposición, con el objetivo de mitigar los efectos del Covid-19 sobre la economía estadounidense, a través de inyecciones de liquidez en mercados financieros, compras masivas de deuda y recortes en los tipos de interés de referencia. Asimismo ha instado al Congreso a tomar medidas fiscales adicionales, pero, como ha insistido Powell en múltiples ocasiones, descartan la posibilidad de recortar los tipos de interés de referencia hasta niveles negativos, ya que según sus palabras, él y sus compañeros no lo consideran una medida apropiada para Estados Unidos e introduce distorsiones en los mercados financieros”, concluyen en Banca March. “La Fed está lista para agregar más estímulo monetario si es necesario, por ejemplo, si se produce una segunda ola del brote de virus. Con los mercados al alza hoy, las declaraciones de Powell en 60 minutos superan su advertencia anterior de que los riesgos sin precedentes del coronavirus podrían conducir a una disminución significativa en los precios de los activos. El ‘Powell put’ está vivo y bien por ahora”, añade Cárpatos.
(Investing) La vacuna de Moderna para el virus arroja resultados prometedores en primera fase de estudios. Moderna Inc dijo el lunes que su vacuna experimental contra el COVID-19 mostró resultados prometedores en sus estudios iniciales y espera pasar en julio a la siguiente fase de la investigación con ensayos clínicos La vacuna, llamada mRNA-1273, resultó además segura en general y fue bien tolerada en los estudios preliminares, dijo la empresa farmacéutica.
(Investing) Jerome Powell impulsa el oro a máximos de siete años, ya que dice que la recuperación completa podría no completarse antes de finales del año que viene. Todavía no le gustan los tipos de interés negativos, pero el Banco de Inglaterra se está empezando a abrir a la idea y la libra se está debilitando en respuesta. El petróleo registra máximos de dos meses indicando que el mercado global se está reequilibrando, mientras que las acciones apuntan a una apertura al alza según vaya saliendo el mundo desarrollado del confinamiento. Y van a saltar chispas virtuales con el comienzo de la reunión anual de dos días de la OMS. Aquí tenemos las cinco cuestiones principales de las que hay estar pendientes este lunes, 18 de mayo, en los mercados financieros.

(Investing) Powell pone un cohete bajo oro El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha dicho a la CBS que la economía estadounidense debería recuperarse de forma constante durante la segunda mitad del año, aunque ha advertido de que una recuperación completa podría postergarse hasta finales de 2021. Sostiene que para que la confianza de los consumidores vuelva a sus niveles prepandémicos será necesario el desarrollo de una vacuna. Powell también ha reiterado que a la Fed todavía le queda mucha munición para proteger la economía, pero ha reafirmado la oposición de la Fed a unos tipos de interés negativos. Sus declaraciones ayudaron a impulsar los precios del oro a máximos de siete años, ya que los inversores apuestan cada vez más por que las tasas reales —por ejemplo ajustadas a inflación— se mantengan bajas durante un largo período de tiempo. Los problemas a corto plazo de la economía mundial, por su parte, han seguido siendo evidentes pues la economía japonesa ha registrado una segunda contracción trimestral consecutiva, su primera recesión en más de cuatro años.

(Investing) Comienza la reunión anual de la OMS; Navarro se dirige a China La Organización Mundial de la Salud comienza su reunión anual de dos días en un contexto de desconfianza y antagonismo entre sus principales miembros. La reunión se centrará en el origen y las respuestas a la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la OMS no ha invitado a Taiwán, que cuenta con la respuesta pandémica más exitosa del mundo, habiendo registrado menos de 500 casos confirmados y sólo siete muertes debido a su agresivo sistema de pruebas y seguimiento de contactos. Taiwán no es miembro del organismo de la ONU debido a su falta de reconocimiento internacional como Estado. China, curiosamente, no ha retirado su oposición a la asistencia taiwanesa, aun cuando el estado insular podría tener muchas cosas útiles que aportar al mundo. Durante el fin de semana, Peter Navarro, asesor económico de la Casa Blanca, había acusado a China de «sembrar» la pandemia al seguir permitiendo vuelos de salida al resto del mundo ocultando su pleno conocimiento del virus Covid-19.

(Investing) Repuntes del petróleo ante los indicios de reequilibrio Los precios del crudo registran su cota más alta desde mediados de marzo ante los indicios de un reequilibrio del mercado, al recuperarse la demanda de gasolina en los principales mercados y la reducción de la producción por parte de los productores oficiales y privados que han interrumpido la producción tal y como habían declarado públicamente. A las 12:30, los futuros del crudo de Estados Unidos suben un 7,3% o 31,67 dólares por barril, mientras que el petróleo de referencia Brent avanza un 5,8% hasta 34,37 dólares por barril. Los datos de la consultora privada Seevol indican que el almacenamiento de crudo en el centro nacional de Estados Unidos de Cushing, Oklahoma, ha descendido en 5,5 millones de barriles esta semana. Si el Instituto Americano del Petróleo y los datos gubernamentales confirman estas cifras en los próximos tres días, la creencia en un rápido reequilibrio de la oferta y la demanda podría fortalecerse aún más. Por otra parte, Total ha dicho este lunes que se retira del acuerdo de adquisición de los activos de Occidental (NYSE:OXY) Petroleum en Ghana. En cambio, comprará algunos activos de gas y energía de España, en otro reflejo de la naturaleza cambiante de las prioridades de la industria energética.

(Investing) La libra y el rendimiento de los bonos del Reino Unido se desploman; el Banco de Inglaterra contempla los tipos de interés negativos La libra registra su cota más baja desde finales de marzo después de que el economista jefe del Banco de Inglaterra, Andrew Haldane, dijera al Sunday Telegraph que el comité de política monetaria del Banco de Inglaterra está reconsiderando la cuestión de los tipos de interés negativos. El Banco de Inglaterra había rechazado los tipos de interés negativos al mando del último gobernador, Mark Carney, por considerarlas ineficaces, pero Haldane ha dicho que el banco está examinando ahora el tema «con mayor inmediatez», dada la gravedad de la contracción económica.

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