| RIESGO PAÍS (26/08/2020) | 2142 | |
Información Relevante
GRUPO FINANCIERO GALICIA S.A.
Informa los Resultados correspondientes al 2ndo. trimestre cerrado el 30 de junio de 2020
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=365407
BANCO BBVA ARGENTINA S.A.
Anuncia los resultados del 2° trimestre de 2020
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=365410
Provincia de Córdoba
Anuncia inicio de conversaciones con tenedores de sus Títulos de Deuda vtos. 2021, 2024 y 2027 para consolidar la sostenibilidad de la deuda pública provincial
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=365387
Provincia de Buenos Aires
BBN20
BBG20
LB3G0
LBG20
Aviso de pago de Letras del Tesoro de la Provincia de Buenos Aires en pesos a 161 días con vto. 27.11.2020, a 182, 70 y 29 días con vto. 28.10.2020
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=365384
Gobierno Nacional
S28G0
Aviso de Pago de LETRA $ vto. 28.08.2020
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=365362
Gobierno Nacional
SG280
Aviso de Pago de LETES $ vto. 28.08.2020
https://www.bolsar.com/Downloads.aspx?Id=365361
CRESUD SACIF Y A.
INFORMACIÓN RELEVANTE RELATIVA A INSTRUMENTOS – CRESUD – AVISO DE SUSCRIPCIÓN ON CLASE XXX
https://aif2.cnv.gov.ar/Presentations/publicview/23279E8F-5874-48C3-9405-DA486E68BC82#
(Infobae) El mercado ve pocas chances de una suba de los bonos argentinos tras el canje, hasta que el Gobierno brinde señales fiscales positivas
Los analistas afirman que los precios actuales descuentan un resultado muy positivo de la renegociación y que el riesgo está en que no se cumpla este pronóstico, pero los bancos asesores del Gobierno están confiados en una aceptación casi tan alta como la de los últimos canjes. Los analistas del mercado local prevén que los bonos argentinos tendrán un escaso recorrido al alza luego del cierre del canje de la deuda bajo ley extranjera, que, según los bancos asesores, tendrá una aceptación mayor al 90 por ciento. Para que haya una corriente de compras, aclararon, el Gobierno debe dar certezas de mediano plazo en materia fiscal y de recuperación económica. El Bank of America y el HSBC creen que no hay dudas de que el resultado final se acercará al acumulado entre las operaciones de 2005 y 2010, cuando se logró una aceptación de casi el 93 por ciento. La diferencia es que, si ahora se alcanzara ese porcentaje, se activarían las cláusulas de acción colectiva (CACs) y los mecanismos de reasignación, por lo que el poder de daño de los potenciales holdouts quedaría, a priori, sumamente limitado. Tanto los asesores financieros como los funcionarios del equipo económico creen que se podrán activar las CACs, mientras que en los comités de bonistas trabajan para que ingresen, como se acordó con el Palacio de Hacienda, todos los fondos de inversión de los tres grupos extranjeros hasta el viernes de esta semana. Desde uno de los comités, afirmaron que cumplirán con su compromiso -de hecho, por la participación de los fondos cobrarán su comisión- pero aclararon que no hay ánimo para mantener los bonos argentinos en las carteras ya que el ánimo hacia la política económica local es negativo. Sin avances sobre <i>drivers</i> positivos como un programa económico de estabilización y un nuevo acuerdo con el FMI, es complejo vislumbrar una recuperación sostenida (Nery Persichini) “Por las condiciones internacionales y los nuevos comparables con calificación “B-”, como Nigeria o Pakistán, estaría todo dado para que la exit yield se acerque al 10% y comprima más de 200 puntos básicos respecto de las tasas implícitas de los bonos hoy. Sin embargo, probablemente el mercado castigue a Argentina con un spread mayor debido a la vulnerabilidad de la macro y el riesgo institucional que todavía sigue pesando”, sostuvo Nery Persichini, jefe de estrategia de GMA. Además, detalló, “la posición técnica no es favorable, es decir, habría más vendedores que compradores de títulos nacionales en una primera instancia. Sin avances sobre drivers positivos como un programa económico de estabilización y un nuevo acuerdo con el FMI, es complejo vislumbrar una recuperación sostenida”. Joaquín Bagues de Portfolio dijo que “el upside en renta fija se logra a través de una mejora de la calidad crediticia del activo. En el caso de Argentina, se lograría al trazar un sendero fiscal consistente de sus posibilidades, independiente de los movimientos técnicos del mercado”. “Hasta el momento, no hay argumento para poder visualizar una consolidación fiscal, sino por el contrario un deterioro de sus números”, expresó. Por su parte, Gabriel Caamaño de Ecoledesma sostuvo que “todo dependen de lo que haga el Gobierno; esto es dinámico”. “En moneda dura si siguen haciendo lo mismo, podes lateralizar o seguir cayendo. En tanto, que de haber suba producto de factores externo-positivos, sería acotada. El mercado está preocupado por cómo el gobierno está encarando los desafíos posteriores a la pandemia, en vez de dar certidumbre por el lado fiscal y ganar en consistencia monetaria”, aclaró
(Infobae) El Gobierno empieza a dar señales de moderación fiscal y monetaria para reducir la brecha del dólar
El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, aseguró que espera que un buen resultado del canje consiga ese objetivo. Pero también se empieza a notar una desaceleración del gasto y menos financiamiento con emisión monetaria al Tesoro. Reducir la brecha cambiaria se transformó en el objetivo número uno de la política económica. Con una diferencia entre el oficial y el informal de casi el 90% es casi imposible que el Banco Central pueda preservar sus reservas, pero hasta ahora los intentos para lograrlo no fueron exitosos. Las próximas semanas podrían ser decisivas para conseguir los primeros resultados y la expectativa oficial está puesta en lograron en septiembre. El presidente del BCRA, Miguel Pesce, aseguró ayer en el 37 Congreso Anual del IAEF que la expectativa está puesta en lograr un buen resultado en el canje de deuda: “Esperamos que el exitoso cierre tanto de la renegociación a nivel internacional como local logren recuperar la confianza y que eso ayude a reducir la brecha cambiaria”. Y enseguida aclaró que no existen motivos para aumentar las restricciones cambiarias, pero supeditado a que se consiga ese efecto favorable. Sin embargo, una elevada adhesión al canje de deuda no es el único instrumento al que apunta el Gobierno para lograr que baje el dólar financiero, es decir el “contado con liquidación” y el informal, que se ubican en $ 131 y $ 137 respectivamente. Al mismo tiempo se empieza a desplegar una estrategia mucho más silenciosa que apunta a medidas que los mercados podrían considerar más “ortodoxas” tanto en el plano monetario como fiscal. El titular del Central añadió otro punto de vista a la hora de explicar por qué el dólar informal se mantiene tan firme: “En general la mayor oferta proviene de turistas extranjeros que llegan a la Argentina, pero como ahora no pueden entrar entonces la demanda de sectores que operan en la informalidad son los que empujan la cotización”. Y en relación al “contado con liquidación”, se mostró confiado en que una vez que termine el canje ya no habrá más presión de algunos fondos de inversión extranjeros que presionan la cotización a través del mercado de bonos. Evitar una nueva crisis cambiaria se transformó en un objetivo prioritario para el Gobierno, pensando en la recuperación de la economía post-pandemia. En el Central aseguran que el dólar oficial no está atrasado y por lo tanto no hay que acelerar el ritmo de devaluación, pero es imprescindible achicar la brecha Los números de julio dejaron algunas lecturas interesantes. El rojo fiscal primario cayó sustancialmente, pasando de más de $ 260.000 millones el mes anterior a $ 155.000 millones. Marina Dal Poggeto, economista jefe de EcoGo, resaltó además ayer en el Congreso del IAEF que “el aumento del gasto público se moderó a una tasa del 59% interanual en julio cuando venía creciendo arriba del 90%, mientras que la recaudación empezó a repuntar y en agosto se consolidaría el incremento de los ingresos”. Por su parte, Nadin Argañaraz, director del Iaraf, también puso la lupa en las cifras fiscales: “Será muy importante lo que surja del proyecto de Presupuesto 2021: a cuánto piensa bajar el déficit fiscal el Gobierno el año que viene, si es que lo hará, y cómo piensa financiarlo”. El “cheque” que todos los meses le envía el Banco Central al Tesoro también descendió significativamente: de más de $ 400.000 millones en mayo a $ 220.000 millones en julio y este mes sólo $ 40.000 millones Ese financiamiento del rojo fiscal también empieza a dar nuevos elementos para el análisis, por ahora tímidos pero que pueden tomar mayor relevancia a medida que avanza el año. El secretario de Finanzas, Diego Bastourre, indicó también ante el IAEF que el Tesoro consiguió financiamiento fresco por más de $ 30.000 millones a través de colocaciones en el mercado de pesos en julio. Y esto continuaría en agosto. Representa menor necesidad de emisión de pesos por parte del BCRA para financiar al Tesoro y por ende menos expansión monetaria. El “cheque” que todos los meses le envía el Central al Tesoro también descendió significativamente: de más de $ 400.000 millones en mayo a $ 220.000 millones en julio y este mes sólo $ 40.000 millones. Entre adelantos transitorios y transferencia de utilidades ya acumula 1,5 billones de pesos en 2020. Pero, nuevamente, la tendencia muestra mayor moderación y la incógnita es si logrará mantenerse en los próximos meses. En la medida que las cuentas fiscales empiecen a mostrar un menor déficit y al mismo tiempo el Tesoro requiera de menor financiación del Central, habrá una mayor moderación en el crecimiento de la cantidad de pesos en el mercado y de esa forma se podría contener la presión sobre el tipo de cambio. En lo que va de agosto, de hecho, la base monetaria se contrajo en $ 160.000 millones. En definitiva, lo más importante será la recuperación de la confianza para que el tipo de cambio se estabilice y no provoque una nueva crisis.
Pesce dejó en claro que no está pensando en un fuerte salto para el dólar oficial ni mucho menos. “El tipo de cambio multilateral muestra que no estamos ante una situación de atraso cambiario y los exportadores tampoco nos manifiestan esa preocupación”, aseguró. Por lo tanto, esa disminución de la brecha debería venir por un lado por la suba gradual del dólar oficial y al mismo tiempo una disminución del tipo de cambio en el mercado financiero, a partir de señales tranquilizadoras en los frentes fiscal y monetario. En definitiva, lo más importante será la recuperación de la confianza para que el tipo de cambio se estabilice y no provoque una nueva crisis. Y eso es algo en general intangible, que va más allá de un comportamiento más ordenado de las variables financieras. Allí es donde el Gobierno todavía hace agua, con señales contradictorias sobre el rumbo y medidas que generan mayor incertidumbre, enrareciendo el clima.
(Infobae) Por la falta de dólares, importadores señalan que se intensifican las trabas a las compras al exterior
En el sector indican que las licencias no automáticas se transformaron en la principal traba para traer productos desde el exterior. El Banco Central vendió USD 1.000 millones en un mes para contener al dólar oficial Despachantes, importadores, comerciantes y empresas que dependen de las compras en el exterior para desarrollar sus actividades señalan que en tiempos de sequía de dólares para el Banco Central la administración del comercio por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo se volvió mucho más extrema en agosto. En el sector de comercio exterior dicen que los rechazos de operaciones crecen y dejan sin insumos o bienes finales a rubros como el automotor, el textil y el de electrónicos. Desde la cartera que conduce Matías Kulfas, mientras tanto, dicen que no se trata de medidas cambiarias sino de la administración del comercio. Los importadores señalan que las licencias no automáticas, una de las vías que tienen los Estados para regular las compras al exterior, se transformaron en la principal barrera para entrar productos al país. Distintos empresarios y despachantes consultados por Infobae relataron que en los últimos dos meses los trámites para autorizar una importación encuentran límites crecientes. Las licencias no automáticas son mecanismos de administración del comercio exterior que están dentro del marco normativo acordado por Organización Mundial de Comercio (OMC). Las autoridades de un país tienen un plazo de hasta 60 días para aprobar o rechazar una compra al exterior entre los productos que están sometidos a este tipo de licencias, un plazo que según los importadores se incumple en muchos casos. Este año el nuevo Gobierno aumentó en mayo la cantidad de posiciones arancelarias que están sujetas a licencias no automáticas, sumando nuevos productos a la lista de potenciales bienes trabados. Pero, según explican en el sector, esa posibilidad de revisar y dificultar la entrada de productos por los puertos locales empezó a ser utilizada con mayor intensidad en los últimos meses. Y de una manera que, dicen, hacen muy difícil coordinar los embarques con las necesidades comerciales y productivas de las empresas locales. “Violan la norma de la OMC de 60 días y violan también el acuerdo automotor con Brasil, de 10 días. Esto se va profundizando cada vez más, es una piedra que va tomando volumen y cada mes los controles son más intensos”, dijo a Infobae Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA). La intensificación de los controles se dio a la par de los problemas del Banco Central para cuidar sus reservas en el mercado cambiario, en momentos en el que la cantidad de compradores de dólares para ahorro está en récords y, a pesar del superávit comercial, la entidad conducida por Miguel Pesce se ve obligada a vender divisas para evitar un avance más rápido del dólar oficial. Violan la norma de la OMC de 60 días y violan también el acuerdo automotor con Brasil, de 10 días. Esto se va profundizando cada vez más, es una piedra que va tomando volumen y cada mes los controles son más intensos (García)
“Yo no me meto con políticas del Estado, pero a los dólares los usás para guardar o los usás para producir”, digo García. En los bancos, mientras tanto, señalan que la competencia por comprar dólares al tipo de cambio oficial se da entre distintos sectores. Por un lado, está la demanda hormiga constante que aprovecha el cupo mensual de USD 200 millones, por el otro la demanda de importadores entre las que se destaca la del sector automotor y, por último, también la de empresas que tratan de cancelar deuda cuanto antes, temerosas de llegar tarde en caso de un ajuste del dólar oficial. Las compras al exterior están lejos de vivir un boom. En julio llegaron a USD 3.427 millones según el último dato del Indec y caen 30,1% respecto a mismo mes del año anterior. Sufren por la caída de la actividad económica, pero también por la menor capacidad adquisitiva del peso argentino en términos de dólares. Sin embargo son muy sensibles al ciclo económico y si sobreviene un rebote de la economía luego del freno que supuso la pandemia es esperable que aumenten en la medida en que haya más consumo de bienes finales y las empresas necesiten más insumos para producir. Pero cada dólar cuenta para el Banco Central. En los 30 días hasta el 20 de agosto, último dato oficial, la entidad que conduce Pesce debió vender reservas en el mercado cambiario mayorista casi a diario, para terminar con un saldo vendedor de USD 1.045 millones. El problema está en la brecha cambiaria que incentiva a cada ahorrista a hacer uso de su cupo mensual y que llevó a la cifra de compradores a 3,3 millones en junio, récord para el sistema. Pero trabar esas operaciones, por ahora, no es una opción viable a nivel político. En ese sentido, en el entorno de Kulfas dicen que el repunte de la actividad que esperan será con comercio administrado. Pero a pesar de lo que señalan los importadores y bancos, afirman, administran comercio y no dólares. Voceros de la Secretaría de Industria, de la que dependen las decisiones sobre cada licencia no automática, niegan que haya un cepo a las importaciones. Desde el cambio de Gobierno y hasta el 11 de agosto se aprobaron más de 433.000 SIMIs -la sigla viene de Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones- entre las que 138.000 tenían licencias no automáticas y 294.000 estaban sujetas a licencias automáticas. Argumentan que el 92% de los trámites tienen aprobación dentro de las 48 horas, mientras que aproximadamente un 6% queda pendiente por errores de carga, inconsistencias y faltantes de información solicitada o por no superar los controles específicos que existen.
(Infobae) Pimco ya le avisó a sus operadores que se retira de mercados emergentes.
El fondo, que ingresará al canje de la deuda, llevará al mínimo sus inversiones. Aduce pérdidas millonarias y se concentrará en monedas, commodities y bonos de países desarrollados. El romance de Pacific Investment Managment Co. (Pimco) con América Latina en general y Argentina en particular, llega a su fin. Y de la peor manera. El poderoso fondo de inversiones con sede en California, cansado de las pérdidas sufridas en sus aventuras financieras entre los emergentes; decidió en la últimas horas desarmar sus posesiones en estos mercados, llevándolos al mínimo y concentrar las inversiones de sus clientes en monedas, commodities y bonos de estados desarrollados. Al menos hasta que cambien las circunstancias que llevaron a que el fondo haya perdido fortunas. La decisión implica, obviamente, el final de la historia polémica del fondo en el país; donde llegó con grandes expectativas durante el gobierno de Mauricio Macri, y escribió una de las historias más perdidosas de su amplia experiencia mundial. En las argumentaciones de la salida de los mercados emergentes, Pimco explica que las pérdidas durante los tiempos del covid-19 alcanzaron el 19% en las opciones de emergentes; mencionando explícitamente dos apuestas que fueron de las peores en todo el mapa: el peso argentino y la libra egipcia. En el segundo nivel de culpabilidades, se menciona al real brasileño y el rand sudafricano. Los operadores locales que actúan como mandatarios del fondo, ya recibieron la información que Pimco ingresará al canje de deuda local en tiempo y forma (lo estaba haciendo en etapas desde ayer), y que luego comenzará un proceso de desprendimiento de los nuevos bonos. Será en etapas, cuidando lo que se pueda las cotizaciones de los papeles, pero “sin prisa y sin pausa”. En total, canjearía deuda por unos u$s1.500 millones, e iría recomponiendo cartera con liquidaciones de los bonos en un proceso que no debería superar el año calendario. Se aclaró a los socios locales que, más allá de las penurias argentinas, no es una cuestión personal con el país; sino una decisión global. Sin embargo, todos saben en el mercado de capitales argentinos, que la confianza puesta en el país por Pimco, resultó en uno de los peores negocios de su rica y exitosa historia. Se trata de una firma de inversión fundada en Newport Beach, California, en 1971 por William H. Gross (que aún la dirige) y por Mohamed A. El-Erian. En 2000 fue adquirida por el grupo alemán Allianz, y desde ese momento opera bajo su ala, pero como fondo independiente. Cuenta en su currículum ser uno de los pocos fondos de inversión sobrevivientes a la crisis del 2008; algo que evidentemente no se pudo repetir en la crisis argentina. La principal inversión del fondo en el país, fue hacerse de casi toda la colocación del Bono de Política Monetaria, BoPoMo, emitido el 21 de julio de 2017, por el entonces ministro de Finanzas del gobierno de Mauricio Macri, Luis “Toto” Caputo. Fue el exfuncionario el que, personalmente, desplegó toda su diplomacia para convencer a Pimco para que sea el protagonista de la colocación. La operación llegó a los $118.433.743 millones, pagaba cupón a partir del nivel de la tasa de interés de las, en aquellos tiempos, Letras de Liquidez del Banco Central versión Macri, y liquidaría trimestralmente los 21 de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año. Era un ensayo de Caputo para comenzar a captar pesos a granel del mercado, ir terminando con las Letras de Liquidez (Leliq), secar la plaza de moneda local, y así ayudar a bajar la inflación y la presión sobre el dólar. En teoría, la estrategia original de Caputo no era mala: lanzar al mercado bonos en moneda local de dos a tres años de plazo, y que pagaran intereses similares a las Leliq de vencimiento mensual, extendiendo vencimientos a más de dos años. En aquellos tiempos de precrisis, el Ejecutivo creía seriamente que para el segundo semestre de 2019 la bola de nieve de las Leliq estaría dominada y que podría ser renegociada en los mercados por bonos a largo plazo. Para esto se descartaba que ese año, la inflación anualizada se ubicaría entre el 20% y el 25% (o menos), con tasas de Leliq por debajo del 40%; y con un dólar controlado a fuerza de la caída de la inflación y el consecuente crecimiento económico del país. En definitiva, la confianza haría que la apuesta por estos bonos fuera creciente. La realidad fue dura con esta operación estrella diseñada por Caputo. Para junio de 2018 el gobierno de Macri negociaba ya una segunda versión del stand by firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), peleaba contra una inflación que porfiaba no bajar del 50% y debía liquidar intereses de más de 80%; un porcentaje que igualmente perdía contra la devaluación. Pimco adquirió el 60% de la colocación, perdiendo fortunas calculadas en casi u$s800 millones hacia el final del gobierno de Mauricio Macri. Ni hablar cuando el cálculo se terminó de actualizar con los precios del final del canje. Su experiencia local comenzará a cerrarse ahora, y dependerá del mercado la velocidad de la retirada.
(Ambito) Divisas: Gobierno recibió propuesta del agro para acelerar liquidación, pero por ahora no cede.
Productores quieren un descuento en Ganancias y las exportadoras un diferencial de retenciones. La decisión es de Guzmán. El Gobierno necesita dólares y el campo lo sabe. Tanto las empresas agroexportadoras como representantes de los productores agropecuarios presentaron propuestas concretas ante el oficialismo para acelerar en lo que resta del año las ventas de soja y maíz que aún están en los silos y valuadas en u$s12.200 millones y por supuesto, la tan ansiada liquidación de divisas. En la otra vereda, el Gabinete económico comandado por el ministro Martín Guzmán continúa inflexible con sus lineamientos y por el momento no está dispuesto a dar el brazo a torcer, se ilusionan con una mayor disponibilidad de dólares luego de cerrar el canje de deuda y por eso, por el momento, no habría novedades en materia impositiva y fiscal para el sector. En concreto, desde hace meses, pero con mayor intensidad durante las últimas semanas, las empresas agropexportadoras están haciendo lobby para que se restablezca el diferencial de retenciones en la cadena sojera, favoreciendo con una rebaja de 3 puntos al aceite y harina de soja; a cambio prometen incrementar el flujo de liquidación de divisas en lo que resta del año y pagar un diferencial de entre 10 y 15 dólares por tonelada a los productores. Alegan que el sector trabaja con alta capacidad ociosa y que hay poca disponibilidad de materia prima en el mercado ante la actitud especulativa por parte de los productores agropecuarios. En paralelo, representantes del sector productivo también presentaron ante el oficialismo un plan para acelerar las ventas de soja y maíz que aún conservan en los silos; quieren descontar parte de las retenciones a la oleaginosa como pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias del próximo año. Detallan que los márgenes de rentabilidad de la soja están cada vez más ajustados por fuera de la zona núcleo y que la brecha con el dólar blue, que ronda el 80%, desincentivan las operaciones. Ambos planteos fueron escuchados con atención por representantes del Gobierno; quizás el más receptivo fue el ministro de Agricultura, Luis Basterra, quien semanas atrás en diálogo con Ámbito reconoció que la posibilidad de reimplementar el diferencial de retenciones en la cadena sojera estaba bajo estudio. Pero a la par también afirmó que no se tomaría ninguna medida “sin el consenso de todo el sector”. La realidad es que la decisión está en manos del ministro Guzmán y justamente es quien no está dispuesto a ceder. El planteo, puertas adentro, que maneja el Gobierno es que en el caso de que se otorgue la posibilidad a los productores que descuenten Ganancias por un plazo acotado de aquí a fin de año, sería en la práctica una medida muy difícil de retrotraer y que generaría un nuevo cortocircuito con el campo, escenario que el propio presidente Alberto Fernández no está dispuesto a permitir. Mucho menos teniendo en cuenta que la reactivación económica, según plantea el primer mandatario, vendrá efectivamente de la mano de la exportación de alimentos. En tanto, respecto al diferencial de retenciones para la cadena sojera y justamente en el afán del Gobierno de alcanzar un total consenso con el sector productivo y el exportador, la decisión final tampoco avanza por el momento. Mientras tanto, la liquidación de divisas acumula en los primeros siete meses del año un retroceso interanual del 10,5% y según las proyecciones, cerraría este año con una caída del 14,6%. Unos u$s3.400 millones dejarían de ingresar a la Argentina, con respecto al año anterior, en concepto de exportaciones de granos y subproductos. Por su parte, los productores tienen actualmente en su poder 18,5 millones de toneladas de soja física disponible, y 8,2 millones entregadas y sin precio, lo que significa alrededor de u$s10.000 millones en divisas. Si a esta cuenta se le suma el maíz por vender, alcanza los u$s12.200 millones. Estos números mira el Gobierno con atención y cierta preocupación pero por el momento, lejos de avanzar en recortes fiscales o impositivos.
(Ambito) El BCRA aprovecha mejora fiscal y aspira más pesos en agosto.
Se viene desacelerando el ritmo de expansión monetaria a la par de la menor asistencia al Tesoro. En lo que va del mes, el Central contrajo más de $160.000 millones. La contracara es el sostenido aumento del stock de los pasivos monetarios. Los últimos datos fiscales muestran, de la mano de la flexibilización legal e informal de la cuarentena, cierta mejora por el lado de los ingresos. Dado los recientes registros de movilidad de la población y de facturación de algunos sectores se intuye que esta mejora continuará. Lo cual se traduce en una menor necesidad de asistencia del BCRA al Tesoro. De ahí que en lo que va del mes (último dato oficial, día 19) el ente monetario ha aprovechado para aspirar pesos excedentes, por casi $160.000 millones. Esta contracción se explica por ventas netas de divisas ($93.000 millones) y sobre todo vía Pases y Leliq ($221.000 millones). Mientras que los factores de emisión fueron $40.000 millones de Adelantos Transitorios al Tesoro, más $78.400 millones por baja de depósitos oficiales en el BCRA, y $37.000 millones por intereses. El comportamiento de la base monetaria (hoy suma $2,27 billones) muestra así una desaceleración en el ritmo de expansión (en lo que va del año crece, punta a punta, un 20%), más allá del salto estacional de julio. Claro que esto es la mitad de la película. Porque la contracara de toda la asistencia del BCRA al Tesoro, o sea, toda la emisión vinculada con la explosión del déficit fiscal por la pandemia, es el aumento de los pasivos monetarios remunerados (Leliq y Pases). Hoy el stock de pasivos remunerados se eleva a casi $2,6 billones ($1,75 billones de Leliq y $718.000 millones de Pases). O sea, una base monetaria más. Por ende, monitorear solo la base no es muy relevante porque cambios abruptos en la posición de efectivo mínimo de alguna entidad generan variaciones notorias en la base. Debido a esto es que es más aconsejable analizar la evolución de la base más los pasivos remunerados para ver cómo viene la emisión monetaria. Al respecto, hoy la sumatoria de la base y los pasivos remunerados arrojan un total de $4,84 billones. Por lo visto en estos meses, este stock venía creciendo entre el 7% y el 8% mensual entre marzo y mayo, luego en junio saltó a casi un 10% y a partir de ahí comenzó a desacelerarse a un 4,15% en julio y en lo que va de agosto al 1,4%. Sin embargo, vale tener presente que las tasas anualizadas han trepado a niveles del 85%, para tener una dimensión de cómo viene evolucionando esta sumatoria. Así, el balance del año muestra hasta ahora un aumento de la base de solo $374.200 millones donde los factores expansivos son la asistencia al Tesoro ($1,5 billones) y el pago de intereses ($400.000 millones). Toda esta emisión fue contrarestada vía Leliq y Pases ($1,34 billones), venta neta de divisas ($114.000 millones) y aumento de depósitos del Tesoro en el BCRA ($51.500 millones). Está claro que el desequilibrio monetario ha llegado a niveles históricos pero podría ser más o menos conducido por el BCRA en la medida de que las cuentas fiscales sigan mejorando (tanto por una suba de los ingresos como por una reducción del gasto público vinculado con la pandemia) hasta tanto el equipo económico comience a negociar con el FMI. Por ello es importante que el Tesoro vaya tendiendo a mantener bajo control el descontrol de las cuentas fiscales porque en el último tramo del año se concentra casi el 70% del déficit de todo el año, y por ende el BCRA deberá sacudir la maquinita para cerrar el agujero fiscal. Cabe señalar que el correlato de la expansión de la base y los pasivos remunerados es la explosión de los agregados monetarios M2 y M3 que crecen al 100% anual, algo no visto en épocas normales pero que parecen mostrar ciertos signos de agotamiento, o de menor crecimiento.
(Cronista) Clausuran vía para negociar canje de inversiones eléctricas
El Gobierno vetó dos artículos que podrían haberse utilizado para que Edenor y Edesur reactiven sus inversiones antes de la llegada del verano. Podrían haber canjeado deuda por $ 14.000 millones. l Gobierno promulgó parcialmente la modificación y ampliación del Presupuesto (que se prorrogó de 2019 ya que no se votó para este año) y vetó dos artículos que abrían una vía para negociar con las distribuidoras eléctricas la reanudación de algunas inversiones. Con el Decreto 696, publicado ayer en el Boletín Oficial, el presidente Alberto Fernández promulgó la Ley 27.561 y vetó los artículos 18 y 19, que establecían créditos equivalentes a tres veces la factura media mensual del último año de las transacciones en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) para aquellas distribuidoras que adhirieron al congelamiento de las tarifas. Pese a que esta norma iba dirigida a todas las empresas del sector en el país, el Ministerio de Desarrollo Productivo, hasta el viernes pasado a cargo de la Secretaría de Energía, exploraba un canje con Edenor y Edesur para que las firmas que operan en Capital Federal y el Gran Buenos Aires imputaran los créditos a favor para apurar inversiones críticas. Las reiteradas quejas de los intendentes peronistas del sur del conurbano bonaerense para con Edesur encendió las luces de alerta en el Gobierno, ya que el congelamiento de las tarifas lleva un año y medio y en verano se podrían masificar los cortes de energía eléctrica, al ritmo del freno en las inversiones. Al 31 de julio, las distribuidoras eléctricas de todo el país (públicas y privadas) adeudaban $ 95.436 millones a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). El 43% fue contraída en apenas cuatro meses, desde abril. Cammesa es una sociedad mixta administrada por el Estado que compra la energía a las generadoras y la vende a las distribuidoras. Con lo que recauda, gira los fondos a los dueños de centrales térmicas, plantas de energías renovables y represas hidroeléctricas; lo que no puede cobrar en el mercado lo cubre el Tesoro Nacional con subsidios. Hasta el mes pasado, Edenor debía unos $ 7400 millones y Edesur, otros $ 7000 millones. Según el veto del jefe de Estado a los artículos mencionados, «el reconocimiento de los créditos por parte de la norma analizada no implica ningún compromiso de inversión para las distribuidoras». En el medio, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) recomendó al Gobierno anular las Revisiones Tarifarias Integrales (RTI) para Edenor y Edesur y sus consecuentes aumentos de tarifas de los últimos años. Una fuente oficial, no obstante, aseguró que este veto «no está vinculado particularmente la negociación tarifaria».
(Cronista) Martínez ya estudia tarifas con Guzmán
El ministro de Economía, Martín Guzmán, y su par de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se reunieron ayer en el Palacio de Hacienda con el designado secretario de Energía, Darío Martínez, para coordinar el traspaso del área a la órbita de la cartera económica, repasar la situación del sector y definir los lineamientos estructurales de la política energética. «El desarrollo del sector energético es clave para la estabilidad macroeconómica y dinámica productiva de mediano y largo plazo. Por eso, desde el Ministerio de Economía vamos a impulsar el crecimiento del sector con una visión integral y federal, trabajando coordinadamente con el Ministerio de Desarrollo Productivo en una agenda que resulte en más inversiones, empleo y exportaciones», dijo Guzmán al término del encuentro. Martínez asumirá hoy al frente de la Secretaría, que dependía del Ministerio de Desarrollo Productivo y pasa ahora a la órbita del Ministerio que conduce Guzmán, con el objetivo de dotar de una visión integral al tema energético por su incidencia en la estabilidad macroeconómica, precisó el Palacio de Hacienda en un comunicado. «Con Darío Martínez estamos articulando una agenda de trabajo que nos permita administrar las cuestiones más urgentes y prioritarias y, al mismo tiempo, definir los lineamientos estructurales de la política energética», añadió el ministro. Martínez, por su parte, dijo que «tenemos que potenciar la producción y el trabajo, y sin energía nada de eso es posible. Desarrollar nuestros recursos energéticos nos va a volver a poner en el camino del crecimiento». «El trabajo conjunto de todas las áreas y todos los actores le da valor agregado a nuestra energía e impulsa el desarrollo nacional», agregó el dirigente neuquino, que presidía la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados.