DAILY
RIESGO PAÍS (26/06/2020) | 2544 |
DIP0
DICP
Aviso de Pago Bonos Discount en Pesos 5,83% 2033
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=362690
Gobierno Nacional
CUAP
Aviso de Pago de Bonos Cuasi Par en Pesos 3,31% 2045
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=362687
CENTRAL PUERTO S.A.
Informa adquisición de acciones de CP Renovables S.A. y decisión del Directorio de convocar a Asamblea General Extraordinaria para el 31.07.20
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=362681
Provincia del Chubut
PUM21
Aviso de Pago de Bono para el Desarrollo e Infraestructura Clase 2
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=362673
PHOENIX GLOBAL RESOURCES PLC.
OTRA INFORMACIÓN DEL ADMINSITRADO – OTROS – RESULTADOS FINALES DEL EJERCICIO FINALIZADO EL 31 DE DICIEMBRE DE 2019
https://aif2.cnv.gov.ar/Presentations/publicview/08258A86-4F7D-4822-84F4-842148139D8E#
ENEL GENERACIÓN COSTANERA S.A. HECHO RELEVANTE
https://aif2.cnv.gov.ar/Presentations/publicview/8A48D717-E68A-4482-8DFA-E1114065D3F1#
Local
El diagnóstico que hace el Gobierno y los motivos por los que BlackRock pidió mayor cobertura legal, incluyendo un mayor acceso a bienes embargables en el exterior. Las posibilidades de que algún fondo acelere la deuda o plantee una demanda en Nueva York. La situación entre el Gobierno y los acreedores está partida en tres: muy cerca del grupo de Fintech y Gramercy, a mitad de camino con los Exchange Bondholders y, todavía, muy lejos del comité liderado por BlackRock. Fuentes oficiales indicaron a Infobae que un potencial acuerdo con el comité de Fintech, Gramercy, Greylock y Hans Humes “está más cerca, pero falta” para sellarlo. Desde un principio, este grupo exhibió una postura más dialoguista y días atrás dijeron que estaban dispuestos a llegar a un acuerdo, ya que la diferencia en el valor nominal de su oferta y la del Gobierno era mínima. De hecho, la semana pasada se sorprendieron por la ruptura del diálogo cuando afirmaban estar muy cerca. Al respecto, precisaron que estaban dispuestos a aceptar el valor de 49,9 dólares más el cupón presentado por el equipo de Martín Guzmán. Pero hoy al mediodía aclararon que, pese a los trascendidos, todavía no llegaron a un acuerdo. En el caso de los Exchange Bondholders, que tienen bonos del canje 2005, las fuentes oficiales indicaron que están a mitad de camino, entre Fintech y Blackrock, pero aclararon que el diálogo con este comité que lidera Monarch Capital “va avanzando”. El abogado de este grupo es Dennis Hranitzky, ex representante legal del fondo buitre de Paul Singer ante la Argentina en el juicio que el gobierno perdió en 2014. Hranitzky le advirtió en aquel entonces a importantes funcionarios que haría “todo lo posible” para que paguen, incluyendo investigaciones sobre su patrimonio y ahora habría repetido esta táctica, según fuentes allegadas a la negociación. En el mercado precisaron que la diferencia entre los Exchange Bondholders y Economía es de 5 dólares, más determinar cuál es la valuación precisa del “endulzante”, o valor de recuperación, es decir, el cupón ligado al PBI o a las exportaciones. “Economía no explicó cómo se valúa ese título y por lo tanto los bonistas no saben qué les agrega”, explicó un economista al tanto de las negociaciones. Además, en el caso del cupón ligado al PBI, hay varios juicios en Nueva York a raíz de la manipulación de las estadísticas de crecimiento registradas durante el kirchnerismo a partir de 2007. Y el ligado a las exportaciones les resulta “demasiado exótico” como lo definieron desde Nueva York. ¿Cuál es la situación con el comité Ad Hoc, liderado por BlackRock? El ministro Guzmán ratificó que es con quien más lejos están en términos de un potencial acuerdo y la duda es si Economía no quiere avanzar sin ellos, en una estrategia de “canjes parciales”. Eso es lo que le habría transmitido el ministro al presidente Alberto Fernández y que generó los rumores horas atrás en el mercado sobre un potencial anuncio por parte del jefe del Estado. ¿Cuál es la desventaja de este camino?: no se alcanzaría la mayoría para salir del default y el país se expone a que, quienes no acepten el canje, aceleren la deuda -quieran cobrarla ya- y no se llegue a las mayorías requeridas por las cláusulas de acción colectiva (CACs) introducidas en los canjes previos del país. De hecho, calificadas fuentes del mercado afirman que el fondo que lidera Larry Fink está más cerca de apelar a este camino (y a presentar una demanda judicial) que hace una semana atrás. El ministro explicó que la brecha con BlackRock es más legal que financiera. En realidad, ambos factores son complementarios: hay una diferencia importante en el valor nominal de ambas ofertas y, además, el fondo más poderoso de Wall Street y, con más énfasis, su socio, Ashmore, quieren que les otorguen la misma inmunidad legal a los bonos del 2016 que a los del 2005. Allí surgen dos preguntas: ¿por qué este grupo presentó esta exigencia recién cuando parecía que las partes estaban más cerca de un acuerdo y no al principio? y ¿cuán importante es para este comité esa cláusula como para insistir hasta el final con este tema y no llegar a un acuerdo? Ambas preguntas tienen una respuesta entrelazada, según fuentes de uno de los fondos que integran este comité. BlackRock -como varios otros fondos- ya no quieren negociar con Guzmán y afirman que el ministro (y el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos) diseñaron una estrategia de “reasignación” de bonos que desprotege los derechos legales de los tenedores. “La garantía para evitar esto es el indenture del 2005, para evitar la estrategia Pac Man diseñada por Economía, que quiere aprovecharse de la ley, no respetarla”, explicó la fuente desde Nueva York. “Esa decisión de Argentina introduce un antecedente muy complicado para cualquier otra reestructuración, no solo referida a las CACs”, afirmó la fuente. Por lo tanto, ¿qué pide el fondo de Larry Fink?: que se vaya marcha atrás con el mecanismo de reasignación, que se reintroduzca la cláusula del Pari Passu en su versión más amplia y que se amplíen los bienes potencialmente embargables en caso de que el deudor no cumpla con sus obligaciones. BlackRock quiere, entre otros ejes, que se amplíen los bienes que pueden ser embargados en el exterior si el Gobierno no paga “Si un gobierno utiliza una cláusula que se diseñó para evitar holdouts con un fin poco transparente, la respuesta es que queremos más protección legal. Este acuerdo que se firme ahora no lo va a pagar Guzmán, lo va a pagar la Argentina a lo largo de muchos años, después de un gobierno que intenta expropiar una empresa y en el medio de una salida de inversores por las medidas que se están adoptando”, detalló la fuente ligada a BlackRock. Esto, aclaran, se traduce en un valor mayor de la oferta que el que pretende ofrecer la Argentina. Sin decirlo, admiten que, si el Gobierno ofreciera un valor nominal bastante mayor que los 50 que puso sobre la mesa la última vez, tal vez sacarían de la discusión todas estas exigencias que, saben, son muy difíciles de conceder por parte del deudor. Y que, además, posiblemente no le hagan nada de gracia ni al Tesoro de los Estados Unidos ni al Fondo Monetario Internacional (FMI), que se empeñaron mucho en blindar las reestructuraciones soberanas luego de los defaults de fines de los 90 y principios de este siglo, sobre todo con el caso argentino. Sobre todo, parece improbable que el Gobierno permita habilitar una vía que, en el futuro, les permita a los acreedores que un juez inteprete la cláusula Pari Passu como Thomas Griesa, cuando sentenció que la Argentina no podía seguir pagándole a quienes ingresaron en los canjes 2005 y 2010 hasta que no saldara su pago con los fondos buitre. Tampoco parece posible que el Gobierno acepte ampliar la lista de activos embargables, cediendo inmunidad diplomática, luego de los antecedentes de la dura batalla legal que se llevó adelante hasta 2016. Sin embargo, BlackRock y Ashmore ya parecen decididos: si no hay acercamiento, jugarán a fondo. Y es difícil pensar que los otros fondos importantes involucrados en esta negociación harán algo diferente a lo que pretenden hacer los jugadores más fuertes. Entre otros motivos, porque el ministro, en vez de dividirlos, por ahora logró cohesionarlos más que antes. En tanto, en la red Twitter, el ex negociador Marcelo Blanco dijo que la “clave del acuerdo es alcanzar mayorías de CACs. El gobierno preocupado por el límite de US$49.9. Propongo que el gobierno paga un fee upfront 2%, solo si se alcanzan mayorías. Acreedores, a cambio, se comprometen financiar ese pago con un bono 10 años al 2% si Argentina rinde menos de 9 por ciento”. Lejos de aquel mundo apocalíptico plagado de cesaciones de pago en los países emergentes que presagiaron Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs y el propio Guzmán, la liquidez es lo que sobra. Y, por esta razón, los expertos le piden al Gobierno que aproveche el contexto para cerrar el acuerdo y dejar atrás el default que comenzó el 22 de mayo y que va a camino a profundizarse en las próximas semanas.
(Infobae) Cuáles son los nuevos vencimientos de bonos que no serán pagados y pueden complicar las negociaciones por la deuda
La semana que viene paga intereses el Bono Centenario, un emblema de la administración anterior. El 30, mientras tanto, es la fecha de pago de USD 452 millones en intereses de varias series de bonos del canje 2005. Son los títulos bajo ley extranjera que más protegen a los acreedores y que están en manos de los bonistas más beligerantes Mientras las conversaciones para intentar una reestructuración de la deuda regida por tribunales extranjeros se dilata el calendario de vencimientos no se detiene. Para los próximos días estaban programados pagos de intereses de varios títulos entre los que se destacan las distintas series de bonos Discount emitidos en el canje de 2005. Los papeles son los que tienen las previsiones legales más favorables para los acreedores y están en manos de los bonistas más beligerantes, con los que hoy el ministro de Economía Martín Guzmán admitió que todavía existen “diferencias económicas y legales”, Para este lunes 28 de junio estaba previsto el pago de intereses del Bono Centenario, un emblema entre las emisiones de deuda del gobierno de Mauricio Macri. Emitido en junio de 2017 por el entonces ministro de Finanzas Luis Caputo, el papel vence en el año 2117 y su lanzamiento tuvo recepciones muy distintas según el lado de la grieta desde que se lo mire. Para los mercados supuso, en un principio, una prueba de la confianza enorme que depositaban inversores en un país que había salido lograr del default tan sólo un año antes y ahora lograba financiamiento a larguísimo plazo a tasas que poco antes eran inimaginables La emisión terminó, en cambio, siendo el ejemplo más contundente de la corta vida que tuvo la fe del mercado en el proyecto de reformas macrista. Menos de un año después de su emisión, en abril de 2018, la Argentina caía en una crisis de balanza de pagos que disparó el valor del dólar y sumergió a la economía en un freno repentino que, hasta el día de hoy, no le permite al país salir de la recesión. El Centenario debería pagar USD 98 millones el lunes que, como ya pasó con el pago de tres títulos globales que vencían el 22 de abril pasado, no serán abonados y empezará a correr el período de gracia de 30 días corridos antes de que esa emisión esté en default. Entre las series regidas por la ley extranjera, según el esquema original previo a que el Tesoro argentino cayera en default, para el 30 de junio está previsto el pago de tres series del bono Discount con vencimiento en 2033 regido por tribunales del exterior. De hecho, en la misma fecha también hay vencimientos por USD 300 millones de la misma emisión, pero emitida bajo ley local. Ese vencimiento ya fue reperfilado oficialmente. Esos tres bonos Discount regidos por tribunales de Nueva York, el Reino Unido y Japón, suman USD 452 millones en intereses que tampoco serán desembolsados. Estos papeles son diferentes a los que se incumplieron en abril. El 22 de abril pasado vencían USD 502 millones de tres bonos, los Globales 2021, 2026 y 2046. Eran pagos por USD 155 millones, USD 244 millones y USD 105 millones, respectivamente que no se concretaron y, 30 días más tarde, cayeron oficialmente en default. El incumplimiento generaba la posibilidad de que tenedores de esas emisiones, con al menos el 25% del capital emitido en alguna de esas series en la mano, pudieran reclamar al trustee la aceleración de la emisión: esto es, volver exigibles de inmediato todos los vencimientos futuros de un bono. Con los principales fondos tenedores de esos tres bonos globales sentados en la mesa de negociaciones el incentivo a acelerar era menor, al menos hasta entonces. La aceleración sería prácticamente una ruptura -en realidad puede ser remediada si luego se alcanza un acuerdo, pero en principio sería una decisión que volvería más hostil a las charlas entre las partes- de las negociaciones. La duda a partir de ahora es cuál será la actitud de los tenedores de bonos Discount emitidos en los canjes de 2005 y 2010. Luego de que pase la fecha de pago original empezarán a correr los 30 días habituales de período de gracia hasta el 30 de julio. En ese momento, los títulos del canje estarán también en default. Los principales representantes de los tenedores de ese tipo de bonos son en la actualidad los fondos organizados alrededor del Exchange Bondholders Group, asesorado por el abogado Dennis Hranitzky, que ya litigó contra la Argentina en el juicio pari passu que forzó al país a un default. Este grupo de bonistas es, en la actualidad, el más beligerante. Un detalle que señalan los analistas como relevante es que la actual fecha de caducidad de la oferta de reestructuración de la deuda argentina está fijada para el 24 de julio, antes de que se agote el período de gracia de los bonos del canje. “Si bien una vez que defaulteaste los bonos Globales ya estás en cross default, por lo que se pueden acelerar las emisiones, pero como señal sería muy fuerte que se gatille el período de gracia porque te indicaría que estás demorando demasiado”, dijo Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo. Alrededor de las condiciones legales en las que fueron emitidos los bonos del canje 2005, en tiempos en los que el ministro de Economía era Roberto Lavagna y el presidente Néstor Kirchner, gira buena parte de los motivos que hoy traban un acuerdo para cerrar el canje de deuda. Previas al juicio pari passu, los prospectos de emisión de los títulos del canje no incorporan las lecciones aprendidas en los tribunales que supo presidir el juez neoyorquino Thomas Griesa. Y, además, incluyen cláusulas de acción colectivas más exigentes que los bonos emitidos a partir de 2016. Para reestructurar títulos posteriores a 2016 el Gobierno necesita, a grandes rasgos, el acuerdo de tenedores de esos papeles que entre todos sumen al menos el 75% del capital emitido. De esa forma, aquellos tenedores de bonos que queden en la posición minoritaria se verán forzados a aceptar los términos del canje contra su voluntad, minimizando la posibilidad de que free riders pequeños mantengan juicios que les permitan deshacer la operación de reestructuración. En el caso de los bonos emitidos en 2005 y 2010, en cambio, las cláusulas de acción colectiva exigen que el 85% del capital emitido entre al canje, un número mucho más difícil de alcanzar y que permite a jugadores que tengan en las manos al menos el 16% del total emitido -un umbral que el Exchange Bondholder Group dice alcanzar- tener capacidad de bloqueo. Sólo con esos votos puede evitar que se gatillen las cláusulas.
(Infobae) Eduardo Costantini: “En 2021 el crecimiento será lento y la clase media sufrirá mucho” El empresario dijo que el Gobierno recibió una economía castigada pero que tomó decisiones que «meten miedo» en los inversores. Sentado frente a su computadora, el inversor, dueño de Consultatio, del Malba y desarrollador inmobiliario Eduardo Costantini escuchaba atentamente como el economista Lucas Navarro, economista de la Bolsa de Comercio de Córdoba, hacía un análisis del estado de situación de la economía y señalaba que si en “2021 la actividad se recupera como dice el FMI, la Argentina quedaría 10 puntos abajo de los números del 2017″. Minutos más tarde, escuchó como el presidente de la entidad mediterránea, Manuel Tagle, hacía un posicionamiento político poniendo en duda las cualidades de la democracia actual y en donde señala en una defensa de la República que “el modelo actual – el de la Argentina- ya fracasó en Cuba y en Venezuela” y que si se siguen cerrando “las libertades económicas, se van a cerrar las libertades individuales y vamos a ir a un país más totalitario” que la Argentina de hoy, para terminar invitando a “luchar desde un punto de vista cívico”. Con esa previa, Costantini se acomodó frente a su computadora y ocupó el rol para el que había sido invitado: el orador principal de una teleconferencia organizada por la Bolsa de Comercio de Córdoba, en donde el empresario hizo un recorrido por varios temas pero se centró en lo que es reconocido mundialmente su conocimiento económico y su capacidad para hacer negocios. Luego de asegurar que “estamos ante un hecho insólito, como es el Covid-19, que va a replantear la globalización”, el dueño del Malba señaló que la economía global “fue puesta en un coma farmacológico frente a la caída de la oferta y la demanda”. Y sustentó esta afirmación con los datos que mostró el FMI hace apenas unos días donde señalaba que el 2020 la Argentina caerá 9,9%. “Yo creo que la caída podría ser mayor”, agregó. “A la Argentina el Covid lo agarró muy mal posicionado. Esto es una tormenta perfecta. La crisis financiera de abril de 2018 fue un quiebre en la confianza porque mostró que la estrategia de Macri “no funcionaba. Cambió el gobierno con una economía muy golpeada, en default, y la expectativa negativa se exacerbó por algunas decisiones como el impuesto a la riqueza o ahora Vicentin. Va a ser difícil si no hacen como hizo Lula -el ex presidente de Brasil- que tomó medidas ortodoxas a pesar de venir de la izquierda”. El empresario también describió esta “tormenta perfecta” al señalar que la economía que recibió Alberto Fernández era la de un país “en default, con recesión, con baja tasa de inversión, baja tasa de ahorro y alto desempleo”. Y que frente a eso, la agenda del gobierno era “arreglar la deuda y desplegar un plan”. “Hoy, con 100 días de cuarentena, lo que vemos es que no se acordó y que el impacto en la economía es monumental. Esta crisis es la más grande que me tocó vivir”. Con este escenario también se refirió a los dichos del FMI respecto de 2021 en donde el organismo plantea un repunte global y, consultado sobre su percepción respecto de la economía argentina el año que viene, el creador de Nordelta dijo que observa “una recuperación lenta, donde la clase media va a sufrir mucho”. A la hora de hablar de la renegociación de la deuda, Costantini repitió que en números la diferencia “no es importante” y entiende que el problema es que la posición argentina “chocó de frente. Al principio fue una diferencia económica, hoy es ideológica. La ideología de Stiglitz y del ministro Martín Guzmán choca de frente con la de Wall Street”. Estas diferencias a las que hizo referencia es que Guzmán busca cambiar el quórum necesario de aceptación de un canje con una estrategia de canjes sucesivos para licuar ese número: “Por esto ahora le están pidiendo cláusulas restrictivas muy fuertes, como por ejemplo que las instituciones son embargables”. Mientras explicaba este punto, Costantini deslizó algo que seguramente generó gestos de preocupación en las más de 80 personas que participaron del encuentro virtual. “Podrían embargar el Banco Nación o, si la estatizan, podrían embargar Vicentin”. A pesar de esto, el empresario señaló que “la diferencia económica es muy pequeña, deberíamos tener un final feliz” porque “a ninguna de las dos partes le convendría el default, pero esto se ha prolongado demasiado en el tiempo”. “Argentina hoy está aislada, el presidente Fernández, ayer, en un foro internacional, pidió que se considere la situación de los países pobres en la reestructuración de la deuda”, recordó. Por último, se refirió al clima de negocios y señaló que “hoy no es bueno” y que la Argentina “tiene que reinsertarse en el mundo” para “volver a recuperar la confianza”. Y que para que eso suceda, además de solucionar el tema de la deuda, tiene que ser “más previsible” y no generar “miedo”. A este altura de su exposición, Costantini se refirió al proyecto de intervención y posible estatización de Vicentin, al anuncio de un impuesto a la riqueza y la liberación de personas con causas penales de corrupción “como Amado Boudou. Nuestro país tiene un alto grado de corrupción, y estas son todas cuestiones que meten miedo y contribuyen a una mayor recesión o a una más lenta recuperación de la economía”.
(Infobae) El Banco Central flexibilizó el control de cambios para el pago de importaciones
Los importadores podrán acceder al mercado oficial de cambios para hacer frente a las obligaciones a partir del momento que se despacha el embarque en puerto de origen, según una disposición del Directorio del BCRA. El Banco Central resolvió este jueves flexibilizar algunas de las normas de la Comunicación A7030 que dispone restricciones y pedidos de autorización previa a las empresas que quieren acceder al mercado de cambios y habilitó el pago de importaciones en origen. De esta manera, los importadores podrán acceder al mercado oficial de cambios para hacer frente a las obligaciones a partir del momento que se despacha el embarque en puerto de origen, según una disposición del Directorio de la entidad que conduce Miguel Pesce. La medida forma parte de la normalización del acceso al mercado de cambio que se dispuso a través de la comunicación A7030, cuya vigencia se extendió hasta el 31 de julio. La normativa original, preveía que los importadores no podrían acceder al mercado de cambios mientras tuvieran divisas depositadas en el exterior y que, en materia de deuda comercial, debían retrotraerse a su situación del 1 de enero para poder volver a comprar divisas. De tal manera, se libera el acceso al mercado oficial de cambios para el pago de: – provisión de medicamentos críticos;
– compra de kits para la detección del coronavirus Covid-19;
– bienes que correspondan a operaciones que se embarquen a partir del primero de julio o que, habiendo sido embarcadas con anterioridad, no hubieran arribado al país antes de esa fecha;
– insumos para la producción local de medicamentos;
– la realización de pagos de importaciones en la medida que el monto no supere el equivalente a USD 1.000.000.
Asimismo, se incrementa al equivalente a USD 3.000.000 cuando se trate de la provisión de medicamentos u otros bienes relacionados con la atención médica o insumos necesarios para la elaboración local de los mismos. Los importadores podrán acceder al mercado oficial de cambios para hacer frente a las obligaciones a partir del momento que se despacha el embarque en puerto de origen. Cabe recordar que hace quince días, la autoridad monetaria tomo medidas en este sentido al elevar de USD 250.000 a USD 1 millón el acceso directo al Mercado Libre y Único de Cambios para la realización de pagos anticipados de importaciones con el objetivo de facilitar la operatoria a las pymes. En esa ocasión, el Central había dispuesto que quedaran fuera del concepto de Formación de Activos Externos líquidos un saldo de libre disponibilidad por USD 100.000 y “los fondos que no pudiesen ser utilizados por el cliente por tratarse de fondos de reserva o de garantía constituidos en virtud de las exigencias previstas en contratos de endeudamiento con el exterior o de fondos constituidos como garantía de operaciones con derivados concertadas en el exterior”. Tampoco entrarán dentro de esta calificación “los saldos que se originan en cobros de exportaciones de bienes y/o servicios para los cuales no ha transcurrido el plazo de 5 días hábiles desde su percepción”. El BCRA dispuso, además, que los importadores de fertilizantes e insumos medicinales, entendiendo por ello tanto los medicamentos terminados como los insumos para su elaboración, podrán acceder al mercado de cambios sin pedirle autorización previa al Central para el pago de las importaciones.
(Ambito) SanCor: Gobierno dice que está dispuesto a evaluar plan de rescate La deuda de la firma láctea asciende a alrededor de u$s300 millones. Sus principales acreedores son dos fondos de inversión del exterior y luego, en orden de importancia, sigue el Estado. El plan de rescate de la cooperativa SanCor es un proyecto en el que viene trabajando desde hace largo tiempo el gremio que nuclea a sus trabajadores: Atilra. Y su interés no es menor, porque 2.000 de sus afiliados dependen de la continuidad de la empresa. Según dicen, en las últimas semanas el Gobierno mostró “mayor voluntad política” de acompañarlos, pero en la práctica, el capital de trabajo para que la firma vuelva a niveles lógicos de producción todavía no apareció aunque cifran esperanza con una posible ayuda por parte del INAES o de “un inversor privado”. En líneas generales el proyecto de Atilra, contempla acceder a capital de trabajo, es decir, dinero fresco para salir a comprar leche y procesar más con el claro objetivo de recuperar posición en las góndolas, como por ejemplo con productos claves como los quesos. Para eso, propusieron hacer un fideicomiso en el Banco BICE y que ese fideicomiso sea el que trabaje sobre las cuestiones financieras para llegar a un acuerdo de quita de deuda con sus acreedores. El quid de la cuestión está en la deuda financiera que hoy presenta la cooperativa láctea que perdió drásticamente unidades productivas en los últimos cinco años. Los bancos no son de la partida, pero el Estado, con deudas por cobrar a través de la AFIP y otras reparticiones publicas por un total de alrededor de $6.000 millones, otros $6.000 millones en deudas con proveedores, el gremio, empleados, etc. A esa cantidad hay que sumarle la deuda en dólares con privados que está repartida entre u$s33 millones con un fondo de inversión holandés, u$s71 millones con el fondo de inversión local BAF y otros u$s18 millones con Sancor seguros. En este marco, fuentes del Gobierno, consultadas por Ámbito, remarcaron que por el momento no fue presentada propuesta viable para el rescate de la cooperativa y en caso de que sea presentada será evaluada. En tanto, hacen foco que SanCor tiene entre sus pasivos una deuda de 1.200 millones de pesos al FONDEP (Fondo Nacional de Desarrollo Productivo) de la gestión anterior. Respecto a su deuda con la AFIP, el propio Héctor Ponce, secretario general de Atilra destacó que “el primer paso importante del Gobierno nacional vino de la AFIP y su titular, Mercedes Marcó del Pont, que cambió los parámetros para que se le pueda refinanciar su pasivo, tomando en cuenta que es una empresa de la economía solidaria y que ha sido un factor clave en el desarrollo de la lechería nacional”. En cuanto al futuro, una vez que ingrese el capital necesario a la compañía y se configure el fideicomiso, desde el gremio proyectan un achique de estructura de SanCor, quizás desprendiéndose de alguna de sus plantas. Ahora la empresa tiene bajo su órbita a seis plantas que están ubicadas las localidades de Sunchales, Gálvez, San Guillermo, en Santa Fe y en La Carlota, Balnearia y Devoto en Córdoba. En este marco, remarcan que el plantel de personal se mantendrá intacto y a que a la par se le ofrecerá a los acreedores privados y estatales “una capitalización” en la firma. El plan va tomando forma.
(Ambito) Sólo u$s1.500 millones separan a Fintech y Gramercy de un acuerdo con Guzmán El reclamo de los integrantes del Comité de Acreedores se encuentra hoy en el 53% de VPN contra el 52% que ofrece el país (con anabólicos). Fintech, Gramercy y Greylock volvieron a ser amigos. Luego de la sorpresa, para el Gobierno, del distanciamiento que mostraron el jueves de la semana pasada en las negociaciones, acercándose a la posición de los duros BlackRock, Fidelity y similares, los fondos de inversión históricamente más cercanos a la posición oficial demostraron en los primeros cuatro días de negociaciones que tienen prácticamente cerrado su aval a la última propuesta. Solo los separan de la firma del acuerdo entre u$s1.000 y u$s1.500 millones y, lo más importante, no hay exigencias legales extraordinarias e inaceptables para Alberto Fernández y los textos de Martín Guzmán. Sólo adhieren a dos cláusulas que a los ojos del Gobierno pueden ser negociables: la de “rescate mandatorio” y la aplicación de un interés extra del 2% en el caso de que la Argentina vuelva a caer en default durante toda la vida útil de los bonos que se emitirían en esta reestructuración. La foto de la distancia actual entre lo que ofrece el Gobierno y lo que reclama el grupo Comité de Acreedores de la Argentina, donde militan Greylock, Fintech y Gramercy, es ya casi ínfima. La oferta que Guzmán les ratificó el martes pasado (primer contacto de la cuarta etapa de negociaciones), es de un 49,9% más uno de dos anabólicos: el bono indexable vía exportaciones (eventualmente PBI, pero siempre medido por el INDEC) o el pago de intereses no liquidados durante 2020. Esto llevaría la oferta a un Valor Presente Neto (VPN) de aproximadamente el 52%. Este grupo de acreedores reclaman ahora un 53%/ 53,5% (era 53,8% al comienzo de la semana), con lo que sólo un punto porcentual de VPN separa ambas propuestas. Esto es, entre u$s1.000 y u$s1.500 millones; o en un mal escenario de exportaciones o crecimiento del PBI argentino, unos u$s2.000 millones. Sólo moviendo levemente las tasas de interés del primer tramo de pago de deuda, mejorando los “anabólicos”, reduciendo el plazo de algunos bonos o con algún aporte de emisión extra se acortarían las diferencias y se llegaría al apretón de manos financiero. Quedarían por resolver los capítulos legales; los que, a esta altura de las negociaciones, se transformaron en más importantes que las fórmulas de pago. Nada que no pueda resolverse, como se afirman las partes con una sonrisa que retornó, “de buena fé”. Para el Gobierno es una tranquilidad. Volver a tener a los tres fondos de inversión dentro del círculo de confianza es un avance innegable en las negociaciones; más cuando estas ingresan en los inevitables tiempos de definiciones. Este avance ya fue contabilizado por los otros dos grupos de bonistas más combativos, el Ad Hoc y el Exchange Bondholders; en una circunstancia de las negociaciones cuando comienzan las sumas especulativas sobre a cuánto puede llegar una eventual mayoría necesaria para que el proceso de renegociación que encabeza Guzmán sea un éxito. Por ahora la cuenta a favor de la Argentina está lejos. Aún si se llegara a un acuerdo con el Comité de Acreedores, más de la mitad de los bonistas estaría fuera de la aceptación. Entre el Ad Hoc y el Exchange Bondholders suman casi el 45%, a lo que hay que incorporar a gran parte de los tenedores individuales que, por ahora, están fuera de las negociaciones a la espera de un resultado definitivo. Gramercy, Fintech y Greylock acumulan, junto a otros fondos menores del Comité, no más del 15% del total a la deuda a renegociar con lo que siempre estuvieron en minoría. Sin embargo fueron en todo el proceso los principales impulsores de un dialogo con el Gobierno argentino, y los que hicieron que en los peores momentos la discusión siempre se mantuviera en la línea de flotación. Salvo dos veces. La primera fue en el rechazo a la primera oferta de Martín Guzmán que terminó de colapsar el 8 de mayo. La segunda fue el jueves 18 de junio cuando, vía teleconferencia, el titular de Fintech, David Martínez, le comunicó personalmente a Alberto Fernández que rechazaría la oferta argentina y se sumaría a la posición crítica de los otros dos fondos. Fue para mantener la actitud “solidaria” y coordinada que todos los acreedores acordaron sostener durante las negociaciones en los momentos críticos, y con el objetivo de obligar Gobierno argentino a mejorar la oferta.
Antecedentes
Ahora, nuevamente, en el Gobierno confían en lo que puedan aportar, fundamentalmente, Gramercy y Fintech, recordados por el kirchnerismo como dos buenos amigos del país en otras épocas difíciles. Ambos tienen una historia importante con el oficialismo, desde los tiempos del segundo llamado a reestructurar la deuda en default 2001, organizado por el Ministerio de Economía que manejaba Amado Boudou en 2010. Tanto Gramercy como Fintech no habían ingresado en el canje original (el lanzado por Roberto Lavagna como ministro de Néstor Kirchner), amagando con sumarse a los litigantes contra el país que en ese momento reclutaban el Fondo Elliott, de Paul Singer, y el EM Dart, de Kenneth Dart. Sin embargo, hacia comienzos de 2010 se habían reconvertido en los mejores interlocutores que tenía la Argentina en el mercado de bonistas aún en default, y junto al Palacio de Hacienda diseñaron la oferta de reapertura de deuda que llevó la aceptación final al 93%. Luego, el 7% restante avanzaría en el “juicio del siglo” contra el país, litigio que la Argentina perdería contra los fondos buitre liderados por Singer. En esa causa, tanto Gramercy como Fintech mantuvieron su rol de aliados del Gobierno de Cristina de Kirchner en contra de Singer y el resto de los demandantes, al punto de presentarse como “amigos de la Argentina”, declarando públicamente ante el juez Thomas Griesa a favor de la posición local y en contra del reclamo de los fondos buitre. La alianza con el último gobierno kirchnerista fue tan sólida que llegó hasta una presentación conjunta en diciembre de 2012 ante la Corte Suprema de los Estados Unidos bajo el grupo “non party apellants”(integrado también por la reserva Federal y el Gobierno norteamericano), para que la posición de la Argentina sea escuchada en aquellos tramos finales del juicio contra los fondos buitre. Finalmente, la historia es conocida. El máximo tribunal norteamericano falló en contra del país, se perdió la causa y recién en abril de 2016, con el Gobierno de Mauricio Macri en su comienzo, el país pudo llegar a un acuerdo con aquellos acreedores beligerantes, previo pago de unos u$s9.000 millones. La buena relación entre Gramercy y Fintech con el actual oficialismo continuó sólida con los años. Gramercy tuvo participación en las operaciones de compras de los juicios que empresas multinacionales, especialmente de origen norteamericano, mantenían contra la Argentina ante el CIADI, a precios más que bajos. En octubre de 2013 se cerró un acuerdo con el país por el cual el Ejecutivo se comprometió a cerrar varias de estas causas ante el tribunal internacional, liquidando los procesos abiertos por los casos de Vivendi Universal (Aguas de Aconquija) y Azurix (Agua Potable de la Provincia de Buenos Aires). Por su parte, Fintech, del magnate mexicano David Martínez, mantiene una sólida relación con varios de los principales referentes del kirchnerismo, y se convirtió desde la llegada de Alberto Fernández al poder en uno de los voceros directos e indirectos del mundo financiero internacional (y nacional) con el Gobierno. Su principal activo en el país es ser uno de los socios de Telecom (junto con Clarín y el Estado argentino a través del FGS de la ANSES).
(Cronista) Deuda: preparan reestructuración por más de u$s 46.000 millones con ley local Casi el 35% de ese monto está en manos de acreedores privados. Con la idea de limpiar el cronograma de vencimientos en dólares, el proceso empezaría en julio a reestructuración de la deuda externa es solo uno de los capítulos que marcarán el 2020 en materia económica para la Argentina. Pero no el único. Los títulos en dólares con ley local también tendrán su propia reestructuración. Así se lo confiaron fuentes oficiales a El Cronista. Cuando las negociaciones con los acreedores externos avanzan a paso lento y no hay una fecha certera para presentar la enmienda a la oferta de canje, en el Gobierno aseguran que se aproxima otro capítulo de la deuda, con otros jugadores. Se tratan de títulos (bonos y letras) por unos u$s 46.282 millones, de los cuales u$s 15.216 millones están en manos de privados, según los cálculos de Lucía Pezzarini, economista de la consultora Ecolatina. Dos analistas económicos consultados por este medio, que prefirieron el off the record, calcularon por este medio que el stock de esos títulos en manos privadas estaría en torno a los u$s 20.000 millones. Son dólares que en estas circunstancias el Gobierno no puede destinar al pago de deuda y cuyos vencimientos recién empezarían a partir de 2021, ya que se habían «reperfilado» en abril. El proceso de reestructuración de la deuda en dólares bajo ley de la Argentina comenzaría muy probablemente en julio, cuando culminen las negociaciones sobre la ley extranjera y el ministro de Economía, Martín Guzmán , formalice la enmienda a la oferta de abril ante la Security Exchange Commission (SEC) de Nueva York, Estados Unidos. La intención oficial es ofrecer el mismo trato a los bonistas con ley local que el que tienen los acreedores con ley extranjera. Los períodos de gracia serán similares. Mientras la reestructuración de la deuda externa todavía no tenía una oferta formal inscripta, el presidente, Alberto Fernández, había postergado mediante el Decreto 346/2020 los pagos de intereses y amortizaciones de capital hasta el 31 de diciembre. Eran títulos por unos u$s 5000 millones, que entrarán en este canje doméstico. Lo que está absolutamente descartado, comentaron fuentes oficiales, es implementar un cambio en las condiciones en la curva en pesos. Para evitar que el aumento de la emisión monetaria termine acelerando la inflación , el Gobierno buscará construir mayor confianza en la moneda nacional y eso implicará cumplir en tiempo y forma con los pagos de capital e intereses, refinanciar los próximos vencimientos y de ningún modo reperfilarlos. En ese sentido, la Secretaría de Finanzas viene de anotarse un éxito la semana pasada, cuando logró el roll over de $ 135.000 millones del Botapo (TJ20). Hoy, entre las 10 y las 15, se licitarán dos letras y un bono por otros $ 14.000 millones. El cronograma que maneja el Gobierno en cuanto a la deuda marcará el 7 de agosto otro hito, con la subasta de un bono con ley local por hasta u$s 500 millones para que compitan todos los tenedores de deuda en pesos. En total habrá en agosto, septiembre y noviembre subastas por tres bonos por una suma conjunta de u$s 1500 millones, con un período de gracia similar a los bonos con ley extranjera. La subasta no estará limitada a fondos como Pacific Investment Management Company (PIMCO) o Templeton, como se especuló al inicio, sino que podrán entrar todos los tenedores de títulos en pesos.Sin embargo, Finanzas apunta a que sean los fondos extranjeros, cuya demanda natural es de dólares, quienes se hagan de estos bonos y salgan de la curva en pesos, hoy «infectada». Después de esto, el paso siguiente será iniciar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para negociar un nuevo programa, que suplante al stand by vigente y asegure el repago de los u$s 44.000 millones en plazos más extendidos que los actuales, que concentran vencimientos entre 2021 y 2023.
(Cronista) Artana: post-pandemia el Gobierno deberá elegir entre mayor inflación o menor recuperación El ex viceministro de Economía participó de la cuarta jornada de la ExpoEFI 2020 y explicó que la creciente asistencia monetaria del BCRA al Tesoro llevará al equipo económico a un dilema sobre los bancos: prestarle al sector privado o prestarle al sector público. l economista Daniel Artana planteó que el deterioro fiscal agravado por el confinamiento que requirió una disparada de la asistencia monetaria del Banco Central (BCRA) generará una tensión entre inflación y actividad post-pandemia, según expuso en la cuarta jornada de la ExpoEFI 2020, al tiempo que cuestionó la credibilidad del Gobierno por «la falta de un programa económico». En un panel que compartió con sus colegas Marina Dal Poggetto y Miguel Kiguel, Artana proyectó que la extensión de la cuarentena provocará una caída de 12% del PBI este año, tres puntos más que lo estimado en marzo, y enfatizó el agravamiento del déficit fiscal y la consiguiente asistencia vía emisión de pesos del BCRA, que requirió un significativo incremento del stock de pasivos remunerados para esterilizar el impacto inflacionario de las operaciones. «Nuestras proyecciones para este año vemos una caída de 12% de la economía, en marzo estimábamos un 9%. Tenemos un déficit fiscal, computando intereses, que acumulará en el semestre $ 1,1 billones y esto se financió en gran medida con emisión monetaria, unos $ 900.000 millones, a pesos constantes de diciembre. Pero la emisión neta es prácticamente nula, contrastada con el 11% de inflación en estos primeros cinco meses, teniendo en cuenta el incremento del stock de Leliq y de pases colocados en los bancos», comenzó el economista jefe de FIEL. El economista explicó que los bancos pudieron absorber ese incremento de stocks de Leliq y de pases que el BCRA colocó para contener el efecto de la montaña de pesos en los precios a partir de una fuerte suba de los depósitos a la vista y una caída del crédito al sector privado debido a la pandemia, constatada especialmente desde mayo. «Producto de la recesión, el crédito al sector privado cayó, y hubo una suba importante de los depósitos al sector privado, entre otros factores. Hubo una fuerte suba de depósitos a la vista por la incertidumbre que genera la pandemia y, en menor medida, a los controles de cambio, por los que demanda una mayor cantidad de pesos», explicó. Así, explicó que la intención del Gobierno es que el incremento de la demanda de dinero que ocurra cuando la actividad comience a normalizarse absorba la inyección de los pesos en el circulante, pero Artana señaló que, si bien podrá contener parte del billón de pesos emitido hasta mayo, no podrá absorber los $ 1,2 billones que se esperan que se emitan hasta fin de año. «Cuando el jefe de Gabinete (Santiago Cafiero) habló en el Congreso argumentó que la demanda de dinero va a crecer después de la pandemia y va a absorber todos los pesos que se emitieron. En realidad el Gobierno anticipó un aumento a la demanda de dinero que no tiene nada que ver con el colapso de la catividad económica. La eventual recuperación no va a poder absorber todo lo emitido hasta junio, y si pudiera, todavía queda absorber todo lo que se emita hasta fin de año», dijo. En ese sentido, Artana planteó que el Banco Central se enfrenta a un dilema para la economía post-pandemia, entre morigerar la esterilización a través de la colocación de Leliq y pases, lo que implicaría una mayor tasa de inflación dado que liberaría una gran cantidad de pesos, o incrementar estos stocks y restringir cada vez más el margen para que los bancos le presten al sector privado para impulsar la recuperación. «El Banco Central tiene un problema para el segundo semestre. La esterilización fue posible porque los depósitos subieron pero es difícil que sigan subiendo, por lo que es una incógnita cómo se va esterilizar. Por otro lado, la incógnita es qué va a pasar con el crédito privado, porque si va a haber una recuperación el crédito debería crecer. Si el Banco Central, para esterilizar el efecto de la emisión, coloca a los bancos más Leliq y pases no hay posibilidad de que el crédito se recupere», comentó el economista de FIEL. Y sostuvo: «El Gobierno tiene un dilema, entre convalidar una inflación más alta para que el sector privado recupere el crédito o poner un obstáculo más a la recuperación al destinar los bancos ese incremento de depósitos al sector público. Es una variante argentina de lo que se llama el crowding out, cuando el sector público termina desplazando al privado. Esto se va a complicar en la medida en que el Tesoro siga financiando el déficit con la emisión del Banco Central.» Respecto al plano fiscal, Artana estimó que el déficit primario terminará el año entre un 5% o 6%, pero remarcó que sería del doble de magnitud del que figura en el cronograma de convergencia fiscal del Ministerio de Economía planteado en febrero. «Para este año vemos un déficit primario de entre 5% y 6% del PBI, pero es el doble de lo que puso Guzmán para este año, y como esto va contra el BCRA esta montaña de emisión que vimos es sólo una parte de la película. No había alternativa a la suba del gasto y la recaudación iba a caer por la recesión, pero esto tiene que ser transitorio. Sino, el problema es cómo uno logra converger al cronograma fiscal de Guzmán para llegar al superávit fiscal de 1% en 2026.», explicó. Y agregó: «Tenemos funcionarios que quieren mantener el IFE, que es un ticket caro, congelaron los incrementos de tarifas, hay ciertas cuestiones que en lugar de ser transitorias terminan siendo permanentes y eso por lo tanto va a generar un dolor de cabeza importante. «
(Investing) Estados Unidos registra un nuevo récord de infecciones por Covid-19, lo que ha llevado a Texas y Florida a pausar sus reaperturas. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dicho que ya ha pasado lo peor de la pandemia en Europa, pero advierte de que la recuperación será desigual. Los mercados del Reino Unido suben al abandonar el país sus planes de poner en cuarentena a las personas que llegan del extranjero. La Fed ha dicho que los bancos podrían enfrentarse a 700.000 millones de dólares de pérdidas de préstamos por la pandemia y les ha pedido que no recompren acciones durante otros tres meses. Las acciones apuntan a una apertura ligeramente al alza, y la atención se centrará en Facebook (NASDAQ:FB) y sus anunciantes. Aquí tenemos las cinco cuestiones principales de las que hay estar pendientes este viernes, 26 de junio, en los mercados financieros.
(Investing) La Fed recorta los pagos bancarios por capitalización de la Fed
La Reserva Federal ha advertido de que la prolongada recesión provocada por la pandemia del coronavirus podría reportar al sector bancario unas pérdidas de 700.000 millones de dólares en préstamos incobrables. Al anunciar los resultados de su test de estrés anual, la Fed ha dicho que, si bien los bancos estaban lo suficientemente bien capitalizados como para absorber esas pérdidas, quería asegurarse de que se mantuvieran así. Como resultado, ha ordenado a los bancos que no recompren acciones en el tercer trimestre (los propios bancos optaron por no recomprar acciones durante los últimos tres meses). La Fed también ha recortado los dividendos que pueden pagar al nivel de su beneficio trimestral medio de los últimos cuatro trimestres.
(Investing) La cifra record de infecciones detiene la reapertura
Estados Unidos ha registrado 37.000 nuevos casos de Covid-19 este jueves, nuevos máximos diarios, mientras los brotes en California, Texas, Florida y Arizona siguen propagándose. Texas y Florida han puesto en espera la reapertura de sus economías en respuesta al aumento de las nuevas infecciones por Covid-19 en los últimos días. Sin embargo, ninguno de los estados, el segundo y el cuarto más grande de los Estados Unidos por población, ha endurecido las restricciones a la actividad todavía. Por otra parte, la Administración Trump ha solicitado al Tribunal Supremo que derogue la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Accesible (el conocido como “Obamacare”) de la era Obama.
(Investing) Lagarde dice que ha pasado lo peor
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha dicho en una rueda de prensa online que probablemente ha pasado lo peor de la pandemia, al menos en Europa, registrándose tasas estables de infección durante más de un mes desde que comenzara a levantar sus medida de confinamiento en mayo. Sin embargo, ha advertido de que es probable que la recuperación sea desigual y «transformadora», señalando que la pandemia podría acabar con las empresas cuyos negocios ya estaban en declive a largo plazo. En general, los Gobiernos europeos no han discriminado al entregar subvenciones a todas las áreas de sus economías desde marzo, por lo que las palabras de Lagarde implican una advertencia contra la inyección de dinero sin fin a las empresas «zombies». El euro se mantiene sin cambios frente al dólar en 1,1227 dólares.
(Investing) Reino Unido abandona su plan de cuarentena
El Reino Unido ha abandonado su plan de imponer una cuarentena de 14 días a los visitantes que llegan del extranjero como parte de su estrategia para hacer frente a la epidemia de coronavirus. La decisión del Gobierno se produjo bajo la presión de la industria de los viajes, que había amenazado con acciones legales para detener el plan, lo que, según dijo, causaría miles de pérdidas de puestos de trabajo, sobre todo en todo el sector turístico. La libra frena ganancias y se mantiene estable frente al dólar, mientras que el FTSE 100 sube un 1,6%, marcando el mejor rendimiento entre los principales mercados europeos este viernes..
(Investing) Cautela: El coronavirus, imparable; Lagarde descarta vuelta en V. Los mercados comienzan en verde, aunque con alzas moderadas tras las subidas de ayer jueves. Hay varios factores que los expertos destacan esta mañana: Por una parte, los nuevos casos de contagio por coronavirus se siguen sucediendo sin control en Estados Unidos, lo que está llevando a carios estados a dar ‘marcha atrás’ en su desescalada y puesta en marcha de sus economías. “Texas está frenando la desescalada ante el notable incremento de casos que sitúa su infraestructura hospitalaria al límite de su capacidad. Florida, Arizona y Carolina del Norte estarían también ralentizando su reapertura”, comentan en Renta 4 (MC:RTA4). A esto se suman las noticias de empresas privadas, como lado Apple (NASDAQ:AAPL), que hasta el momento ha cerrado 32 tiendas en el país norteamericano por el virus, o Disney (NYSE:DIS), que aplaza la apertura de sus parques. A ello se une que varios países europeos, como Portugal o Alemania, están confinando algunas zonas debido al rebrote de casos, lo que hace temer una nueva marcha tras en los planes de reapertura de las economías. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha dejado claro este viernes que la recuperación será lenta y complicada en esta crisis, que se espera peor que la de 2008, y que el riesgo del rebrote es alto, lo cual puede complicar el ritmo de recuperación aún más. Y, lo más, importante, tal como se hace eco José Luis Cárpatos, CEO de Serenity Markets, es que “por enésima vez ha negado la utópica vuelta en V”. A pesar de este escenario, Lagarde ha vuelto a repetir que el BCE hará lo que sea necesario para impulsar la economía de la Zona Euro. Una fe en los bancos centrales que sigue moviendo a los inversores en las alzas, si bien los expertos siguen recomendando cautela, ante un escenario volátil. «De no controlarse pronto los rebrotes de casos o ir estos a más, incrementándose nuevamente el número de afectados a medida que se van reabriendo las distintas economías y las fronteras, las bolsas terminarán girando a la baja. Así, y de continuar los repuntes de casos que se están produciendo en países como EE.UU., Japón, Alemania o Australia, algunos de los cuales habían sido muy eficientes en la gestión de la crisis sanitaria, podremos dar definitivamente por descartada la recuperación en forma de V que han venido descontando las bolsas», concluyen en Link Securities.